El Santo Grial entre cátaros y templarios (Tercera y última parte)

Como brevísimo resumen anticipado de este trabajo, trataré de comprimirlo en ocho líneas: allí donde encontremos una iglesia románica o gótica como continuidad natural de iglesias previas –generalmente visigodas- y éstas a su vez herederas de algún templo romano dedicado a Isis, encontraremos una región donde pululan las “leyendas” de túneles y enormes cavernas subterráneas y el paso del Grial por el lugar. Conclusión: es la codificación simbólica de un Conocimiento ancestral asociado a cultos matriarcales, deidades femeninas y un uso conciente y racional de energías telúricas a través de geometrías sagradas, prácticas espirituales devocionales, caminatas energéticas y rituales iniciáticos.

Segunda necesaria conclusión: el uso racional y conciente de geometrías (arquitectónicas o no), visualizaciones arquetípicas y manipulaciones del propio campo bioplasmático en resonancia con el campo electromagnético terrestre conforma una “tecnología espiritual” disimulada (y así perpetuada) a través de milenios bajo el ropaje de “cultos”.

Tercera inevitable conclusión: Como este Conocimiento ha estado en proceso de degradación en los últimos milenios, siendo evidente que alcanzó su “pico” en una etapa arcaica casi sorpresivamente en distintas partes del globo, deviene que el mismo o pertenece a un horizonte cultural (una civilización) perdida en las brumas del pasado y no articulada con las “conocidas”, o bien de una fuente metainteligente “exterior”. Si extraterrestre o extradimensional (como sinónimo de “espiritual” porque, ¿Qué es “lo” espiritual, sino una dimensión ajena e interpenetrante a la vez de la materialidad?) es tema de opinión personal.

Rincón típico de Vilajuïga

Comenté en mi artículo anterior, que el pequeño, delicioso poblado de Vilajuïga merecía, en esta saga, un capítulo por derecho propio. Con afecto, con nostalgia, con placer, escribiré hoy sobre él y su impronta en el camino del Grial.

En Vilajuïga vive el inefable amigo Josep Bello con su señora, disfrutando la bucólica paz de su jubilación en uno de aquellos menesteres que tanto le apasionan: cubrir largas extensiones a monte traviesa visitando lugares históricos o energéticamente interesantes: dólmenes (que abundan en la región), monasterios, macías y fortificaciones medievales…. Y, sobre todo, la belleza arrebatadora del paisaje donde la mirada se columbra la sierra de la Verdera, los castillos, la magia de esa Costa Brava. Cadaqués, patria chica del genio de Dalí, Port de la Selva, Empúrias, Rosas y dejar que el espíritu se precipite junto con los Pirineos a la mar en el imponente Cap de Creus…

El pueblo debe tener, empleado más,  inquilino menos, unos mil habitantes. Lo que hizo que los días que permanecimos allí fuéramos, seguramente, la gran noticia y novedad; trajimos en nuestra mochila de recuerdos gratos un par de anécdotas como la noche en que jugaban –apelo a la memoria de Mariela, fultbolera entusiasta de toda bandera porque lo que soy yo me atrae tanto el fútbol como hacerme el harakiri con una cuchara…- la final entre Atlético Bilbao y el Atlético Madrid.  Entramos a cenar en el único restaurante del pueblo, donde la única mesa ocupada lo estaba por unos seis o siete fervorosos hinchas de no recuerdo cuál de los equipos. Que “¡Coño!”, que “¡Joder!”, que “¡La puñetera madre!” la catarsis de gritos destemplados se congeló en el aire cuando con nuestro argentino acento dimos las “buenas noches”. Sentarse en una mesa a un lado y sentir durante los diez minutos siguientes un silencio denso como la atmósfera de Saturno fue una sola cosa, hasta que los sorprendidos parroquianos recuperaron poco a poco el espacio cacofónico cedido pero, claro,  el resto de la velada, educadamente, ya no fue para ellos lo mismo.

