El Ser Antropomórfico de Atacama (parte 1/6)

Los acontecimientos que voy a relatar, no fueron encaminados a conocer los pormenores del ser antropomórfico de Atacama, ya que estaba dedicado a otros menesteres, como el estudio de los no identificados. El desierto de Atacama por lo complicado de su orografía parece alejado del mundanal ruido y sienten sus reales los no identificados.

La primera vez que llegué a Iquique y nada más salir del aeropuerto internacional Diego Aracena pude divisar un enorme anuncio en donde se divisaba unos turistas fotografiando a unos ovnis. El desierto tiene una extensión de 75.000 kilómetros cuadrados y una densidad de habitantes ínfima, y teniendo presente esa relación los incidentes ovnis son apabullantes.

En uno de esos viajes que hacía a Iquique, nos solíamos reunir en el amplio domicilio de Dña. Tila Romero, una señora muy conocida en la ciudad por su alta posición social. Allí se exponía el plan de actuación en el desierto. Durante las conversaciones que llevamos a cabo se habló del ser encontrado en las ruinas de un pueblo salitrero. Al describirme la anatomía del ser, lo aparqué todo para intentar encontrar ese ejemplar que parecía romper la anatomía humana. Esa fue mi gran equivocación pues me sumergiría en un mundo en donde todo está estructurado y nada ni nadie puede romper los cauces establecidos por la ciencia. Dejemos esto por el momento y comencemos.

La historia del ser antropomórfico de Atacama comenzó en el 2003, en un poblado salitrero abandonado denominado La Noria. El protagonista fue Oscar Muñoz, un jubilado que se dedicaba a recorrer asentamientos salitreros buscando objetos en los estercoleros. Planchas domésticas de hierro, botones de uniformes militares y objetos caseros de escaso o nulo valor arqueológico, dado los pocos años transcurridos, ya que esas ruinas datan de la Guerra del Pacífico.

La Noria era una pequeña población minera que antes de la Guerra del Pacífico pertenecía a Perú. Entre este conflicto bélico y el descubrimiento del salitre artificial, en 1918, esa pequeña población quedo en ruinas.

La Noria antes de la Guerra del Pacífico.
La Noria, una de las calles en el 2003.

Por aquellas fechas recalamos en Iquique buscando el tema de los no identificados y pretendíamos finalizar unos estudios que habíamos dejado pendientes. Normalmente concluíamos unos y nos surgían otros, así que los viajes a la Primera Región chilena eran habituales.

Tuvimos la oportunidad de conversar con Alejandro Dávalos, miembro del IIEE, en Iquique, que por aquellas casualidades de la vida resultó ser hermano del primero que fotografió el ser, en el mismo lugar del hallazgo.

La fotografía aparece sobre un papel blanco, que algunos lo interpretan como la tela en que estaba envuelto. La realidad es muy diferente. Aquel día, el señor Muñoz colocó, como solía hacer siempre, un enorme cedazo inclinado en donde iba arrojando con la pala parte de los escombros amontonados de la limpieza del poblado. Insisto en este punto, ya que algunos pretenden catalogar el ser como un robo arqueológico. En una de esas paladas, vio que un objeto marrón rodaba por el garbillo. La tomó, y vio que era una arpillera que llevaba algo dentro. Al destaparlo se encontró con un espécimen que se asemejaba a un humano con características especiales. Como la arpillera despedía mal olor, la tiró y lo envolvió en papel. Fue cuando se tomó la primera fotografía. Más tarde cuando pude hablar con Oscar Muñoz me indicó que la arpillera olía mal, pero no por el ser, sino por haber estado en un estercolero.

Oscar Muñoz solía vender la bisutería que encontraba en la Plaza de Armas de Iquique, pero en esta ocasión fue en busca de otra persona que le adquiría los objetos que podrían tener más valor. Se lo vendió a un señor que, aunque en algunos medios se han publicado sus datos, prefiero omitirlo por la caballerosidad que mantuvo con nosotros. Había tenido ofertas bastantes más sustanciosas que las nuestras, pero las rechazó. Quizás influyó una pregunta que nos formuló: “¿para qué lo desean ustedes?” Desde el primer momento nuestros pensamientos estaban en un estudio profundo, ya que su anatomía rompía moldes y tiene cierta semejanza con algunos personajes descritos en nuestra disciplina.

En La Noria. Oscar Muñoz, quién encontró el ser, el autor y Yazmín San Martín.

