EL «TEMAZCAL» ENTRE LOS ÁRABES

En la Granada alhambrina, en la magia de sus noches recorriendo el Albayzín, el barrio árabe, los paseos junto al Darro, la penumbra fragante de las teterías, hay pistas de una tradición que trae ecos de una Sabiduría Ancestral.

El baño de vapor o «cabaña de sudar» es parte de la cultura original de un enorme número de pueblos del orbe. Pero que más allá de su uso profiláctico, el mismo, como herramienta de trabajo terapéutico y espiritual, fuera usado por igual en  momentos históricos y geográficos aparentemente inconexos entre sí no es algo particularmente conocido.

Pero de eso se trata. Ya hemos desarrollado largo y tendido, en este mismo blog, los beneficios y fundamentos de los «temazcales», y puyesto a la luz pública el uso de ese mismo sistema, por ejemplo, en puntos tan remotos de sus orígenes mesoamericanos como en la mediterránea provincia de Córdoba, Argentina. Aquí, el punto es mucho más intrigante porque hemos de atravesar un océano para descubrir que, en épocas medievales, en la España mora y el norte de África ya se sabía que los baños de vapor tenían no solamente efectos terapéuticos en lo físico, sino contundentes efectos psicológicos y espirituales.

El «hamman»

Este es el nombre que recibían. Cumplían también la función de ser un punto de reunión social, no distinto del «temazcal comunitario» o «temazcal social» que así era también considerado en el antiguo Ánahuac. Pero además, existían rituales específicos, individuales y grupales, que tenían que ver con hacer del «hamman» un instrumento de exaltación mística. A ese respecto, no olvidemos que el uso de recursos físicos para alcanzar niveles de iluminación mística tenía ya una larga tradición entre los musulmanes; no otra cosa encontramos entre los «derviches» danzantes y la importancia dada al sexo como elemento de comunión mística. Aquí, se sumaba un elemento fascinante que ya lo había estudiado en el «Mohadez El Almeira», el «feng shui» árabe: la Geometría Sagrada. En efecto, y como se aprecia en las fotos, tragaluces y claraboyas repiten símbolos de profundo significado metafísico, especialmente aquellos dos que significan «contracción» y «expansión». De esta maner, el juego de luces rebotando en el vapor hace imaginar un caleidoscopio de brillos y sombras que, como metalenguaje onírico y luminiscente, envían crípticos mensajes al inconsciente d elos presentes:; el equilibrio del yin y el yang, los opuiestos y complementarios, porque «contracción» y «expansión» es otra forma de llamar a las fases de la respiración, del palpitar de los corazones, del pulsar de las estrellas…

En Granada. A la derecha, tras el muro y abajo, el río Darro. Atrás, a la derecha, comienza la Alhambra. A la izquierda, entrada al hamman.
En Granada. A la derecha, tras el muro y abajo, el río Darro. Atrás, a la derecha, comienza la Alhambra. A la izquierda, entrada al hamman.
Entrada al Hamman
Entrada al Hamman
patio externo
patio externo
Sala grupal
Sala grupal
Sala individual
Sala individual
Uso de la Geometría Sagrada
Uso de la Geometría Sagrada

En Granada

En nuestro reciente viaje a Europa, casi «casualmente», tuvimos oportunidad de conocer en detalle un hamman. Gracias a nuestro amigo Damián Mast, anfitrión en esa bellísima ciudad, accedimos al único que se encuentra en excelentes condiciones pese a sus casi 800 años de antigüedad.

Sus salas para baños fríos y calientes,  calderas subterráneas, patios abiertos para relax, evocan no solamente una costumbre sana que hemos olvidado, sino la inevitable fuente de inspiración para tantos cuentos propios de «Las Mil y Una Noche».  Caminando sólo acompañado por el eco de mis propios pasos y las acotaciones susurradas por Mariela, mi mujer, sentí las presencias milenarias, las voces reverberando a través del Tiempo, el foco unificado, en síntesis, de todos aquellos que compartieron, comparten, compartirán, la experiencia única, en la penumbra, el calor, el vapor, de ver cara a cara nuestro Yo Interior.

Uso de la Geometría Sagrada
Uso de la Geometría Sagrada
patio externo
patio externo

4 comentarios de “EL «TEMAZCAL» ENTRE LOS ÁRABES

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