O caminar con nuestra inevitable traza de turistas y percibir de reojo como de algunas ventanas y portillos asomaban curiosas cabezas como disparadas por un resorte a nuestro paso. O la pobre señora que al comando de su utilitario casi choca de frente con el único otro auto que en ese momento se desplazaba por el pueblo al girar demasiado tiempo la cabeza , de una forma que dejaba a Linda Blair en “El Exorcista” como una triste improvisación de efectos especiales…

 Pero el siempre escaso tiempo que permanecimos allí no dejaba muchos espacios libres para la sociabilización. Josep había organizado un intenso periplo por lugares cercanos de interés sobre cuyas bellezas estoy tentado a extenderme en otra oportunidad. Permítaseme aquì, simplemente, referir algunos detalles topográficos e históricos que entiendo como eslabones de la cadena de acontecimientos, eventos y personajes que venimos proponiendo en esta serie de artículos:

  • Pese a que esta otrora “villa judía” (de allí su nombre de “Vilajuïga”) es hoy tan pequeña y nunca debe haber sido mucho más extensa, tiene una interesante iglesia cuando menos románica que desde el siglo XI es parte de uno de los “caminos de Santiago”. Los peregrinos que, o bien provenientes del mar por Port de la Selva (puede a los extranjeros como yo llamarse poderosamente la atención este nombre: la razón es que en tiempos medioevales, cuando la fundación de estas localidades, toda la región era un bosque inexpugnable) o bien caminantes desde Narbonne y otras localidades del Languedoc occitano –que entonces no era francés aún- y que cruzaban los Pirineos por el paso próximo a la costa, llegaban al monasterio de San Pedro de Rodas, continuaban luego su peregrinación a través de Vilajuïga. Por cierto, es lícito preguntarse porqué precisamente ese trayecto, habiendo otros caminos ya desde la época romana como la Vía Augusta. No es un hecho menor recordar aquì que la característica principal de los hitos unidos por el camino de Santiago es la de que esas “postas” religiosas guarden, preserven y exponga reliquias. Y voy a señalar aquí una hipótesis mía que tal vez resulte radical: en el Cristianismo primitivo (y esto se pone en evidencia en el dualismo cátaro y arriano) toda su simbología tiene una interpretación “exotérica” (para el pueblo) y una “esotérica” (cargada de significados, transmisora de conocimientos trascendentes y, si se quiere, “metarreligiosa”, accesible sólo para un grupo de “adeptos” e “iniciados”). El uso de las reliquias –y la costumbre extendida que sus relicarios y “lipsanotecas” adoptaran la forma de la ya comentada “Cruz de Caravaca”– era la forma críptica de vincular “sitios de poder”, lugares de poderosas energías telúricas. Y de forma tal que la caminata re-ligiosa (re-ligare: en unión consigo mismo) a través de días, semanas, meses, actuaba como una “caminata iniciática de poder”, a imagen de las breves que pueden cumplirse en el Laberinto de la catedral de Chartres, de las que hemos conocido alrededor del centro ceremonial de Cholula o “el camino de Regina” en México y tantas otras. ¿Para qué?: para producir concientemente (los efectos de naturaleza energético-espirituales se potencian si se es consciente de qué se hace y porqué se hace) una transmutación alquímica. El secreto está en el lenguaje. Como expliqué en mi artículo “El idioma de los ángeles”, si “argot” es “art got” (“arte gótico”, pero también “arte goético” –mágico-), si el San Grial es Sang Real (“sangre real”), “Compostela”, la Meca del camino de Santiago es “compost” y “Stella”. “Compost” es, en alquimia, la materia putrefacta, negruzca, de la Obra en su primera fase. Pero cuando comienza a despertar la Piedra Filosofal es cuando es la más completa oscuridad aparece un “punto de luz” en la materia. Una “estrella” (“stella”). Y esa estrella debe coincidir con la aparición al caer la tarde del “lucero”. Es decir, Venus. Ahora bien, Venus tiene como uno de sus símbolos más antiguos… la concha (cf. “El Libro de los Símbolos”, Alfonso Serrano Simarro y Álvaro Pascual Chenel, Libsa Editores, 2010). ¿Puede haber dudas de la naturaleza alquímica de esos caminos?.
  • Además, la región encierra en unos pocos kilómetros cuadrados una amplia panoplia de lugares esotéricamente interesantes: monasterios, abadías, castillos…. Voy a detenerme en dos de ellos, porque creo son parte de este “camino del Grial” y por razones que citaré enseguida.