Antes de llegar a nosotros estuvo meses en los medios, en la prensa y en la televisión chilena. Era conocido por todos; sin embargo, nadie del mundo científico prestó el mínimo interés. Seguramente por su morfología que era para espantar al mundo científico por el cierto parecido que tiene con ciertas representaciones extraterrestres.

Mientras tanto nosotros seguimos en el desierto buscando testigos de gárgolas y otras historias todas relacionados con los no identificados. Veíamos la adquisición tan lejana debido a que personas con bastante poder económico estaban interesados en conseguir el ser.

Creyendo todo perdido, gracias a la Dra. Tila Romero, se nos permitió ver el ser en compañía del Dr. Raúl Antezana Saravia, en el domicilio particular del propietario. Transcribimos algunos de los puntos que llamaban la atención.

  • El omóplato es triangular, diferente a los seres humanos.
  • No se aprecia pabellón auditivo.
  • No se le aprecia rótula.
  • No es feto al tener los huesos formados.
  • Las nalgas están momificadas.
  • Las costillas son más largas.
  • Cuello más largo que el humano.
  • Fuerte golpe en el pabellón auditivo derecho.
  • Menos costillas que en el humano.
  • El temporal está dividido en dos y está como hundido.
  • Órbita ocular alargada.
  • La cabeza no guarda relación con el cuerpo.
  • La barbilla tiene una prominencia ganchuda.
  • Tiene cresta.

Después se extendió en otros puntos anatómicos con más detalles y explicaciones. Regresamos a España con cierta melancolía, pues sabíamos que aquello tenía un valor muy significativo, y que nos podría abrir ciertas puertas en nuestros estudios. Por esa fecha no conocíamos las ventanas que se nos abrirían en el estudio de la raza pequeña. Pensábamos para qué lo deseaban tener los japoneses y estadounidenses, ¿qué harían con ello? Así seguimos con nuestras rutinas, cuando:

El señor de Iquique nos llamó y nos volvió a preguntar hasta cuánto podíamos pagar por el ser. Le pedí unos días de margen e hicimos números. Nueva llamada para indicarle que era nuestra primera y última proposición, que no nos podíamos mover ni un ápice. Volvieron las llamadas y tras una serie de consultas que parecían no acabar, al final cerramos el trato. Sin embargo, el ser estaba en poder del señor de Iquique, por lo tanto, había que traerlo a España. Nosotros deseábamos que se recibiera por un organismo solvente, puesto que nuestra finalidad no era especular sobre la momia, nuestra meta era realizar un estudio científico de la misma. Habíamos hablado con el exdecano de la Facultad de Barcelona, D. Ramón Pares Farras, y se quedó en que se recibiría en la Real Academia de Ciencia, en donde catedráticos de diferentes ramas analizarían la autenticidad del ejemplar. También en ese punto existió diferencias, sin embargo, al final estuvo conforme.

Real Academia de Ciencia. A la derecha el catedrático Dr. Antonio Tejedo Matéu, Jaume Ametller, el exdecano de la Universidad de Barcelona, Dr. Ramón Parés Farras, el autor y el catedrático Dr. Jacinto Nadal Puigdefábregat.

Sobre la autenticidad de la pieza ya sabíamos que era auténtica, ya que en el domicilio particular del propietario fue examinada por nuestro amigo Raúl Antonio Antezana Saravia, que describió toda la anatomía con diferencias muy notables.

Una vez analizado se le debía de dar un nombre, y el catedrático Jacinto Nadal, profesor en la U.B. de Zoología de vertebrados, le puso el nombre de ser antropomórfico, y le añadí, de Atacama.

Nos dieron información a seguir y a preservar el espécimen de los parásitos y hongos que seguro iban a intervenir. Al día siguiente tuvimos una reunión reservada con el Dr. Alberto Valles González y el Dr. Ramón Parés sobre los pasos a seguir y una advertencia, la cual reproduzco:

Habrá personas que lo único que les preocupa es no hacer el ridículo. Por otra parte, hay que hacer un informe en que se expresen las conclusiones y las bases que han conducido a esta conclusión. Hay que garantizar que no es una falsificación, aunque yo no tengo ninguna duda de que no lo es, pero en estos momentos no sabemos lo que es. Existen cosas semejantes, mucho más de lo que parece, aunque no son muy corrientes.

Las primeras radiografías se realizaron en Barcelona, en los despachos de radiología del Gabinete de Diagnosis por la Imagen dando unos resultados muy concretos y contundentes, que después la comunidad científica desestimó. El ser murió a consecuencia de los golpes recibidos. Tenía el pabellón auditivo derecho hundido. El pabellón izquierdo estaba correcto. Tenía una fisura en el húmero del brazo derecho. El ser estaba vivo cuando le hirieron de muerte.

