¿Un origen nazi y argentino para la Cienciología?

Quien más, quien menos, ha escuchado hablar, ha leído o se ha enterado de la existencia de la Iglesia de la Cienciología, más quizás por el cholulismo de saber que conocidos actores hollywoodenses, como John Travolta o Tom Cruise militan en sus filas, que por la historia de Lafayette Ronald Hubbard, el mediocre escritor de ciencia ficción que la fundara, como contexto jurídico para su técnica de Dianética, o reprogramación mental.

No cruzaremos lanzas aquí con defensores y detractores de esta «escuela de pensamiento» (no sé hasta qué punto pueden convencerme de llamarla «secta», más allá que ciertos países, como Alemania o España así lo hayan decretado, habida cuenta de los intereses en juego que suelen respirar detrás de estas exposiciones supuestamente motivadas por el «bien público». Digamos que, cuando menos como «relato», su doctrina es interesante: un déspora intergaláctico, Xenu,  que hace millones de años deportó y exilió en la Tierra a centenares de millones de extraterrestres para después aniquilarlos violentamente, liberando así sus espíritus que fueron incorporados en una raza -la humana- naciente en ese momento. Nuestras almas, llamadas «thetan» en esa doctrina, guardarían aún el estrés postraumático de semejante historia y erllos, los practicantes de Dianética y los cienciólogos, tendrían las herramientas para liberar nuestro potencial abordando las profundidades de esos conflictos.

Seguramente con carencias y grandes lagunas, esta es la síntesis de su relato. Lo que quiero compartir aquí no es ni siquiera una investigación, es apenas un «dato» asaz sugestivo y atípico con el que me crucé mientras trabajaba en otros estudios y que deseo compartir, seguramente con la secreta esperanza que aparezcan espontáneos colaboradores con información que me ayude a profundizarlo.

Nordenholz

El hecho es la historia de Anastasius Nordenholz, un argentino nacido en 1867, en Buenos Aires, hijo del cónsul de Alemania por ese entonces. Por la nacionalidad de sus padres y su propia estancia prolongada en esos territorios entre 1921 y 1936 obtiene la doble ciudadanía. Nunca quedó clara su actividad, aunque se dice tanto que trabajó como profesor como periodista en Europa, aunque en Argentina se dijo de él que era tanto «granjero» como «científico». En 1934 le es publicado el libro «Scientologie, Wissenschaft von der Beschaffenheit und der Tauglichkeit des Wissens» o «Cienciología, ciencia de la constitución y la utilidad del conocimiento» y es interesante que la propia página oficial de la Iglesia de la Cienciología acepte que evidentemente Hubbard abrevó en sus fuentes. Detalle de interés: nunca hubo traducción, ni al inglés ni al español, salvo aquella que alguien puede haber encargado personalmente (o manejado ambos idiomas, que no era el caso de Hubbard).

Ciertos infusos datos de este autor contrasta con otras referencias ciertas y comprpobables. Su primer libro fue «Allgemeine Theorie der gesellschaftlichen Produktion» (1902, Beck, München, X und 292 SS.) con un sesudo análisis de la obra de Schopenhauer y en 1904 colabora como «asistente» del físico Alfred Ploetz.

¿De qué habla Nordenholz en su libro?. De los caminos de crecimiento espiritual. Dice que  es la humanidad quien en su forma de entender le da forma a la esencia del conocimiento, la individualiza, eso significa presionarla en la estructura individual, según el hecho de que el ser se convierte en conocimiento, solo a través de los individuos humanos. Y ellos, por su parte, están bajo la ley del desarrollo ascendente y descendente, que depende de la disposición personal, la nobleza de la raza y la estructura social. Conociendo el peligro del relativismo histórico-biológico y el escepticismo, que está involucrado en este método, Nordenholz establece normas absolutas, resultantes de nuestra actitud hacia el ser primordial. Tanto el individuo como los grupos, por diferentes que sean, tienen el deber de ponerse en libertad bajo la influencia del Absoluto. Tienen un derecho solo mientras responden a este deber. Todos los deberes y todos los derechos tienen sus raíces en lo Absoluto.

Existen referencias que participó activamente en mitines del Partido Nacional socialista, y que a su regreso a Argentina -radicándose en Las Rosas, provincia de Santa Fe, donde falleciò en 1948- continuó cultivando contactos vinculados a esa ideología.

No tenemos evidencia que Hubbard haya conocido a Nordenholz, aunque cuando la misma Cienciología reconoce las raíces evidentes en la obra del germano-argentino sobre el norteamericano, uno tiene derecho a preguntarse cómo podría haber operado el contacto. Es sólo una teoría suponer que cayó en sus manos una versión traducida artesanalmente -o extractos de ella- del libro de nuestro compatriota, habida cuenta que entre 1933 y 1938 Hubbard se dedicó a escribir a tiempo completo, con la libertad suficiente para husmear en bibliotecas y otros contactos quizás no usuales. Es innecesario recordar aquí que el espionaje filonazi en USA estaba muy activo en ese entonces, y a través de la Ahnenerbe arqueólogos imaginativos y escritores fantásticos -lo que era Hubbard- no sóloe stablecían contacto sino eran fuente de información para esa misma red.

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