    Consideremos el castillo de Quemanço. Etimológicamente, su nombre devendría de “casa de piedra”, según algunas fuentes antiguas. Alrededor gira la inefable pero omnipresente “¿leyenda? De galerías subterráneas donde se escondería la piel de una cabra de oro (o la “piel de oro” de una cabra, lo que irremediablemente nos proyecta a la alegoría del “velloncino de oro”, no tan lejano pues, ¿recuerdan?, campeaba en las proximidades de Caravaca. También, otros túneles improbables que cruzarían la sierra de Rodes, o ascenderían hasta el castillo de Verdera, improbables pero alegóricas remisiones a secretos telúricos y caóticos que subyacen como el Inconsciente Colectivo de una región.

Y de aquí en un breve (geográficamente hablando) salto, a la sierra, al Monasterio de San Pedro (o Pere) de Rodas (o Rodes). Monasterio que si bien se constituye como tal allá por el siglo IX, lo es sobre una iglesia visigótica preexistente y, según algunas fuentes, un templo romano dedicado…. A Isis. Nuestra recorrida por tierras españolas y europeas nos ha brindado ejemplos hasta el hartazgo de esta correspondencia, que yo acentúo al observar que es una zona sembrada de dólmenes. Y acentúo esto porque desde hace años tengo la severa sospecha que las agrupaciones de dólmenes, menhires y crómlechs tiene relación directa con el cabal conocimiento de los antiguos de las energías telúricas y su aprovechamiento de ellas. Si las rejillas de energía se extienden sobre el planeta como los «nadis», los canales de energía en nuestro organismo, estos megalitos son la Acupuntura planetaria prehistórica.

Josep, una vez más propone la hipótesis del “nudo de bandas” una idea que pergeñamos como consecuencia entre caminatas agitadas y horizontes infinitos. Todo comenzó cuando leí primero y grosso modo evalué después, que la famosa “línea rosa”, aquella de desde Saint Sulpice va hacia la capilla Roseline en Escocia, pasaba también por Rennes le Chateau y se dirigía a la zona donde nos hallábamos. Conciente como estaba de la importancia de estos alineamientos para los antiguos, le supliqué al bueno de Josep –de infinita paciencia para soportar con una sonrisa mis desvaríos- corroborar si la proyección de esa línea pasaba por un lugar que había despertado mi curiosidad en la sierra de Rodes: cerca de un dolmen reconstruido para los turistas, y junto a un extenso muro de piedra, una laja de piedra, cavada verticalmente en el suelo, ostentaba las letras “PS”. Imposible no asociar con el “PS” de los vitrales de Saint Sulpice y el “Priorato de Sión”. Le encomendé a mi amigo evaluar esta posibilidad. Leámoslo. Sus medulosas conclusiones refieren que en esos tiempos, no podía esperarse una exactitud “lineal” y por ello, y a los efectos necesarios, el concepto de “banda” (de un par de grados de anchura) sería más correspondiente con la realidad. Para ello, consideramos la banda conformada entre la línea de Saint Sulpice (ver nota anterior) y el meridiano de París. Observación de Josep pero conclusión mía (Josep no comparte mi interés por esa laja con la inscripción “PS”:  Vilajuïga está a  42° 19′ 41″ N, 3° 5′ 43″ E, y el monasterio de sant Pere de Rodes a 42° 19′ 24″ N 3° 9′ 58″ E. El dolmen y la roca con la inscripción PS estarán entre las dos.

