En numerosos trabajos, sean éstos breves artículos o enjundiosos ensayos, he presentado las que, a mi criterio, son las estrategias y tácticas empleadas por ese Poder en las Sombras, que genéricamente llamo “los Illuminati” para manipular, condicionar y controlar a la humanidad, en tanto suma de individuos, en tanto colectivo de energías psíquicas. Una manipulación que no es circunstancial, episódica y mucho menos reciente –en términos históricos- sino, por el contrario, hunde sus raíces en la noche de los tiempos. Porque, a fin de cuentas y para cualquiera que profundice el turbio pantano de las acciones Illuminati, se trata en puridad de una genealogía vincular por líneas sanguíneas y/o matrimoniales donde un número asaz exigüo de individuos se transmite y perpetúa en el verdadero poder. Como esos trabajos, tanto los de mi autoría como los de tantos otros investigadores y exégetas son sencillos de encontrar, evitaré aquì repetirme para enfocar mi atención en una de esas tantas estrategias, lo que, extrapolando, sin duda le permitirá al lector seguir el hilo conductor de su presencia en tantos otros estamentos del humano y su devenir.
No puedo negar, empero, que me acucia cierta inquietud al presentar un tema que ha sido –y seguirá siendo- urticante en las sociedades humanas, tal como es el racismo, la división de castas y cualquier otra forma de segregación con que las crónicas de todos los tiempos, infaustamente, nos han obsequiado. Temo ser mal comprendido también, pero al instante me tranquiliza la convicción que en intención y esfuerzo habré de ser suficientemente claro y didáctico y, en consecuencia, si alguien malinterpreta esta exposición lo será por su propia cuenta y riesgo. Empero, advierto al lector que el planteo exigirá de él (o ella) una conciente y honesta atención intelectual, porque enfrentaremos el desafío de explicar cómo una de las taras sociales y psicológicas de la humanidad fue en principio una herramienta de crecimiento espiritual, falaz –y perversamente- desvirtuada por el Poder en las Sombras.
Y enfrentaré también la certeza que entre mis mismos lectores habrá algunos que, incluso, defenderán el racismo, la discriminación y la segregación, articulando vaya uno a saber qué motivos. Acepto no ser comprendido. No aceptaré ser alineado con éstos.
Se trata aquí de verdaderamente bucear en los tiempos arcanos, rescatando la Sabiduría Ancestral que hoy se conserva en el cenáculo de algunas sociedades iniciáticas a la llegada de los Tiempos (que son éstos) de comenzar a revelar algunos de estos conocimientos a los profanos por legado de los Maestros de la antigüedad (tal como enseña, entre otras, la respetable Orden Hermética y Pitagórica). Y la enseñanza es ésta:
Lo que en tiempos históricamente no tan lejanos (por más que dos o tres mil años parezcan una eternidad a la frágil memoria de los hombres) ha sido llamado “racismo”, esto es, la teoría de alguna superioridad genética de ciertas razas con respecto a otras, es la manipulación consciente y perversa de los Illuminati de una verdad espiritual ancestral: no deben mezclarse los linajes espirituales, porque se degrada la energía de éstos.
Expliquemos prolijamente este concepto. Como todo estudiante de Hermetismo sabe, existen numerosas y variadas “escuelas”, técnicas, ceremoniales, liturgias, en definitiva, herramientas de trabajo interior y en los planos sutiles. Es una verdad que no hay unas mejores que otras. Pero es igualmente otra verdad que si se mezcla una con otra, la energía de una se “perturba” porque se encuentra en fase o nivel diferente –ni mejor, ni peor, simplemente distinta- de aquella otra.
Pongamos un ejemplo. El sonido de los cuencos tibetanos armoniza. La meditación en un temazcal, también. Pero si ustedes en medio de una ceremonia de temazcal ejecutan dentro del “inipi” un cuenco tibetano, el efecto es penoso. Ambas vertientes son igualmente elevadas, pero, simplemente, son energías diferentes. Ni superiores, ni inferiores; simplemente distintas.
Esta consideración debe meditarse en el marco de las religiones. Una vez más: no confundamos “religiones” con “iglesias” (si al lector no le queda clara la diferencia, deberá buscarla en otros ámbitos porque, si nos detenemos en ello, nos salimos completamente del espacio de debate en el que estamos). Alguien dirá que no hay problema ya que el Dios/Diosa es Uno, y estaría en lo cierto. Pero se le escaparía que el egrégoro de cada grupo es diferente. Producto de su cultura, su momento, su historia, su sociedad, discutiríamos vanamente si es “bueno” o “malo” que exista, porque lo único real es que sí, que existe y que pesa. Y aunque cada uno adore al mismo Dios, al ser los egrégoros diferentes la mezcla de uno con otro no resulta en crecimiento sino en conflicto. Sería ideal –pero no “real”- que no hubiera tal conflicto pero lo hay y al preguntarnos porque, he aquí una de las razones.
