Publicado en «Lo Inexplicado», tomo II
Editorial Delta S.A., Barcelona, 1981
Sin autor especificado (suponemos Colin Wilson)
La red de líneas rectas que une los lugares sagrados megalíticos de Europa, ¿es la reliquia de un sistema de antiguos caminos?. ¿O indica que la tecnología del hombre primitivo estaba más adelantada de lo que suponemos?
Observando el paisaje en Blackwardine, un día de junio de 1921, Alfred Watkins, respetable industrial cervecero de Herefordshire (Inglaterra), tuvo una sorprendente revelación que después describió como «un torrente de recuerdos ancestrales». Lo que vio fue un diseño totalmente nuevo en el paisaje familiar que le rodeaba: una compleja red de líneas rectas que unían túmulos mortuorios, cimas de colinas, antiguas iglesias y encrucijadas, componiendo «una cadena mágica que iba de cumbre en cumbre en toda la distancia que alcanzaba la vista».
Watkins, preocupado por salvaguardar su reputación en el pueblo, al principio no dijo nada acerca de su descubrimiento. Cogió mapas y reglas y comenzó a buscar cuidadosamente pruebas que respaldaran su inspirada visión. Una y otra vez, descubrió que las líneas de sus mapas pasaban por la misma clase de lugares, todos antiguos, todos con alguna significación. Fue Watkins quien acuñó la palabra ley para describir esas líneas. Otros las llaman líneas «scemb», corredores geománticos o, simplemente, alineaciones, pero todos los que creen en su existencia están de acuerdo en los rasgos que las definen.
Watkins decidió la denominación de «líneas ley» a raíz de los estudios que realizó acerca de los topónimos relacionados con las alineaciones. Efectivamente, descubrió que muchos de los nombres de los lugares por los que pasan las líneas –sus hitos, en cierto modo– terminan con las sílabas «ley», «lay», «lee», «lea» o «leigh». De entre ellas eligió la más común. Watkins sugirió más tarde que podría hablarse también de otros grupos de topónimos, basados en este caso en las sílabas «salt», «clay», «tin» y «gold», e incluso llegó a elaborar una complicada –y bastante confusa– teoría al respecto.
Para identificar las líneas ley, los círculos de piedras –de los que existen unos 900 sólo en Gran Bretaña– constituyen referencias importantes, así como las hileras. Otras piedras erguidas solitarias –más pequeñas, desde luego, que un monolito o un menhir– son también, muy probablemente, hitos de las líneas ley, pero el problema es que no todas aparecen en los mapas: son más pequeñas y difíciles de descubrir, ya que a menudo quedan ocultas en bosquecillos, o se han aprovechado para fabricar cruces de cementerios.
Mojones, túmulos, capamentos prehistóricos y montículos son otro grupo de marcadores de líneas ley. Los más antiguos son los largos túmulos neolíticos, montículos de tierra o creta que pueden tener cientos de metros de longitud y hasta treinta metros de ancho. Un rasgo que permite reconocerlos con facilidad es que un extremo es, en general, más alto que el otro. los túmulos redondos son los más corrientes. A veces, en cambio, se alzan solitarios.
Los fosos circulares también son puntos ley, porque a menudo resultan de las zanjas que rodean túmulos. Los fosos cuadrados son muy posteriores y, en realidad, no pueden ser considerados como puntos ley «seguros». Los estanques coinciden a veces con las líneas ley, ya que la luz reflejada por la superficie del agua proporciona un punto de referencia seguro. Estanques y vados no son considerados generalmente como marcadores primarios, pero sí como confirmaciones de la existencia de una línea. Los pozos sagrados constituyen marcadores importantes: con frecuencia indican el punto de partida de una línea ley.
Los castillos y las iglesias primitivas se encuentran con frecuencia sobre leys, porque muchos de ellos fueron construídos en los emplazamientos de montículos o edificios más antiguos. Los castillos, por ejemplo, se construían generalmente en colinas porque eso daba a sus defensores una buena panorámica sobre los alrededores y una sólida posición defensiva. La misma colina era, a menudo, un montículo prehistórico. Las excavaciones en castillos de España, Francia e Inglaterra a menudo han sacado a la luz artefactos que probaban la existencia de asentamientos prehistóricos en el mismo emplazamiento del castillo.
