Somos concientes que no proponemos ninguna tesis original. Ya en la década del ’60, el investigador argentino Bernardo Graiver –entre otros-postuló la llegada de fenicios y otros pueblos semíticos a América (Sudamérica, precisamente), teoría que distintos descubrimientos –como éste que tratamos aquí- ya habían reforzado. Nuestro propio estudio sobre la saga del “civilizador” K’ar abundaba en esa dirección.
En este artículo, simplemente quiero sumar una analogía –ni siquiera merece llamarse “hallazgo”- personal. Observen las primeras imágenes, provenientes de sitios arqueológicos, ora asirios, ora babilónicos. No sólo les es característica la vestimenta y tipología, esa “canastilla” (por darle un nombre) que portan en su mano, sino la perspectiva de perfil. Y, finalmente, la última foto, que tomé personalmente en el museo de sitio del yacimiento olmeca de Chalcatzingo, en el estado de Morelos, México. La analogía visual, precisamente, me exime de todo otro comentario. Y la aporto en el convecimiento que sólo la paciente recopilación de concretas evidencias arqueológicas como ésta podrá lograr, en algún hipotético futuro, que a la pregunta del título le sean quitados los signos de interrogación.
Si no es coincidencia este tipo de hayazgos no podría ser que estas antiguas civilizaciones no llegarán hasta nosotros xq eran súper avanzadas y creo q abarcaban toda la tierra.
Y tal vez partieran de costas gallegas. La presencia de hebreos en Galicia en tiempos muy remotos se refleja en los nombres de numerosas localidades. Por ejemplo Baroña proviene de «bar on Yah» literalmente «hijo de Dios».