Señala mi amigo: “El meridiano de París era a 2º 20′ 14″ E, luego tanto Vilajuïga como Sant Pere de Rodes entran en la banda de un grado del Meridiano de París. Además, tal como te contaba en el mail que te dije antes que te reenvío, caen en el paralelo 42 Norte. Mirando un poco por lo alto, y tomando los datos de Wikipedia, aquí tienes algunas iglesias situadas en la banda del meridiano de París y además en el paralelo 22N: Sant Pere Cercada,  41° 50′ 07″ N, 02° 36′ 27″ E ; pequeña iglesia románica que fue monasterio agustiniano, accesible por pista forestal sin asfaltar. He ido un par de veces andando desde Santa Coloma de Farners, pero tardando varias horas en ir y volver. En el entorno están también la ermita románica de Mare de Déu de Farners,  41° 51′ 36.1″ N, 2° 37′ 58.3″ E, situada a los pies del castillo románico de Farners. En la misma zona, aunque todavía no los he visitado, están la iglésia románica de Sant Miquel de Cladells,  41° 51′ 25.71″ N, 2° 33′ 05.01″ E , las ruinas del convento franciscano de Sant Salvi de Cladells,  41° 52′ 19.95″ N, 2° 34′ 32.17″ E … ¿Comprendes porque te sugerí que en tu próxima visita alquilaras una moto para caminos forestales?”

El monasterio

Saint Pere de Rodes es mágico. Mágico el lugar, mágico el entorno, mágica la vista, mágico el clima psicológico. Como señalé, lugar de jubileos y dispensas, de reliquias y parada en el camino a (y de ) Santiago de Compostela. Mágica su construcción, sus columnas, sus juegos de contraluces y, ¡oh sorpresa!, allí también encontramos una “habitación circular” como en Caravaca a espaldas del altar…

Estoy reflexionando frente a una pila de apuntes, libros y borradores en mi escritorio. Y reparo en este hecho: el estilo gótico (recuerden mi trabajo «El idioma de los ángeles») aparece «de golpe» ya consumado, perfeccionado, en Europa. No hay un proceso ascendente, de ensayo, error y mejoras. Se «salta» del románico al gótico sin escalas, con perfección geométrica, arquitectónica, ingenieril… como ocurriera con la cultura egipcia, que de golpe pasa de ser un grupo de primitivos sedentarios a construir pirámides. Bien, reparen en esto: Los Templarios se constituyen en 1118, y viajan directamente a Jerusalem (tras el Grial). El Gótico «estalla» en Europa en 1130. ¿Casualidad?

 Las columnas góticas tienen una altura que es once veces su diámetro. ¿Casualidad?. Recuerden que el 11 es un Número Maestro….

 Por aquì también anduvieron los Templarios. Los “adoradores de Baphomet”. El doctor Hugh Schonfeld, experto en los Rollos o Manuscritos del mar Muerto, autor de El complot de Pascua, ha causado sensación con su utilización del código Atbash para interpretar muchos pasajes de difícil comprensión de los Manuscritos del mar Muerto. Decidió aplicar el código sobre la palabra «Baphomet» cuando se convenció de que los Templarios debieron de haber conocido el código durante sus tratos comerciales en Tierra Santa. La palabra que se desvela, «Sophia», significa «sabiduría». Sin embargo, aún hay otro giro a esta historia. La palabra «Sophia» también puede utilizarse con relación a la Madre Diosa, o Divinidad Femenina, con lo que se revelaría la sugestiva idea de que los Templarios veneraban, en realidad, a la Diosa en secreto y de forma codificada.

San Bernardo de Claraval, nújmen espiritual de la Orden Templaria, relaciona a la Novia del Cantar de los Cantares con María Betania, otra forma de llamar a María Magdalena. Y en la “Regla de los Templarios” se exhorta a éstos a «la obediencia a Betania, el castillo de María y Marta”. Y para aquellos que quieren “comprar” la versión “liviana” de la historia oficial respecto de estos caballeros, en el sentido que, tal como decían, eran sólo una orden constituida para “proteger a los peregrinos a Tierra Santa”, debemos recordarles que durante más de veinte años sólo fueron nueve caballeros sus integrantes. ¿Imaginan ustedes sólo nueve hombres para proteger todos los caminos de semejante extensión del mundo conocido de entonces?

