-¡Ve a entrenar! le ordenó el Maestro a su discípulo- Sal y camina por la Naturaleza, para que tu cuerpo se fortalezca, y estudia más, para que se fortalezca tu Mente»
– Ah, ¿sí?. ¿Y cómo entrenaré mi Espíritu? -preguntó el discípulo, que se creía inteligente.
– Amando.
He aquí la paradoja, muchos estamos con la idea de buscar un maestro en esta realidad para aprender lo que es el «cielo», y cuando, aparentemente, llegamos allá nos dice el maestro «sal y camina por la naturaleza…». Cómo entrar al «cielo» y seguir en esta realidad de tal manera que no nos manden a caminar?