Incidentalmente, permítaseme acotar aquí que una de las estrategias colaterales de los Illuminati es, precisamente, infectar la Nueva Espiritualidad con conceptos que «parecen» elevados pero que encierran programaciones negativas (1). Así, algunos afirmarían que «está bueno tomar de cada cosa lo que a uno le resuene», o «dejarse llevar por el corazón» para mezclar peras con alcachofas, sin comprender que no «cualquier cosa está bien» en términos de la Espiritualidad aunque nos parezca bien. Las adicciones también comienzan con cosas que «saben bien»…
Como veremos enseguida, este Conocimiento es una Vía de evolución espiritual. Pero, claro, el Poder en las Sombras no podía permitir que se instalara alegremente en el ideario colectivo esta certeza. De manera que al paso de los siglos supo manipularlo, “desviándolo” en dos creencias: las castas y el Racismo.
Cuando algunos se preguntan cómo una sociedad con semejante singladura espiritual a través de las épocas como la del Indo podía sostener el sistema de castas, donde si nacías “paria” allí quedabas, y si eras “vasya”, “chatrya” «sudra» o “bhraman” allí morías, lo comprenderán fácilmente si reflexionan en que esta división es más natural de crear si se degrada, degenera y prostituye concientemente un Conocimiento anterior (precisamente, el de no “mezclar linajes espirituales”). Alguien argumentará que la división en castas (como, mucho después, en “clases sociales”) es simplemente una forma de controlar la sociedad y hacerla productiva, pero es que exactamente eso es de lo que estoy hablando, sólo que el beneficio de la rentabilidad económica vino después de la verdadera motivación, que fue el control espiritual. ¿Se comprende?. Cuando a posteriori llega la “segregación racial” –a veces muy emparentada con la religiosa, caso de “judíos vs. gentiles” sin analizar aquí (porque excede la ocasión) si fue primero el huevo o la gallina- esto que, reconozcámoslo, es muy funcional al imperialismo, colonialismo y capitalismo cultural y económico, fue sencillo de llevar a cabo –en términos de Ingeniería Social- a partir de la mala interpretación (o la deficiente enseñanza a propósito) de aquél Principio Espiritual: no mezclar los linajes espirituales es no mezclar las energías de esos linajes.
Ahora bien. ¿Por qué afirmé que tal Conocimiento era, en realidad, una forma de evolución espiritual?. ¡Es muy simple!. Si instalamos en la mentalidad colectiva la convicción que no se puede mudar de casta o raza –nadie que naciò, por ejemplo, blanco, puede dejar de serlo y por extensión (cultural y social) alguien que naciò “paria” no podrá dejar de serlo- instalamos, por carácter transitivo, la resignación, la aceptación conformista, es decir, la predestinación. Pero si instalamos la convicción que lo que no se debe mezclar es la energía de los linajes espirituales (por razones absolutamente pragmáticas) instalamos en el ser humano la convicción que el linaje espiritual es una elección, que cada uno profesa, practica, cree lo que quiere y desea practicar, profesar y creer. Y que es un acto de voluntad (lo opuesto a la predestinación), sólo eso, lo que me separa de dejar de ser lo que no quiero ser y pasar a ser aquello que libremente elijo ser. Y esto es pura Evolución Espiritual (y, ciertamente, todo lo contrario a la conveniencia Illuminati). Por todo lo dicho, para éstos siempre sería más económico (en términos de la ecuación costos-tiempo-beneficio) desviar hacia interpretaciones “densas” la Enseñanza original que borrarla del recuerdo de la humanidad. Y es así como la misma degeneró en racismo, discriminación y segregacionismo.
(1) Por ejemplo, pienso en la gente de «El Arte de vivir» y su frase-eslogan «lo que sucede, conviene». Vayan a explicarle eso a la madre de un niño muerto en un cruce de balazos entre pandilleros, por ejemplo.
Por otra parte, los que poseían características espirituales más «elevadas» velaban por el bienestar de los otros, no se aprovechaban de ello; totalmente lo contrario de lo que se instaló luego. Excelente artículo!
lo que sucede conviene… que fracesita !!! y podemos agregar mas , es el karma , o los planetas del signo , sabrá dios que aprendizaje hay que hacer, en definitiva , acallar las voces y perdonen, pero para mi , eso es proteger mafias y delincuentes,muy buen articulo Gustavo
Todo conocimiento o vía de ascención fue desvirtuado de su sentido original, tal como pasó con la esvástica, que de símbolo sagrado (y uno de los más poderosos) pasó a ser un símbolo rechazado por la humanidad…