Existen muchas pruebas de que las iglesias reemplazaron y suplantaron santuarios paganos en los mismos emplazamientos. El papa Gregorio se quejó por escrito, a fines del siglo VI, de que los pueblos que no habían recibido la influencia civilizadora de Roma se «habían dedicado hasta ahora a la adoración de maderas y piedras», pero llegó a la conclusión de que «no era correcto obligar a personas de carácter obstinado a mejorar de a saltos; es mejor hacerlo dando pasos lentos». Al misionero Agustín se le aconsejó que no destruyera los antiguos santuarios y templos, sino que los modificara, rociándolos con agua bendita –ya que así incorporaba las cualidades curativas de los pozos paganos– y que convirtiera lentamente a los lugareños. Por eso muchas iglesias se alzan sobre colinas construidas por el hombre, o dentro de estructuras circulares de la Edad de Bronce, como las ruinas de la extraña Iglesia de Knowlton, en Dorset (Inglaterra), edificio del siglo XII que se encuentra en el centro de uno de esos recintos religiosos prehistóricos, a 350 metros del pueblo, rodeada por todas partes de otros recintos y túmulos mortuorios.
A pesar de las pruebas aportadas hasta ahora para demostrar la existencia de las líneas ley, hay quien no cree en la existencia de estos extraños dibujos y alineaciones. Las estadísticas descartan su existencia alegando que en una zona tan variada, tan densamente poblada y con tanta historia como la antigua Europa, una línea recta dibujada en cualquier dirección en un mapa detallado tiene que pasar por antiguos emplazamientos, pozos sagrados, túmulos y otros elementos que los «cazadores de leys» consideran importantes. Los matemáticos prepararon fórmulas y las comprobaron en una computadora, intentando demostrar que las líneas ley son consecuencia del azar. Pero, desgraciadamente para ellos, sus fórmulas les traicionaron. Su análisis demostró que las posibilidades de que una línea ley fuera fruto del azar eran de 1 por 200 para una línea de seis puntos (o sea, para que seis puntos ley significativos y generalmente aceptados coincidieran en una línea recta de no más de 50 kilómetros de longitud). Si hay siete puntos, la posibilidad de una casualidad es de 1 por 1000. Estos resultados se obtuvieron con fórmulas que –en todo caso– habían sido preparadas contra la idea de las líneas ley, ya que muchas alineaciones tienen seis o más puntos en una distancia de 12 a 15 kilómetros.
Los arqueólogos profesionales forman otro grupo que considera totalmente absurda la idea de que un sistema de líneas una los emplazamientos antiguos y sagrados de Gran Bretaña. No sólo han demostrado un total desinterés por esa idea, sino que son hostiles a ella. Cuando se plantea el tema de las líneas ley en entrevistas con arqueólogos se obtienen reacciones muy parecidas a las que debían recibir los primeros que afirmaron que la Tierra era redonda cuando se lo planteaban a quienes pensaban que era plana.
Sin embargo, fue un estudioso de excelente reputación, sir Norman Lockyer, Astrónomo Real, quien a principios de este siglo redescubrió por primera vez una importante alineación. Lockyer descubrió que el eje principal sobre el que está alineada la famosa formación megalítica de Stonehenge –el ángulo del amanecer en el solsticio de verano– coincidía con el poblado neolítico de Grovely Castle. La distancia entre ambos puntos es de 10 kilómetros. Después descubrió que Old Sarum, otro emplazamiento prehistórico situado en la cumbre de una colina, donde se construyó la primera catedral de Salisbury, estaba también a diez kilómetros de Stonehenge, y que la misma distancia separaba Old Sarum de Grovely Castle. Los tres puntos formaban un triángulo equilátero perfecto, demasiado perfecto para ser casual. (Investigaciones posteriores demostraron que las alineaciones iban más allá del triángulo original). Esta fue la primera pista que permitió descubrir la sesión del hombre megalítico con los dibujos y los números, obsesión que quedaba plasmada en el paisaje donde vivía.
