Como he explicado muchas veces, la eficacia y pragmatismo de las Disciplinas Herméticas y espiritualistas se apoya en el conocimiento de los llamados Principios Fundamentales (o Espirituales) del Universo. Sobre la mayoría, pueden encontrar profusa información (por ejemplo, en el Kybalion y, con menor sabiduría, en mi libro “Fundamentos Científicos del Ocultismo”). Pero permítanme evocar uno de ellos: el llamado Principio o Ley de Serialidad. Ésta dice que en el Universo los eventos se agrupan “según su mismo signo”. Por caso, cuando luego de una sucesión de días afortunados y de buenas noticias le sigue otra “serie” de días complicados o decididamente negativos (o a la inversa) la explicación no está -como con facilismo suele pensarse- en las buenas o malas “vibras” del entorno, sino en el tránsito por una “serie de eventos positivos” o una serie de “eventos negativos”. En otra vuelta de tuerca a la idea que “lo semejante atrae lo semejante”, la realidad de esta Ley hace que en el Universo, en la Vida de cualesquiera de nosotros, haya áreas de situaciones favorables y áreas de eventos desagradables, como si de un “mapa temporal” se tratare. Y el ser humano es apenas un punto errático, que deambula sin brújula (hoy deberíamos decir: sin GPS) por ese territorio desconocido que es Lo Que Vendrá.
Es entonces cuando el Tarot aplicado en la vida cotidiana adquiere especial relevancia, pues pasa a ser esa brújula, ese GPS -como cualquier sistema oracular: runas, I Ching o lo que fuere, pero aquí la referencia es sobre este Arte milenario en particular). Y no estamos pensando en la consulta a especialistas de tarot con harta frecuencia: estamos pensando en la oportunidad que quien lo sienta, aprenda, estudie Tarot. Quizás se nos dirá que no hay tiempo o disposición de profundizarlo, pero debe saberse que un poco de Tarot es siempre mucho mejor que nada de Tarot. No se trata de convertirse necesariamente en Tarotista, en especialista como Primeros Auxilios, que a nadie obligan a estudiar Medicina pero que por conocer sus generalidades pueden hacer la diferencia en nosotros o nuestros allegados en momentos difíciles. Así, conocer aunque más no sea los lineamientos generales, las “tiradas” básicas, las interpretaciones elementales -siempre que la formación sea correcta- brindarán en toda ocasión la información accesoria para orientar nuestros futuros pasos hacia la confortable región de “eventos positivos” de nuestro Mapa de Vida.