Durante mi reciente visita -casi relámpago- a la bella Colombia, no hubo tiempo suficiente para incursionar, tal como hubiera sido mi deseo, por su espléndida geografía y arcanos misterios ancestrales. Desde la cultura San Agustín a los muiscas, desde Facativá hasta Alto de las Piedras, los ítems serían muchos y variados; ya no faltará 
oportunidad. Pero, cuando menos, pude completar un ansiado deseo casi de mocedades: visitar el Museo del Oro de Bogotá. Porque allí es donde, desde las apasionadas lecturas de «El Oro de los Dioses» hasta los audiovisuales de Fabio Zerpa -una vez más, rememorando ilusiones casi infantiles- estaban esas reproducciones de modelos aeronáuticos que semejaban aviones.
Y allí siguen estando, por cierto. Un poco decepcionado por sus tamaños -en el mejor de los casos, de unos cuatro centímetros de largo- la perfección del trabajo y su inevitable aspecto aerodinámicos sustentan de pleno la original teoría dänikeneana. En efecto; la tesis académica de tratarse de reproducciones
de insectos o aves sólo se sostiene (y para los primeros) por su exigüo tamaño. Desconozco, ciertamente, insectos o plumíferos con alas delta. Y habida cuenta del perfeccionismo extremo de estos orfebres, suponer que se trata de la improvisación en la elaboración es, por decir lo menos, una falta de respeto.
Pero el museo habría de depararme otras sorpresas. Más allá del fantástico itinerario entre piezas realmente increíbles (algunas de las pocas que exhibo) me llamaron poderosamente la atención figuras antropomorfas de cráneos severamente deformados. Estas reminiscencias ora egipcias, ora mayas, son explicadas por los académicos o bien como deformaciones «decorativas» (desde siempre, cuando la arqueología oficial emplea el
término «decorativo» o «de culto» sólo disimula su ignorancia de mejores explicaciones), o bien como representaciones naturalistas de severas malformaciones congénitas. Por cierto, alguien puede sostener con derecho que la representación de malformaciones fisiológicas, en el ámbito «ignorante» y «supersticioso» de los indígenas (dejo constancia de mi ironía, ciertamente) podría ser la interpretación mágica de toma rpor «elegidos» de los dioses a los pobres infelices víctimas de desórdenes de gestación.
Pero esta teoría sólo es válida si se da por sentado que los pueblos originarios no sabían distinguir una enfermedad de un ser «extraordinario» (en el sentido de «fuera de lo ordinario»).
Y aún más: una imkagen que representa a lo que no dudo en definir como un «astronauta con máscara». Observénla con atención: si se enfocan en la imagen detrás de la máscara es un típico cosmonauta al que parecen haberle agregado
(¿quizás tardíamente?) una máscara fantástica delante de su «casco».
En eso pensaba cuando gracias al amigo Diego Alvarado (propietario de «Esmeraldas Tierra Verde», en «La Casona del Museo», ciertamente un sitio mágico -la casona y el espacio de Diego- que recomiendo visitar), conocí a su hermano, propietario de una galería que comercializa reproducciones -excelentes-ñ de antigüedades colombianas. En sus estantes encontré una imagen como ésta, y si bien el dueño de casa adhiere a la hipótesis oficial que se trata de la representación de malformaciones patológicas, no puedo dejar
de asociarlo, casi compulsivamente, a una entidad biológica extraterrestre.
En cuanto a los cráneos alargados, sería ya redundante -pero quizás, igualment enecesario- comentar que en lo personal me sumo a la idea que su reproducción ornamental por los ancestros estaba asociada a su convicción que los «dioses» (extraterrestres) eran así. Y conocedor del preciosismo virtuoso de sus artistas, no me cabe ninguna duda que los visitantes de las estrellas que campearon por este planeta en aquellos tiempos tenían, exactamente, esa apariencia…
Hola Gustavo, el Museo del Oro es maravilloso. Acerca de la primera foto de esta publicación, si, el parecido de este objeto orfébrico con los aviones modernos es muy particular, al suponer que eran naves Et , estaríamos diciendo también que los Et de hace 1000 años poseían una tecnología similar a la nuestra del siglo xx…todo es posible. Recuerdo la frase de: -hola somos ustedes mismos pero venimos de su futuro. De la Balsa Muisca nace el mito del Dorado, la balsa representa al cacique con su cuerpo totalmente impregnado de polvo de oro, los acompañantes eran sacerdotes que tiraban a la laguna diversos objetos de oro, piedras preciosas, etc luego el cacique se sumergía en la laguna. Sobre la foto: ¿Egipcio o extraterrestre? es un fragmento de una figurina de la cultura Tumaco- La tolita. En estos dos lugares, el primero Colombiano, el segundo Ecuatoriano es frecuente encontrar estatuillas con características asombrosas, hombres con turbante asumiendo posiciones clásicas del Hatha Yoga, hombres con nariz aguileña o con barba, totalmente diferentes en su fisonomía respecto a la de nuestros indígenas Suramericanos, todo parece indicar que Cristóbal Colon fué el último en llegar a nuestro continente jajaja y el asunto de los cráneos alargados…como tu sabes sobre ese tema se a escrito mucho, lo cierto es que fue una practica muy extendida entre las castas nobles de América central y del Sur, con tintes místicos, religiosos y esotéricos, además tenemos la cercanía con el continente Africano y por consiguiente con Egipto. recuerda las momias encontradas en las pirámides con trazas de tabaco y coca, evidenciando contactos culturales sin precedentes en el mundo antiguo. Me llama poderosamente la atención que en general la deformación craneana es frecuente de encontrar en las culturas que vivieron de cara al Oceano ATLANTIco, en el Perú y en el Ecuador se practico por igual, ellos fueron grandes navegantes, que curioso, no?
La cola de los insectos o aves están vertical como un timón. seria iluso que fueran simples bichos.
de la cultura precolombina colombiana llama poderosamente la atención figuras míticas en san agustín que tienen rostros poderosamente triangulares y de grandes ojos, figuras de animales como el cocodrilo de san agustín que visto de frente se asemeja mas a una nave con sus ventanillas para los pilotos, también en la cultura tierra-dentro se pueden hallar este tipo de figuras …..pero si de estatuillas antiguas curiosas se trata podemos observar las dejadas por la cultura vinca en el oriente europeo…
Muy buena experiencia, sólo un pequeño consejo constructivo:
Ten cuidado con la escritura en algunas palabras aparecen errores de pulsación de tecla, es decir aparecen letras de más =)
Se nota que el artículo fue escrito con rapidez.
Gracias por compartir tus experiencias.
Hola Gustavo. Lamento nuevamente no haber podido asistir a Bogotá, conocerte y compartir contigo. Sin embargo, qué bueno que viniste así haya sido muy rápido. Creo que vale la pena hacer un viaje con más tiempo, como los que has realizado a México. Visitar San Agustín con un buen guía (no de los oficiales por supuesto) te traerá grandes sorpresas. Te invito a que lo hagas en cualquier momento. Los escultores de las primeras estatuas en San Agustín, tuvieron maestros extraterrestres. Hay una gran información allí. Un abrazo.