Pero, al margen de las observaciones de tipo arqueológico-geográfico, existen otras evidencias que pueden apoyar la existencia de las líneas ley. La radiestesia –capacidad que algunas personas tienen para detectar las radiaciones emitidas por ciertos elementos naturales– desempeña un papel importante en este sentido. En algunos lugares del mundo, los zahoríes han recibido un tratamiento reverencial, por ejemplo los geománticos en China. Armado con su varita o su péndulo, el zahorí actúa como un conductor de la fuerza telúrica y logra descubrir si ésta es positiva o negativa.
Además, permite vincular los aspectos práctico y místico del tema. Al «cazador de leys» le resulta útil que el zahorí corrobore o desmienta las deducciones que ha obtenido previamente a base de mapas y cálculos arqueológicos.
Actuando con un péndulo o una cuerda, puede colocarse junto a un marcador ley y explorar sistemáticamente el suelo de los alrededores, de manera que la reacción de su instrumento le indique el tipo y la dirección de la energía que se desprende de la tierra. Ocasionalmente, sucede que un zahorí descubre las señales procedentes de un marcador ley que había sido desplazado de su lugar originario. Otras veces, ha reconocido, en lo que parecían no-alineaciones deliberadas, un sistema subsidiario de otro sistema de alineaciones principal, al notar que la corriente fluía desde esos lugares hacia un punto determinado, aportando una mayor intensidad de energía.
En cuanto a la explicación que puede tener esa emisión de energía que parece estar en la base de las líneas ley, una de las teorías más originales es la que conecta la fuerza telúrica con el «orgón» que el psicoanalista heterodoxo Wilhelm Reich aseguró haber «aislado» como fuerza pura, subatómica y primaria. Construyó una «cámara orgónica» construida a base de capas alternadas de materia orgánica e inorgánica, en el interior de la cual la energía del orgón se intensificaba siguiendo un esquema en espiral. Si una persona se sometía a la irradiación en una cámara orgónica –aseguraba Reich– la energía bloqueada de su cuerpo volvía a fluir, revitalizando el sistema nervioso.
Muchos monumentos megalíticos, como el de Newgrange (Irlanda) o el de Silbury Hill (Inglaterra), estaban construidos, precisamente, con capas cuidadosamente diferenciadas de tierra y de yeso –materia orgánica e inorgánica–. Newgrange pertenece a una alineación que incluye también un menhir y un túmulo; Silbury también se sitúa en la línea ley. Se ha sugerido que en esos antiguos lugares sagrados, podrían generar una especie de energía parecida a la fuerza orgónica de Reich, y que el hombre de la época megalítica podía haber empleado esos monumentos para una revitalización espiritual. Como es lógico, esta energía podría expandirse a través de las líneas ley.
La investigación prosigue, y las hipótesis –moderadas, descabelladas, quizás correctas– se suceden. Expertos en estadísticas, programadores de computadoras, ingenieros, filósofos, zahoríes, videntes y ufólogos también tienen que decir algo al respecto –además de los arqueólogos y geólogos– y cada uno de ellos aporta su grano de arena al esclarecimiento del misterio. De momento sólo se acumulan datos, se hacen deducciones… Pero lo cierto es que ninguno de los que se han introducido en el mundo de las líneas ley con honradez y seriedad niega su existencia.
mi querido gusta,en la foto de los tumulos,vi y en una primera impresion unas figuras de un punto con un circulo y reitero a primera impresion,me parecio cuando se tira una piedra al agua,a segunda vista vi que algunos eran puntos o depresiones minusculas ,hay con dos de esas,y otras con una «colina» sobresaliendo me dio por pensar los que sobresalen serian soles y los mas chicos planetas,sera acaso un sistema solar representado en esas figuras,les dejo esta inquietud,jejejejje,un abzo fraternal,melelcec
Interesante observación, Adolfo. Habrá que reveer algunas lecturas de esos lugares :-.) Un abrazo
Adolfo, envia mas datos de esta piera de altura 7 mt en el cementerio de Inglaterra,, que significa esto?
