LA ALERTA GLOBAL PSICOFÓNICA DESDE LA ÓPTICA DEL I CHING

Como ya es de público conocimiento, el viernes 2 de setiembre de 2011 se llevará a cabo, por iniciativa de Martín Rey, webmaster de “Misterios en la Web” y quien escribe, la primera Alerta Psicofónica Global, un emprendimiento de Transcomunicación Instrumental simultáneo y conjunto, en tiempo real, en el que participarán más de doscientos investigadores de todo el planeta. Sobre esto, hemos informado en detalle, y pueden ustedes encontrar todo lo necesario para actualizarse aquí, aquí y aquí.

            También, no voy a extenderme aquí sobre la historia y mecanismos del Libro de las Mutaciones chino (I Ching). A quien interese, existen innúmeras referencias sobre el mismo en la Internet y, de hecho, uno de nuestros próximos podcast –que habitualmente encontrarán ustedes aquí- girará sobre este tópico. Por una cuestión de enfoque –y de extensión- centraré mi escrito en lo que propone el título de esta nota. Sólo mencionaré, para quienes deseen revisar la fuente de mis reflexiones, que he trabajado con la versión de Richard Wilhelm, de Editorial Sudamericana

            Dando por sentado que mis lectores ya están impuestos de qué va la cosa (y si no, sugerirles darse una vueltita previa por esos enlaces), en mis reflexiones sobre el éxito (o no) del experimento, y lo más importante aún, sus implicancias y alcances, me he permitido esto, que quiero compartirles.

             Lo que se aprestan a leer es casi un juego intelectual. Pero aquí la palabra “juego” debe ser entendida con otras connotaciones más propias de su intrínseco valor de “aprendizaje” que del aspecto meramente lúdico como divertimento. Si Kipling llamaba a la diplomacia “El Gran Juego”, si jugando aprenden los niños las reglas básicas del mundo de los adultos, el juego que aquí propongo es el de ver con aquella inocencia de infantes los intrincados vericuetos de una Realidad alternativa donde lo inconsciente y lo extradimensional quizás se fundan en un solo ámbito. Un ámbito que podría recrearse de acuerdo al marco de creencias de cada uno, de cada una. Éste es el mío, y en él, juego.

             Como cualquier estudioso del I Ching sabe, cuando se presentan líneas “mutables” (de seis o nueve en el conteo) se genera de allí un segundo hexagrama, por eso este trabajo presenta dos. En itálica (o bastardilla) encontrarán ustedes el texto original, y en letra normal, mis interpretaciones y reflexiones.

 

3. Chun. La dificultad Inicial.

La Secuencia

Luego de existir, el Cielo y la Tierra, se originan los diferentes seres. Lo que llena el espacio entre el Cielo y la Tierra son precisamente los seres individuales. Por esta razón sigue ahora el signo: La Dificultad Inicial. Dificultad Inicial significa tanto como cumplir, llenar. El Cielo es visible, pero aún no ha perdido su morada.

 Este comentario remite a  la idea de un estado previo confuso, caótico, sin orden. Si bien en el campo de la Transcomunicación Instrumental numerosísimos investigadores se han abocado a ella con metdología y protocolos de investigación, siendo la primera vez que se propone un experimento múltiple y simultáneo la idea, en sí, era inicialmente caótica y confusa, como todo aquello en plena gestación. La AGP (Alerta Global Psicofónica) entonces, se hace cargo de esta Dificultad Inicial donde todo es posible y nada seguro, donde se escribe, como en cualquier acción pionera, por primera vez,  lineamientos iniciales que necesariamente deberán ser perfeccionados.

 

El Dictamen

La Dificultad Inicial obra elevado éxito, propicio por la Perseverancia. No ha de emprenderse nada. Es propicio designar ayudantes..

Lo firme y lo blando se unen por vez primera y el parto es difícil.

Movimiento en medio del peligro aporta gran éxito y perseverancia.

El movimiento del trueno y la lluvia llena la atmósfera. Cuando durante la actuación creativa del Cielo reinan el caos y las tinieblas, es lícito designar ayudantes, sin que por ello uno mismo se deje arrullar en la tranquilidad del descanso.

 De un modo parecido a cómo durante una tempestad el trueno y la oscuridad de la cerrazón de las nubes preceden a la distensión, también en las condiciones humanas un tiempo de caos se adelanta a los tiempos de orden.