Pero regresemos al Monasterio de marras. Inevitablemente, debíamos buscar en él algún “signo” que nos señalara el sentido esotérico de su presencia, construcción y razón de ser. Y Josep es quien, una vez más: apunta con el dedo. La imagen de una mujer, pero, ¿qué mujer?. Ni siquiera con toda la voluntad de pensar en la virgen María podrìamos suponerlo, con esos cabellos al viento, aparentemente de hombros desnudos, actitud desafiante y mayestática… No puedo dejar de pensar en una diosa griega, en una Minerva desafiante, tal vez en una Medusa…. Imagino la concupiscente turbación de tantos piadosos monjes medievales, cruzando diariamente ese patio desde donde esta madonna les miraba desafiante, confundidos y desorientados ante su faz…

Y caminamos sus claustros, sus naves, sus pasillos, sus patios. Allí aparece otra vez el símbolo venusino, iniciático, peregrino: la concha.

Como un eco que se multiplica a través de los siglos, caminando los minutos finales en el monasterio y volviendo a pasar por segunda o tercera vez por los mismos lugares –única manera que, según me ha dictado la experienciaz, puede verse con ojos nuevos lo que se nos haya salteado minutos antes- reparo en la moderna puerta cancel de vidrio templado que separa el área de descanso de los peregrinos de la nave central de la iglesia, y el monograma del Vaticano allí tallado. Es el eco de la Alquimia: porque fuera de la interpretación infantil y superficial del catecismo cuando nos habla de las Llaves del Reino de la Ciudad Santa –símbolo distintivo del escudo de aquél- ahora sabemos que esas dos llaves (vaya a saberse si con conocimiento o no de tantos prelados, ignorantes del Poder en las Sombras que ha operado a través de los siglos) son las Dos Llaves de la Gran Obra Alquímica, los dos procedimientos físicos y espirituales que operan toda Transmutación: Solve et Coagula. Con un báculo y una estola indiscutiblemente papales que más que ocultar resaltan el mensaje implícito: la apropiación –discutiremos en otra ocasión que tan lícita- del Conocimiento-Ancestral. Reparen en esa rueda: es el “aggiornamiento” del Trisquelión, de la Espiral Dextrógira del Laberinto, de la Swástika, de la Rueda del Tarot, de la Mer-Kha-Bha… ¿o no comprenden el guiño de sus OCHO rayos?.

7 comentarios de “El Santo Grial entre cátaros y templarios (Tercera y última parte)

  1. Luis dice:

    Realmente extraordinaro todo lo que este señor a descubierto y hay que agradecerle su tiempo y su sabiduria.Dios le de mucha lucides y vida,para que logre encontrar el elexir,digo elixir,ya que todo se resume en esto,mejor dicho,encontrar la sabiburia y la inmortalidad.

  2. Josep dice:

    Amigo Gustavo, es una lástima que dispusieras de tan poco tiempo en esta visita cuando hay tanto por ver… Aquí están acostumbrados a los visitantes (en verano); lo que llamó la atención entre los vecinos fue tu simpatía y don de gentes, lo mismo que te abriría las puertas como investigador OVNI. Y esa «cualidad» de Mariela, que al verla por primera vez parece que ya la conocieras de siempre.
    Cuando vuelvas con más tiempo, descubrirás otros dos restaurantes en el pueblo, o a unos 8 Km. el riachuelo Orlina, nombre que viene de las pepitas de oro que se encontraban allí en los tiempos antiguos; nace cerca del dolmen de «Comes Llobes del mas Pils», cerca de la frontera con Francia, cerca también de otro monasterio románico, «Sant Quirze de Colera» 42° 24′ 58″ N 3° 03′ 32″ E… Para que os animeis a volver…
    Un abrazo

  3. Paula dice:

    Creo que fue un gran aporte de conocimiento, aunque soy muy joven se que en todo hay incognitas por descubrir.. La verdad me interesa el tema como tantos otros, gracias por compartirlo. Saludos!

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