Avances sobre el Centro Ceremonial del Uritorco

Terrazas del Centro Ceremonial de Pueblo Encanto

Cuando en el año 2008 Carlos Lusianzoff, integrante de la familia propietaria del predio conocido como “Pueblo Encanto”, en Capilla del Monte, y entonces administrador del mismo, pidió mi asistencia para estudiar unos afloramientos rocosos que en tareas de limpieza de vegetación acababan de descubrir, poco podríamos sospechar que eso se convertiría en una verdadera aventura personal. Oportunamente estudiado por personal de la Universidad de Catamarca (contratada a tal efecto y de su propio bolsillo por Carlos) y certificada su probable antigüedad de 8.000 años (que la ubicarían milenios anterior a la presencia de los henia y los kamiare en la zona -mal conocidos como “comechingones”- el entonces llamado “pucará” (algo que sabíamos no era desde un comienzo, porque la palabra “pucará” define a una fortaleza o puesto de observación, generalmente en un altozano y su propio descubridor pensaba más en un “zigurat” del tipo babilónico, aunque empleó por comodidad aquél término) iría poco a poco revelando algunos de sus secretos (no tenemos duda que oculta muchos más) y que oportunamente compartimos en numerosos artículos, videos y podcasts.

Esta breve nota es entonces un recordatorio y puesta en marcha de una sucesión de observaciones, evidencias y reflexiones que iremos compartiendo como fruto del trabajo de la gente que integra “Proyecto Zona Uritorco” (Emanuel Giúdice, Marcelo Metayer, Alberto Marzo, Adrián Varela y quien esto escribe), sin dejar de traer a colación los trabajos de otros que también están sumando -desde sus propios lugares- lo suyo (el caso del investigador Juan Acevedo, quien propone la teoría del “observatorio astronómico”, investigación en curso). Recordarán nuestros seguidores más conspicuos que hace poco estuvimos relevando el lugar (trabajo en el terreno que abonarán prontas conclusiones) y constando la complejidad general del lugar, de modo que en lo personal -no comprometeré a mis compañeros en estas líneas- quiero señalar lo siguiente:

Marcelo señalando la “piedra bola“
Marcelo señalando la “piedra bola“
  • Se reafirma la convicción que un horizonte cultural desconocido y avanzado existió en el lugar, aproximadamente 8.000 años atrás. Quizás contemporáneo a la llamada “cultura de Ayampitín”, no obstante, ésta se encontraba en un estadio primario, cazador, recolector, precerámico y de trabajo lítico, mientras que la cultura que nos interesa encaraba construcciones megalíticas, extensas alineaciones quizás astronómicas sobre el terreno. No es impropio, entonces, hablar de una civilización perdida del Uritorco.
  • Si bien constatamos que algunas alineaciones que se creían “perfectas” (como la de la conocida Piedra Bola con el “Sillón” del ex pucará -que a partir de aquí referiremos como “centro ceremonial”) no son tales, su aproximación permite seguir considerando una intencionalidad.
  • Como bien se señaló en debate en el seno de “Proyecto Zona Uritorco”, si realmente de “observatorio” o “alineaciones astronómicas” se tratara. Habría que preguntar el para qué. La tendencia innata a asociarlo con “cultivos” (fechas de siembra y cosecha) es fútil, en primer lugar porque aquello que eventualmente se cultivara también pertenece al entorno silvestre de la región, bastando observar la evolución de las plantas en forma natural para comprender la oportunidad del momento. Además, el uso de espejos de agua, generalmente artificiales, para comprobar fechas (tomando en consideración el “ingreso” de ciertas estrellas a la visión perpendicular de la superficie de agua, y su “egreso” como determinante de nuevas fechas) no demanda alineaciones y construcciones, mucho más extensas y monumentales que los tales cultivos. Tendremos entonces que suponer que su función astronómica tenía que ver con lo “sagrado”, y eso nos lleva a una casta sacerdotal, es decir, una sociedad jerarquizada y extremadamente compleja, con grupos con autoridad dedicados a tareas tan abstractas, complejos y prolongadas en el tiempo como cálculos astronómicos, que excede por mucho la imagen de sociedades con un único jefe tribal, sencillamente dedicadas a la diaria subsistencia.
  • Pronto compartiremos la planimetría que levantamos, con dron y GPS, en la zona, así como el resultado de las indagaciones de lo que habría ocurrido en el popular “El Zapato” muchísimo antes que fuera el sobradamente conocido mirador turístico de hoy en día. Sólo hacer hincapié que el Zapato” no fue siempre “zapato”…

Queremos realmente que estos escritos y comentarios sean compartidos y lleguen a la mayor cantidad de interesados en el lugar y sus misterios, para invitarles, de esta forma, a que en su próxima recorrida por el lugar lo observen con otros ojos. Pero finalizaremos hoy este artículo con una reflexión: los negadores y refutadores sonreirán quizás con sarcasmo, argumentando que es una “significativa casualidad” que precisamente allí, al pie del Uritorco, tierra de OVNIs, duendes y tantas historias extrañas, sea donde aparecen evidencias de una civilización perdida. Pero yo lo propondré de otra manera: ¿y si fuera precisamente el recuerdo ancestral de una desconocida, poderosa y quizás “tabú” civilización perdida en el lugar lo que dio origen a la mitogénesis capillense? Jung tendría mucho que decir al respecto; cómo los recuerdos impregnados en el Inconsciente Colectivo (de un grupo étnico, una región, una tradición, una historia) dan energía y vivifican imágenes arquetípicas que pasan a formar parte de la “Realidad” de generaciones posteriores. O también nos permitimos especular que es posible que el lugar sea el que esté “vivo” en términos energéticos, concitando primero el enraizamiento de una cultura antiquísima e ignota pero continuando a través d ellos tiempos manifestando o atrayendo vectores que hoy interpretamos de acuerdo al paradigma cultural presente.

Hay mucho más para compartir, que en la medida que lo procesemos (y nuestro tiempo disponible, tirano irredento de la vida contemporánea) estará a disposición de ustedes. Agradecemos la paciencia entusiasta.


  • Para un recorrido por el Centro Ceremonial, ver aquí:
  • Algunas notas complementarias:

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