La Respetable Orden Hermética y Pitagórica es «hija» del Martinismo, del que se desprende en 1956. Sus miembros en todo el mundo no son tan numerosos como en otras Órdenes, pero (y seguramente por ello) profundamente comprometidos. ¿Con qué?. En primer lugar, con su lema: «Ad lucem per voluntatem» («A la Luz por la Voluntad»). Luego, con el Triple Compromiso, finalmente, con el Aprendizaje de sus enseñanzas (de naturaleza, precisamente, Hermética y Pitagórica) y ser ejemplo en la vida de ellas. Es netamente Probacionista e Iniciática; Probacionista porque somete regularmente a prueba a sus miembros, e Iniciática porque sostiene la importancia de mantener vivo el «linaje espiritual» por transmisión directa.
Son sus grados:
Aspirante de Noveno Grado
Hermano Menor de Octavo Grado
Adepto de Séptimo Grado
Iniciado de Sexto Grado
Guardián de Quinto Grado
Senescal de Cuarto Grado
Hermano Mayor de Tercer Grado
Monitor de Segundo Grado
Maestro de Primer Grado
En términos profanos, su ámbito de trabajo es el estudio hermético, esto es, del sentido “interno” y simbólico de la Naturaleza, la Geometría Sagrada, la Numerología Pitagórica y la Alquimia Espiritual, sus aplicaciones en tanto Magia Ritual, a sabiendas que la Magia es al Esoterismo lo que la Técnica es a la Ciencia. En consecuencia, se enfoca con igual tesón en el estudio filosófico y naturalista como en la práctica empírica de esos conocimientos, conducentes, todos a una mejor calidad de vida propia enriqueciendo a la vez de sus semejantes.
Se busca, en todo momento, cultivar la Fuerza Trinitaria latente en todo ser humano: Voluntad, Acción, Transmutación. Y demanda de los estudiantes, un triple compromiso:
– Compromiso Intelectual (estudiando)
– Compromiso Espiritual (viviendo lo aprendido)
– Compromiso Material (simbólicamente mediante el pago de una cuota anual y una tarea concreta de tipo social)
Es interesante –y desde cierto lugar, quizás tristemente divertido, si se nos permite el oxímoron- observar, (y esto es aplicable a todas las Órdenes Iniciáticas) que el compromiso material se simboliza con un módico aporte monetario (mensual, anual, etc., según cada grupo) algo que “desalienta” a muchos supuestos buscadores de la Verdad. El argumento previsible –el Conocimiento no se compra ni se vende- es correcto. Tan correcto como que toda Logia tiene gastos operativos (local, material de trabajo, franqueos) y social (donativos y compromiso con actividades sociales) que deben ser solventados solidariamente entre sus miembros, pues es muy fácil hablar de “compromiso” mientras el mismo trate de no rozar siquiera sus bolsillos.
¿Cómo se ingresa a la misma?
Una Orden Iniciática que haga “conscripción de socios”, que invite expresa e individualmente a persona alguna a sumarse será una organización profana, no probacionista. Por ello se dice que “el Adepto debe llamar tres veces”, una metáfora para expresar la sincera intención de implicarse en el crecimiento que todo trabajo Interior significa. Hecha esta aclaración, la R.:O.:H.:P.: tiene dos niveles de trabajo: Presencial y A Distancia, el primero para quienes puedan y deseen allegarse a la Logia, el segundo para quienes, por cuestiones geográficas, les sea literalmente imposible. En el Presencial, el estudiante recibe material de Formación (por email, redes sociales, etc.) y asiste a las Tenidas (Ceremonias “de Paso” o Iniciación, Cenas de Fraternidad, trabajos de campo, etc.) mientras que en el nivel A distancia se recibe, en principio, solamente la información de trabajo personal (es obvio pero en ocasiones, no redundante aclararlo una vez más: no puede haber “iniciaciones a distancia” o “por Internet”). En esta programática, el estudiante a Distancia accede hasta el nivel de Adepto de Séptimo Grado (recibiendo desde el principio su Diploma de Fraternidad) a partir del cual debe recibir las iniciaciones en el plano material, directo, personalizado. Esto se vehiculiza de dos maneras: o miembros acreditados de la Orden se desplazan y realizan las ceremonias correspondientes –idealmente grupales- en la localidad de marras (o el Adepto se moviliza hasta las Logias- o por los acuerdos preexistentes en varios países de habla hispana se acerca a otras Órdenes con las que se tiene firmadas Cartas de Reciprocidad y que brindan la Iniciación acorde a las directivas emanadas desde la Logia nº 1 de la R.:O.:H.:P.:
¿Cuál es, entonces, el objetivo último?. Simplemente, facilitar herramientas personales para el Crecimiento Individual (ya hemos aprendido que el sistema no puede modificarse desde lo general a lo particular, si no existe cuando menos, una “masa crítica” individual que catalice el cambio) entendiendo además que, como entes holísticos que somos, “mejorar” en un campo de nuestras vidas es inadmisible y sólo circunstancial si esa “mejora” no se derrama en todos los aspectos de la misma.
Consultas personales: ordenhermetica@gmail.com