Suele ocurrir que las personas interesadas en los campos que nos son comunes eclipsen de su atención, en momentos de crisis, las herramientas que en algún momento aprendieron y conocieron como idóneas para enfrentarles. Y en estos tiempos de pandemia, infodemia y, en definitiva, miedo, la Autodefensa Psíquica tiene algo que aportar.
Ya he hablado aquí del Egrégoro del Miedo. Pero éste es sólo uno de los enemigos a enfrentar. La depresión anímica y la dispersión no son menos. La primera, esperable efecto secundario emocional de la circunstancia. La segunda, nacida del desconcierto y desasosiego de no saber “qué viene después”. Y recuerdo aquella frase que dice que “la dispersión es el demonio”. Sin embargo, el problema es cuando no distinguimos que esa incertidumbre obedece al contexto externo y la vivimos como interna.
A pesar de la crisis, recuerda que hasta hace unos días tenías sueños, proyectos. El escenario a posteriori puede cambiar y seguramente lo hará, pero no deben hacerlo tus sueños y proyectos. Adaptarse sí, abandonarlos, jamás. Hazlos. Y si tienes miedo, hazlos con miedo, pero hazlos.
La Densificación del Pensamiento en Autodefensa Psíquica acude a una analogía con la luz. ¿Cuál es la diferencia de naturaleza entre la luz común y un rayo láser?. Ninguna, porque la diferencia no es de “naturaleza”, sino de ORGANIZACIÓN. Mientras que la luz común se dispersa entrópicamente y simplemente ilumina, la luz de un láser, enfocado, organizado, puede atravesar objetos sólidos.
La mayoría de la gente, la mayor parte del tiempo, piensa “como la luz común”. Brinca de un tema de atención a otro, sostiene un lapso sus intenciones pero se desalienta o distrae y relaja esa atención, o simplemente espera a que las oportunidades se presenten para enfocarse, sin haber comprendido que las oportunidades no aparecen; se crean. Cumpliendo el Segundo Principio Fundamental del Universo, el de Correspondencia, en tanto lo semejante atrae a lo semejante, una mente enfocada como un láser atraerá las circunstancias, modelará el paradigma de Realidad en que se mueve. Y no se trata sólo de enfocarse sino, muy especialmente, sostener ese foco en el tiempo. Porque hay algo fundamental que debe entenderse: este proceso que estamos atravesando, si es de evolución, también es de selección. Y sólo los más fuertes, voluntariosos, constantes, en términos de energía psíquica, emergerán en posición favorecida de esta crisis.
Esta “gimnasia mental” puede realizarse a través del la Técnica de Refuerzo de Mirada. La misma consiste en -teniendo alguien que lo haga con nosotros- sentarse frente a frente, dos palmas de las manos el rostro de una respecto del otro, y durante un período nunca inferior a diez minutos, sostenerse la mirada (atención) sin hablar y sin desviarla.
Parece muy sencillo. ¿Cómo no podría mantener la mirada ne los ojos de alguien durante esos minutos?. Y sin embargo, si no tengo práctica, al paso de unos pocos minutos algo raro comienza a suceder: nos da unas ganas incontenibles de reírnos, o el rostro de la otra persona se deforma, se oscurece, o por el contrario lo cubre una nube brillante, o queda un solo ojo, o aparecen más…. ¿Qué es lo que ocurre?
Ocurre que nuestra Sombra (la suma de las partes autodestructivas, autosaboteantes, oscuras de nuestro propio inconsciente) no tolera que conscientemente hagamos aquello que “ella” no desea permitir. Y cuando tratamos, nos perturba para obligarnos a romper -en este caso- la tensióin del ejercicio. Eso que “vemos”, obviamente, no está en el rostro del otro, de la otra: está en nuestra propia percepción, perturbada por la Sombra (ya que, en nuestra cultura, no es aceptable mirar fijamente a alguien salvo un vínculo afectivo que nos una o “rellenado” el momento con una conversación). Porque entiéndase: más peligroso que los obstácuos del mundo externo, son los del interno. Y cuando “justificamos”,n es decir, racionalizamos (lo que después de todo no es más que un Mecanismo de Defensa del Yo) los “motivos” que creemos tener, olvidamos preguntarnos si, después de todo, eso no es una construcción discursiva sobre lo que en principio es una pulsión de la Sombra.
Volvamos entonces al ejercicio. Si cuando tenga ganas de reír, hablar -por mínimo que fuese- o desviar la mirada cedo a ello, habré satisfecho a la Sombra. Pero si por esfuerzo de la Voluntad permanezco enfocado, silencioso, llegará un momento en que volveré a ver el rostro de la persona tal cual es, sin experimentar ni incomodidad ni nunguna otra sensación. Decimos entonces que le he impuesto a la Sombra un límite consciente. Le he dicho “hasta allí llegas; no molestes y recuerda que te estoy observando”.
Todos tenemos nuestra Sombra y no podemos escapar de ella. Quien crea que no le afecta es, entonces, su primera víctima. Lo que debemos hacer, en consecuencia, es ponerla en su lugar.
Pero la Técnica de Refuerzo de Mirada alcanza otros objetivos. Multiplica la Voluntad, mejora la capacidad de concentración y, como dije, modela el Universo (nuestro Universo) a nuestro alrededor. Nos transforma en metafóricos soles, alrededor de los cuales se organian los sistenas planetarios, nutriéndose de su luz y calor. Y en estos tiempos, la humanidad necesita soles, personalidades fuertes y organizadas psíquicamente alredeor de las cuales puedan “orbitar” los necesitados de calor y organización.
¿Qué hacer si no tenemos con quién compartir la técnca?. Pues, simplemente, hacerlo frente a un espejo, a una cuarta de palma del mismo: a veces es más difícil sostener la propia mirada antes que una ajena.