Toda “búsqueda espiritual” podría comenzar a definirse –y quizás finalizar “en”- un proceso formal y responsable de autorreflexión y comprensión que intente librarnos de innecesarios sometimientos a complejos dominantes en nuestra psicología personal. El análisis, en última instancia, es eso, y cuando el paciente cree que la razón de ser del mismo es “solucionar contingencias”, sólo expresa el corset intelectual que le impide apreciar en su verdadera dimensión y proyección la tarea que ha emprendido. De allí deviene mi firme convicción que la aplicación meramente clínica del análisis psicológico mutila y limita las enormes posibilidades que tal estrategia puede amplificar en el analizando. Un análisis puede comenzar en lo psicológico; pero debe expandirse a lo espiritual.
Toda búsqueda espiritual implica, aunque ello no esté en la mente del buscador, “encontrarse a sí mismo”, que no es mucho más que descubrir su verdadero potencial, su “sentido de ser y hacer” en el mundo. Y recuperar el eje de equilibrio en la vida cotidiana no depende de las contingencias del mundo exterior, sino, a pesar de ellas, cumplir ese “encontrarse con sentido”.
Para encontrar algo, tenemos que caminar en alguna dirección. Y toda dirección debe tener un sentido. Sólo quien sabe hacia dónde va y porqué lo hace tiene posibilidades de hallar algunas respuestas. Y –siempre desde mi perspectiva jungiana- ese trabajo camina en consonancia con el Proceso de Individuación. Un proceso que debe ser darle mayor significado a la vida, con una vida más profunda como meta. como la manifestación de nuestras potencialidades.
La Circunambulación del Sí Mismo
El Proceso de Individuación es una circunambulación (“caminar alrededor”) del Sí Mismo arquetípico por el Ego. Como un punto en la periferia de una rueda, el Ego siente que circula continuamente en torno al “punto fijo”, al eje de la rueda, el Sí Mismo. Es como si toda nuestra experiencia fuese parte de la vida del Sí Mismo. Somos incapaces de vivenciar en forma inmediata la totalidad del significado de nuestras vidas individuales, aunque podemos percibir de manera intuitiva que nos movemos alrededor (circunambulamos) de un centro virtual de significado, el Sí Mismo arquetípico.
La circunambulación es un ritual arcaico para demostrar respeto a lugares y objetos sagrados. Ya lo señalamos en nuestro trabajo sobre caminatas espirituales. En el Tibet tradicional, los templos budistas eran circunambulados en el sentido de las agujas del reloj (simbolizando una creciente conciencia), en cambio en los templos Bon (vinculados a la Magia Negra) eran circunambulados en sentido antihorartio.
La síntesis de los Opuestos (Coniunctio)
A medida que progresa la habilidad para manejar la integración y síntesis de los opuestos, el analisando a menudo toma conciencia (por ejemplo a través de la imaginería onírica) de la relación del Ego con el Sí Mismo. Así, el centro de la personalidad se aleja de las tensiones del Ego que trata de aferrarse desesperadamente a una imagen de sí mismo, en tanto la psique se abre a una participación más profunda en el mundo y con los demás. Entonces puede sobrevenir una etapa de creciente percepción de nuestro destino particular, junto con la libertad para tejerlo en patrones individuales. Trabajemos la síntesis de nuestros opuestos, circunambulando nuestro Ego, y haremos de nuestro trabajo de análisis psicológico una verdadera búsqueda Iniciática.