La “designación de ayudantes” remite, con obviedad, a la gran cantidad de gente que participará del mismo. Y en esa línea de interpretación que “uno mismo no se deje arrullar por el descanso” lo interpreto como que los coordinadores de la experiencia no deben confiarse en que la multitud de participantes hará necesariamente las cosas más sencillas. Entonces, la aparente contradicción entre “elevado éxito” y “no ha de emprenderse nada” se resuelve al comprender que este primer intento debe detenerse al fin del mismo, evaluar resultados, sacar conclusiones y no necesariamente tender a continuarlo inmediatamente en el tiempo, como quizás los “ayudantes” deseen.

La Imagen

Nubes y Trueno: la imagen de la dificultad inicial. Así actúa el noble ordenando y desenredando.

 Toda referencia a un “noble” no se interpreta en un sentido honorífico sino designando a la persona que procede con corrección. Tanto la Imagen como el Dictamen hablan otra vez de “confusión”, de “movimiento que encierra peligro”: esto remite claramente a que entre los resultados obtenidos, las anécdotas, fenómenos colaterales que seguramente se producirán y requisitorias de los participantes se debe (debemos) proceder con prudencia. Si no la seguridad física, es posible que la seguridad psicológica de algunos esté en riesgo.

Las diferentes líneas:

Al comienzo un nueve:

Vacilación e impedimento. Es propicio seguir perseverando. Es propicio designar ayudantes. La tarea se encamina sin embargo hacia la ejecución de lo recto. Quien siendo un hombre distinguido se rebaja hasta colocarse por debajo de los comunes, conquista plenamente el corazón de la gente.

 Es transparente: no sólo habla de estar en el camino correcto, sino que cuando los coordinadores se nivelan junto con todos los participantes, la interacción e integridad del grupo se potencia.

Seis en el segundo puesto:

Dificultades se apilan: el carro y el caballo se separan. Él no es un raptor; su intención es cortejar en el debido plazo. La muchacha es casta, no se promete. Diez años, entonces se promete.

 “Diez años” es una metáfora para referirse a un período prolongado. Una muchacha casta no cede a las tentaciones. Cuando se separa un caballo de un carro, éste no avanza. Todas las imágenes apuntan a no ceder a la tentación de extrapolar, por ejemplo, aplicaciones prácticas de cara a las necesidades emocionales o la curiosidad de la gente, a partir de la AGP.

Seis en el tercer puesto:

Quien caza al ciervo sin guardamonte, sólo se extravía en el bosque. El noble comprende los signos del tiempo y prefiere desistir. Continuar acarrea humillación.

 El riesgo que el “movimiento” resulte incontrolado y perturbado por la codicia (no se debe entrar en el bosque sin protección).

 Seis en el cuarto puesto:

El caballo y el carro se separan. Busca la unión. Ir allí trae ventura. Todo obra de un modo propicio. Cuando le ruegan a uno y sólo entonces acude, esto es claridad.

 Luego de un paréntesis, se da la idea de que uno espera hasta que le inviten a accionar. Significa a alguien capaz y lo suficientemente sabio como para no ofrecer él mismo sus servicios, sino aguardar hasta que se lo soliciten.

 Nueve en el quinto puesto:

Dificultades en el bendecir. Pequeña perseverancia trae ventura. Gran perseverancia trae desventura.

Pues el bien que se hace todavía no es reconocido.

 Los beneficios de este experimento parecerán obvios e inmediatos, por eso, tentadores. Sin embargo, la cosa no es tan sencilla y no tiene aplicación práctica (“bendecir”) inmediata. Si el entusiasmo inicial por los resultados se extrapolan, lo que comienza siendo una acción positiva comenzará a presentar dificultades y resultados negativos  largo plazo. “Pues el bien que se hace todavía no es reconocido”. Prudencia y mesura a posteriori de la AGP es el consejo.

 Al tope un seis:

Caballo y carro se separan. Lágrimas de sangre se derraman. ¡Cómo podría uno quedarse mucho tiempo en semejante situación!.

 Sin embargo, algunos participantes no comprenderán la importancia de este consejo y su entusiasmo (y oportunismo) será hasta entendible (pero no justificable): empero, sólo consechrán dificultades por los abusos en el empleo de lo que aquí se aprenda.

