Primera evidencia definitiva de la civilización megalítica del Uritorco

Esta es la primera de una serie de notas breves (para evitar que el fárrago de información en internet la extravíe en la marea) sobre las evidencias que hemos encontrado avalando nuestra hipótesis de la existencia de una civilización, una cultura, un horizonte capaz de construcciones megalíticas en el Valle de Punilla en proximidades del cerro Uritorco, miles de años anterior a los henia y los kamiare (los mal llamados “comechingones”) e incluso a la cultura Ayampitín y por ende, desconocida en los anales de la arqueología e historia académicas.

Es necesario destacar que esto no es una especulación hecha desde la comodidad de un escritorio o estimando “a ojo de buen cubero” desde alguno de los muchos puntos turísticos, sino de un trabajo de campo donde nuestro equipo ascendió cuando fue necesario más de una vez a los sitios silvestres de altura fuera de los circuitos tradicionales, siendo las mediciones tomadas con el adecuado equipo (GPS y dron) y, para el caso del Solsticio, el día correcto a la hora precisa en el terreno mismo. Por ello lo de “evidencia definitiva”. Y corroborable por quien se tome el mismo trabajo.

Ya habrá ocasión de avanzar en la identidad de estos misteriosos constructores. Permítaseme ahora señalar esta -como dije- primera evidencia.

Como ya descubrimos en un viaje anterior, detrás de la conocida “Piedra Bola”, hay otra que denominamos “Cabeza de Tres Ojos”. Pues bien, estas dos están perfectamente alineadas con el centro ceremonial sito en lo que hoy se llama “Pueblo Encanto” y los tres, perfectamente alineados con la salida del Sol en el solsticio de diciembre, como queda graficado a continuación:

Tómese nota: esto necesita una sociedad numerosa, de jerarquías estratificadas (sacerdotes-observadores, jefes, obreros, personas que brindan apoyo (alimentos, vigilancia, cobijo), no simples clanes familiares transversales y limitados. En segundo lugar, si se hace semejante trabajo, es porque hay una intencionalidad: y ya dijimos que antes que un objetivo calendárico agrícola tiene (especialmente considerando la significación astronómica de esta fecha) uno astronómico o, cuando menos, astronómico – religioso. Y en tercer lugar: semejante emprendimiento constructor no tiene sentido si fuera el único. Debe estar acompañado por otros alineamientos y construcciones -que de hecho hallamos- lo que extiende y profundiza la certeza de una civilización extremadamente compleja y muchísimo más avanzada, para esta parte del subcontinente sudamericano, de lo que la historia oficial acepta. Resta aún comprender el significado simbólico de cada una de las partes (por ejemplo, de la “Cabeza de Tres Ojos”) e inferir las actividades llevadas a cabo en el Centro Ceremonial.

Equipo “Proyecto Zona Uritorco”: Dentro del Instituto Planificador de Encuentros Cercanos (IPEC) esta sección, enfocada en esta área en particular, se integra, además de un servidor, por Emanuel Giúdice, Adrián Varela, Alexis Weisheim, David Fernández, Marcelo Metayer, Néstor Santana y Alberto “Quique” Marzo.

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