Se suele decir en ámbitos cercanos a la Espiritualidad y a la Sabiduría Ancestral Originaria que debemos volver a vivir «como nuestros ancestros», dedicarnos a cultivar y criar nuestros alimentos, hacer nuestros enseres, muebles, ropa, y que eso es camino de Evolución. Hay una falacia encerrada en ello. Fue sólo cuando las sociedades dispusieron de la «plusvalía del tiempo libre», es decir, cuando hubo excedentes en sus producciones -y para ello se necesitó formas cada vez más avanzadas de producción- que surgieron filósofos, poetas, artistas, es decir, cuando el ser humano dispuso de tiempo para lo Abstracto luego de satisfacer su plano denso. Por ello es también un «meme», parte de la Manipulación de las Sombras hacerte creer la imagen idílica del horticultor, artesano a tiempo completo. Terminarás con tanto cansancio que se te escaparán las sutilezas del espíritu.
La tecnología, los mecanismos de producción en serie, la pluvalía capitalista no son ideologías ni filosofías; son sólo herramientas. El problema no son ellas, el problema es cómo las usemos.
Por eso es infantil escuchar decir a alguien «lo que soy yo, no caigo en la Matrix». En la Matrix estás, estás si estás leyendo esto, si usas celular, si tomas un vuelo, si tienes cuenta bancaria. Y ni siquiera yéndote a vivir al medio de la selva escaparás si la Matrix quiere encontrarte. De todos modos, el aire que respirarás ya está contaminado por muy puro que lo sientas (gracias a Chernobyl, entre otros) y siempre quedas a tiro de satélite. No hay peor mentira que la del esclavo que cree que es dueño absoluto de su libertad. Te será cada vez más difícil conseguir semillas que no sean transgénicas. En cuanto a tus ropas, por más que sean «étnicas», ¿notaste que son generalmente sintéticas?
¿Qué hacer entonces?. Somos seres humanos del siglo XXI. No puedes negar eso. Ni disfrazándote de indígena ni viviendo como crees que ellos vivían harás realmente ningún cambio. Sólo estarás dejándote rastas, usando pantalones Bali y fumándote un porrito. ¿Te hace sentir bien todo ello?. Adelante, eres dueño de tu vida. Pero no trates de convencer a otros que eso te acerca más a la Pachamama.
Si en verdad queremos que la Espiritualidad y la Sabiduría Ancestral campeen por el mundo, estaría bueno dejar de creer que el hábito hace al monje. Cuando veo tanta gente volcada al Chamanismo y al Conocimiento Originario usar vincha, poncho o tilma todo el día, decir «ahó!» a cada paso, cuando veo a tantos y tantas neohippies que se sienten más próximos a los Maestros Ascendidos cuanto más exótica es su vestimenta y que han olvidado palabras tan simples y lindas como «buen día» o «gracias» por un «namasté» que de tan repetido aburre (demostrando otra vez la distancia entre el buen uso y el abuso), cuando se cree que más en sintonía con la Era de Acuario se está y más «espiritual» se es si nos creemos sin reflexionar absolutamente todo y cualquier cosa, es cuando me pregunto si estos modismos no terminan siendo funcionales, precisamente, al Sistema con el que no estamos de acuerdo. Y recuerdo a tantos espiritualistas y esoteristas, maestros en serio, por ejemplo, en los siglos XIX y XX (¿quieren nombres?. Van algunos: Krishnamurti, Steiner, Gurdjieff, Eliphas Levi, Iglesias Janeiro, Vivekananda, Schouré, La Ferriére, Piobb y tantos otros) que tanto hincapié hacían en el pensamiento analítico de la mano del espíritu, de la teoría y el estudio) y no puedo dejar de compararlos, con una sonrisa que se agranda, se agranda, se agranda, con estos maestros de hoy, de telemarketing en youtube, respuestas simplonas que tratan de parecer verdades cósmicas y egos tan bien disimulados…
Somos hombres y mujeres del siglo XXI, cosmopolitas la mayoría (recuerdo a un “hermanito” de Camino que ponderaba volver a vivir en la naturaleza, construir de madera su cabaña, cocinar sus elementos al calor del hogar de leños… inopinadamente egoísta, al olvidar que si siete mil cuatrocientos millones de personas optan por ese estilo de vida desaparecen bosques y selvas y desertificamos el planeta en dos años). Recicla para tu vivienda y sus enseres tanta basura, tanto descarte y el planeta respirará aliviado. Seguirás usando con sensatez los artilugios electrónicos cuidando no ser usado por quienes pueden operarlos en tu contra. Cuidarás los recursos (los naturales y los que tú gestiones) lo que implica austeridad y consciencia, algo difícil si en la totalidad de tu vida no aplicas privilegiar lo correcto por sobre lo conveniente. Te observarás ejerciendo la tolerancia, una mente abierta, optando siempre que puedas por resolver pacíficamente los conflictos. Te darás la oportunidad de pensar que el “otro” la “otra” tal vez esté animado de tan buenas intenciones como tú, y que si no puedes “convencerle” –en el caso que tenga algún sentido hacerlo- quizás se deba a que tus argumentos no son suficientemente sólidos…
Entonces, quizás, puedas ser llamado “guerrero”, “guerrera”.
Nunca hay que olvidar esto. Hay que tenerlo bien presente. Pero una cosa que no me queda claro es cuando decís «estaría bueno dejar de creer que el hábito hace al monje» . ¿No se supone justamente que es el habito lo que hace al monje?. Porque es lo que haces lo que te convierte en lo que sos. Obviamente que no por vestir de determinada manera o repitiendo frases de ese tipo te colocás en el camino correcto. Pero las cosas que hacemos de manera discreta y seria (como los temazcales, en tu caso, por ejemplo) con el tiempo nos van transformando en eso que queremos ser.
O estoy confundido…
«El hábito no hace al monje» significa que no es cómo aparentamos ser lo que realmente somos. Al monje lo hace su actitud recoleta y orante, así vista de paisano…
Disculpa los errores de ortografía, escribí rápido.. Pero se entiende, creo.