 

  

16. Yü. El Entusiasmo.

La Secuencia:

Cuando se posee algo grande y se es modesto, llegará seguramente el entusiasmo. Por eso sigue el signo de El Entusiasmo.

 ¿Es necesario interpretarlo?

El Dictamen:

Es propicio introducir ayudantes y hacer marchar ejércitos. El Entusiasmo conduce a la inercia. Los héroes introdujeron portones dobles y serenos con matracas para la defensa contra los bandidos.

Lo firme encuentra correspondencia y se cumple su voluntad. Solícita entrega al movimiento, esto es Entusiasmo. Cielo y Tierra se ponen a disposición de uno. Cielo y Tierra se mueven con entrega, por eso el sol y la luna no se pasan de su órbita, y no yerran las cuatro estaciones del año. El predestinado se mueve con entrega, y entonces las expiaciones y castigos devienen justos, y el pueblo acata. Grande en verdad es el sentido del tiempo del Entusiasmo.

 Vuelve a aparecer la oportunidad de sumar participantes en el proyecto; hacer “marchar ejércitos” tiene que ver con la idea de liderazgo y conducción (aquí, coordinación y supervisión) de esas personas. Pero también significa preparación: no casualmente, hemos señalado que una de las posibilidades de este experimento es que se abra un “portal” y, como dice el hexagrama, tras hacer “marchar ejércitos” no debe correrse el peligro de caer en la inercia: deben levantarse “portones dobles” para proteger las ciudades conquistadas y vigilantes armados (la “matraca” o “macana”) para evitar que se infiltren intrusos..

Un conductor cuya voluntad suscita entusiasmo y pone en movimiento a los otros es el secreto de las leyes humanas, un movimiento que encuentra entrega es el secreto de las leyes naturales que mantienen ordenado el universo.

La Imagen:

El Trueno surge sonoro de la Tierra: la imagen del Entusiasmo. Así los antiguos reyes hacían música para honrar los méritos, y la ofrendaban magnificentes al dios supremo, invitando para ello a sus antepasados.

 Me ha provocado cierto escalofrío –aunque el I Ching me tiene acostumbrado hace décadas- el eco resonante en mi mente de algunas asociaciones naturales (método, a fin de cuentas, junguianamente válido): si por “música” (el “hacer música”) pienso en aparatos y por extrapolación, en este contexto, en equipos electrónicos, “hacer música invitando a los antepasados” tiene un matiz psicotónico indiscutible.

 Las diferentes líneas:

Al comienzo un seis:

Entusiasmo que se manifiesta acarrea desventura.

 Nuevamente –y concurrentemente- el llamado a la prudencia, evidenciado ya en el hexagrama anterior.

 Seis en el segundo puesto:

Firme como una roca. Ni un día entero. La perseverancia trae ventura.

 Pero que el temor no nos obnubile: el experimento debe hacerse porque, en sí, será exitoso.

 Seis en el tercer puesto:

Entusiasmo que mira hacia arriba da lugar al arrepentimiento. Vacilación acarrea arrepentimiento, porque el puesto no es el debido.

 Un entusiasmo disperso, que se solaza y no enfoca su atención en lo que lo provoca, rápidamente trae desconsuelo. Y firmeza y seguridad en la actitud, porque el lugar, el puesto, no es para los vacilantes.

 Nueve en el cuarto puesto:

La fuente de origen del Entusiasmo. Él logra grandes cosas. ¡No dudes!. Los amigos se juntarán alrededor de ti como rodeando una presilla para el pelo.

 Reitérase, con obviedad manifiesta, la premonición de éxito y logro personal para los convocadores.

 Seis en el quinto puesto:

Perseverantemente enfermo y sin embargo continúa sin morir.

 Se advierte de errores conceptuales, fallas operativas y humanas, que sin embargo no anulan el experimento.

 Seis al tope:

Entusiasmo infatuado. Pero si luego de la consumación llega uno a modificarse, esto no será un defecto.

 Y como toda gran enseñanza proveniente del fondo de los Tiempos, este análisis termina con un llamado a todos, a mí, a ustedes, de modestia y humildad. Es bueno entusiasmarse y alegrarse por el éxito obtenido, pero no vanagloriarse. Comprendido esto, ¡descorcharemos champaña por el resultado obtenible!.

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