Una enseñanza Tolteca para reflexionar

“Que los sentidos coman con avidez y que como las abejas, transformen sus alimentos en miel, para con esa miel alimenten a Tezcatlipoca, para que con la carne y sangre de este, se alimente Quetzalcoatl…… pero que Huitzilopochtli coma su propia carne y beba su propia sangre». (Oración Tolteca – Mexica)

La mirada intoxicada que alimenta la creencia en masivos sacrificios humanos entre los Mexicas se basa, también, en oraciones como ésta, donde –a tenor de lo interpretado primero por los conquistadores, luego por los ecleciásticos, finalmente por los herederos culturales de ellos- los “dioses” se alimentaban casi antropofágicamente de ellos mismos y entre sí. Y es ignorar el significado simbólico, alegórico, metafórico, en resumen, Iniciático y esotérico de ese Conocimiento.
En efecto, simbólicamente Quetzalcoatl representaba la Inteligencia. Tezcatlipoca, la Intuición y la Memoria. Huizilopochtli, por su parte, la Voluntad. De tal manera que podemos reescribir, “exotéricamente”, esa oración así: “Los sentidos físicos deben alimentarse de vivencias y sensaciones, para transformarlas en experiencia que queda en la Memoria. De ella, de la reflexión sobre ella, se alimenta la Inteligencia… pero la Voluntad, ella, tiene que alimentarse (fortalecerse) a sí misma.

Un comentario de “Una enseñanza Tolteca para reflexionar

  1. Alejandro Pavón dice:

    Los europeos quedaron sorprendidos del manejo simbólico de los conocimientos de los pueblos naturales de este continente, por ello destruyeron lo que no entendieron y manipularon lo poco que dejaron, no les interesaba el conocimiento, solo lo material, por ello infortunadamente se perdió gran parte de ese acerbo y mucho más permanece oculto en el Vaticano y en viejas galeras de Europa…
    Pero nadie muestra interés por rescatar esos bienes que pertenecen a nuestras naciones, porque de estas tierras fueron sustraídas, saqueadas, robadas impunemente, pero es nuestra memoria, son nuestros saberes y haceres, son nuestros tesoros y a nosotros compete desentrañarlos.
    Un gusto en saludarte Gustavo, como siempre tu material es valioso e impecable

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