El “Manutara” es el pájaro fragata emblemático de la mal llamada isla de Pascua, omnipresente en la bandera de un pueblo que no se reconoce como “chileno”, aunque esas soberanía le corresponda, sino como lo que son: rapanui, a secas. Que Rapa Nui es también el nombre que dan a su tierra y a su idioma. Y remite a una leyenda cara a sus sentimientos, de los tiempos de Hotu Matua’a, el mítico rey proveniente de otra igualmente mítica tierra ancestral, allá al sudoeste, conocida como Hiva.
Al llegar a esta isla lo hizo guiado por un “pájaro sagrado”, conocido como Manutara. Que fue un Maturana ancestral, arquetípico, quien depositó en uno de los “motu”, los islotes agrestes y deshabitados que emergen del mar al sur de la isla, un “huevo cósmico” de donde salió el primer ser humano que se allí se diseminó por el Pacífico y el mundo.
Esta leyenda es interesante porque presupone dos historias para Rapa Nui. En este contexto, la llegada de Hotu Matua’a es tardía y, de alguna manera, no tan importante, ya que si bien señala el comienzo de la continuidad poblacional de la misma, es su primera razón de ser, la de “nido” de ese “huevo cósmico”, lo que justifica el porqué de su denominación de “ombligo del mundo”. Pero va más allá. Fueron “hombres – pájaro” (evidentemente, no humanos, pues los humanos, terrestres “nacen” de ese “huevo cósmico”) los que acompañan al Manutara. ¿Extraterrestres?
Por eso en tiempos remotos, todos los años los jóvenes emprendían una peligrosísima aventura, que consistía en descender los trescientos metros del acantilado, arrojarse al mar y nadar hasta los “Motus”, en un mar, ora embravecido arrojándolos contra las rocas, ora plagado de tiburones (los muertos eran habituales, de una u otra manera) para alcanzar el islote, acechar la nidada de los “pajaros fragata”, robar el primer huevo depositado por los mismos y regresar, sanos y salvos, a Rapa Nui con ese trofeo, transformándose, así, en “rey por un año”, colmados de atenciones y derechos.
Es de la época de esas tradiciones las famosdas “tablillas “rongo – rongo”- tablillas de madera talladas con escrituras ideográficas aún no descifradas. Destruidas en su mayoría por los misioneros cristianos llegados desde el siglo XIX, sobreviven de las originales sólo cuatro, una de ellas en el Museo de Sitio de la isla. Mucho se especula sobre su contenido y han sido muchos los intentos (y los fraudes) tratando de descifrarlas, pero aún guardan sus arcanos secretos.
Artículos relacionados:
La saga de Rapa Nui (I): Hechos y presunciones
https://alfilodelarealidad.com.ar/2016/02/18/la-saga-de-rapa-nui-i-hechos-y-presunciones/
La saga de Rapa Nui (II): El mundo subterráneo y un evento paranormal
La saga de Rapa Nui (III): La llegada de los inkas
https://alfilodelarealidad.com.ar/2016/03/07/la-saga-de-rapa-nui-iii-la-llegada-de-los-inkas/
La saga de Rapa Nui (IV): De conquistas y extraterrestres
Muy bueno como siempre pero algunas correcciones,no es maturana,sino manutara,y no es fragata el ave sino gaviotin pascuence,saludos
Hola Ricardo, te acepto la primera, y en cuanto la segunda, la expresión «fragata» es la que usan los mismos rapanui. Un abrazo.
NOTAS:
* Existen varias especies de aves marinas que llegan a la Isla de Pascua y sus islotes (Motus), aunque las principales son el Gaviotín Pascuense (Sterna lunata) y el Gaviotín Apizarrado (Sterna fuscata), ambos llamados Manutara en la isla. Es probable que no importara tanto la especie a la cual pertenecía el huevo.