No recuerdo que Colin Wilson estudiara las líneas ley. El artículo quizá es de los mísmos autores que las fotos, Janet y Colin Bord, que han escrito libros sobre el tema:
http://www.uniliber.com/autor/Janet-Colin-Bord.html
Otro Colin que trabajó muy a fondo con los ley fue Colin Bloy. Copio y pego fragmentos de un artículo suyo:
«En 1940(…) uno de los primeros actos oficiales de Winston Spencer Churchill fue declarar(…)un minuto de silencio diario, a las nueve de la noche, antes de la emisión de las noticias nacionales, durante el resto de la guerra(…) Quienes trabajamos con las energías sutiles sabemos que, durante este minuto, todas las líneas energéticas que unen entre sí las antiguas iglesias, los emplazamientos dolménicos y otros puntos claves de los pueblos y ciudades británicos – conformando la conciencia colectiva de la nación – se apagan: es como si se limpiasen para empezar de nuevo. (Colin Bloy en Año Cero, núm. 30)».
Curiosamente, la región de Inglaterra más poblada de líneas ley, alrededor de Stonehenge, es también donde se producen más Crop-Circle auténticos. Y sobrevolándola con Google Earth a baja altura se observan los túmulos y montículos de que habla el artículo.
Los lugares sagrados de las culturas amerindias ¿están recorridos también por líneas ley?; y cuando celebráis ceremonias chamánicas, ¿notáis con el péndulo si se activan estos ley?
Hola Josep: es muy posible, entonces, que sea de Bloy, ya que mucho material de «Lo Inexplicado» era replicado en sus comienzos por «Año Cero». Respecto a tu pregunta por las «líneas ley» amerindias, en los escasos relevamientos que hemos efectuado hasta ahora -escasos en relación a la profusión de centros ceremoniales y «lugares de poder» no se detecta una reactivacion significativa, que yo atribuyo a que su reconstruccion en muchos casos tiene más que ver con las presuposiciones -o projuicios- de los arqueólogos a cargo que con los criterios originales. Sin embargo, otra cosa ocurre en las «caminatas espirituales», donde sí es evidente -hasta a título personal- la potenciación paulatina año tras año, por ello numerosos grupos de trabajo en toda América están recuperando exclusivamente esa forma de abordaje para revitalizar esos lugares.
Un abrazo
Hola amig@s:
Me ha gustado el trabajo que ha expuesto Gustavo.
Sobre el mismo me gustaria añadir mis apreciaciones, en las investigaciones que estoy efectuando sobre las líneas Ley y que teneis acceso en: http://goo.gl/iZQkN, (o desde http://www.biohabitabilidad.es) podemos partir de dos hipotesis distintas:
a) La que se describe de que las líneas Ley son unas «lineas» imaginarias completamente rectas desde un punto energetico o Vortex Point hasta otro, cruzando por varios puntos en su recorrido.
b) Si visitais el mapa que estoy creando (y podeis añadir vuestros estudios), podreis observar que se cumple en un muy alto porcentaje la anterior aseveración, ahora bien, si al mismo tiempo observais los distintos planos / imagenes de cada punto energético, podreis observar que desde mi percepción, las mencionadas líneas Ley no se comunican de un punto a otro de una forma rectilinea, si no que describen unos caminos mas o menos sinuosos.
Evidentemente antes no existian las utilidades de GMaps o similares que nos ayudan en las investigaciones.
Saludos
Muy interesante Jordi!. Voy a leer con detenimiento tu blog y te contacto, gracias por acompañarnos, un abrazo!
HOLA BUENAS TARDES , SOBRE LAS LINEAS LEY ,HAY UNA EN UNA IGLESIA DE FORES TIENE UN METRO DE ANCHA ,TAMBIEN HE LOCALIZADO OTRA CERCA UNA IGLESIA DE SAN MIGEL QUE ESTA CERCA DE DONDE VIVO QUE ES LA CONCA DE BARBERA