Sincronías Numéricas (II): reflexiones complementarias

Ya en otro artículo (hacer click aquí) he abundado sobre mi aproximación al fenómeno de las Sincronías Numéricas, esto es, la aparición repetida y –supongo- no casual de ciertos números o series de números en la vida de las personas.  A posteriori de la publicación del mismo he regresado sobre el particular, acercando aquí un par de elementos para reforzar mi hipótesis. Especialmente, más que en entender qué es una Sincronía Numérica, es asegurarnos de lo que no es.

Quienes hayan leído el mismo recordarán que centré mi atención en una de las críticas más comunes que se hace a esta hipótesis; el concepto que se trata de “casualidades”, circunstancias azarosas, simples “sesgos de atención” que la persona hace sobre lo llamativo que le resultan ciertos números en relación a otros. Aquí expongo algo tan ajeno a la propia naturaleza humana que demuestra que la presencia recurrente de ciertas “peculiaridades matemáticas” no tiene que ver con la subjetividad de la consciencia.

En primer lugar, los Números Metálicos. Todos más o menos conocen, o han oído hablar, del “Número de Oro” pitagórico, la “sección áurea”, “phi”. Ese número que ya los griegos señalaron como expresión aritmética de la perfección reproduciéndolo en las proporciones del Partenón. Leonardo lo usó de patrón de medida en su famoso “Hombre de Vitruvio”: el 1,618….

Pues bien, no se trata del único número que aparece como una constante en la Naturaleza. Existe, como mostramos en el cuadro, un Número de Platino, otro de Níquel, etc:

Éstos son los Números Metálicos, profundamente estudiados (y aplicados, especialmente en proyectos arquitectónicos) por la matemática argentina Vera de Spinadel.

En segundo lugar, tenemos la “Espiral de Ulam”, descubierta un día que, estando muy aburrido durante un congreso, el matemático polaco Stanislav Marcin Ulam se puso a escribir números en forma de espiral sobre una hoja de papel, observando correspondencias entre la serie matemática y la disposición geométrica: los números primos (aquellos que sólo son divisibles por sí mismos y por 1) se disponían estrictamente en diagonales.

Lo que señalan los matemáticos es que se hace difícil concebir (en los términos en que concibe un matemático) que esto sea sólo producto del azar. Y algunos van más allá; señalan que esto demuestra un “diseño Inteligente” en la Naturaleza. Lo que aquí planteamos es: ¿qué diferencia hay entre las Sincronías Numéricas que una persona advierte en su vida como fenómenos emergentes de simbolismo significativo, y el problema de los Números Metálicos en el contexto universal?. Ninguna. O, si me permiten ponerlo de otra manera: el fenómeno de las Sincronías Numéricas es, a nivel individual –es decir, en el Microcosmos de la vida de un individuo- lo que el fenómeno de los Números Metálicos es a nivel Macrocósmico en orden a la naturaleza. Identificados, así, por Ley de Correspondencia (sobre la que tanto hemos escrito, por ejemplo, en nuestro libro “Fundamentos Científicos del Ocultismo”).

Nota del autor: quien desee recibir sin cargo una copia digital del libro “Fundamentos Científicos del Ocultismo”, escribirme a mi email: gusfernandez21@yahoo.com.ar . Con gusto se los remitiré a vuelta de correo.

5 comentarios de “Sincronías Numéricas (II): reflexiones complementarias

  1. lucho50 dice:

    Estimado Gustavo, excelente complemento a tu primer artículo. Las sincronicidades suceden, lo que pasa es que por la presión de la vida diaria le negamos existencia y atención.
    Contigo siempre se aprende.

    Lucho Gutiérrez Rojas

  2. María Eugenia Maestro dice:

    Coincido con Lucho, personalmente me ha sucedido infinitas veces de fijarme y ver en la temperatura, la hora, el número que me toca en el comercio, etc… Siempre se repite; pero al día siguiente me olvido que sucedió, ni siquiera recuerdo qué número era…

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