El Dr. Emilio Feijo, el Dr. C. López y el Dr. J. M. Colomer presentaron un completo trabajo del cual resaltamos lo siguiente:

La sospecha de fractura, en caso de confirmarse, pudiera haberse producido en vida, dada la posición de apoyo sobre la parrilla costa.

Tras su muerte se colocó, según parece, en correcta y ajustada posición de descanso.

En la Universidad autonómica de Barcelona, en el Hospital Clínico Veterinario, se realizó un TAC, sin conseguir resultados relevantes. Aunque nos describieron su interior con bastante precisión.

Visitamos varios centros en Barcelona, como la Corporación Sanitaria y en Cornellá consultamos con la firma Diagnósticos Veterinarios. La resonancia magnética que se efectuó, quedó en lo siguiente: En ninguna de las secuencias realizadas se llegan a obtener imágenes interpretables. La ausencia de resultados debería atribuirse a la falta de agua libre y de lípidos en el objeto resonado.

En la Complutense de Madrid, hablamos con el doctor en ciencias biológicas, Dr. Eduardo Arroyo, que ya estaba en antecedentes y me comunicó: Feto no puede ser, por el costillaje tan bien formado. En otros momentos de la conversación me indicó: No es que sea humano, pero su simetría y características recuerdan a un humano más que a un primate.

Con el catedrático de Antropología Física de la Facultad de Biologia de la U. B. tuvimos una larga charla junto con otra doctora que venía de Madrid, perteneciente al equipo del Dr. Eduardo Arroyo. En este punto omito nombres y sólo resaltaré algo que me llenó de asombro: Por ello apunto a una posible falsificación y que se trata de un objeto artificial creado a partir de huesos humanos o de animales.

Fue un encuentro lleno de matices y quizás la entrevista más larga que mantuvimos, en España, sobre el ser de Atacama.

Consultamos también con el prestigioso Laboratorio del Dr. Echevarne, y allí conocimos a un destacado doctor que nos ayudó en profundidad y comprendió la difícil tarea en la que estábamos inmersos. Este doctor, al igual que otros, deben conocer muy bien el mundo a que nos enfrentamos, pues sus puntos de vista chocan frontalmente con otros que ocupan cargos en centros estatales.

Voy apreciando, con enorme tristeza, las diferencias de pareceres que existen sobre una figura en concreto, cuando sólo tendrían que existir pequeños matices. Por supuesto, no he puesto las declaraciones de todos los centros consultados, pero aprecio que están perdidos y ante ello se inclinan a echar balones fuera.

A partir de ese momento, omitiremos algunos nombres, dado que el nuevo orden mundial está quitándonos las pocas libertades que gozábamos.

Visitamos instituciones religiosas por si poseyeran documentación sobre seres de pequeña estatura. Sabíamos que en el archivo de Indias, de Sevilla, existen escritos que mencionan a estos diminutos seres. La información me llegó gracias a la investigadora colombiana Gilda Mora Mesa, que lleva debatiendo puntos encontrados con la tradicional arqueología de su país.

En el Departamento Forense, visitamos el Museo de los Horrores y hablando con la persona encargada me llegó a decir cosas muy interesantes. Al llegar a Barcelona, les puse un email, con la intención de tener su confesión por escrito. De lo dicho nada, solamente había querido decir Diego. En Secretaría nos encontramos con el titular de la cátedra y le preguntamos por el importe del ADN. De mala gana nos respondió que valdría unos mil euros. No sé si hablaba en serio o en broma, pues ese valor no se corresponde con el precio real del ADN.

Museo de Zoología de Barcelona. Es curioso que la doctora que nos atendió, lo primero que hizo cuando vio el ser, es fijarse si tenía o no rabo. Se centró en los pequeños primates y de ahí no se movió.

Nuestro amigo Klaus Dona estaba realizando una exposición en Interlaken (Suiza) y le comentamos si nos podía ayudar en conocer la identidad de un pequeño ser que teníamos. El resultado: que en unos días estábamos en Interlaken. Klaus Dona, en esos días exhibía un esqueleto de unos siete metros y objetos fuera de la catalogación científica.

Mandó llamar a una vidente rusa, y a una traductora del ruso. Aunque sabía los problemas que nos podría acarrear, pues era como poner los pies en tierras movedizas, pero por otra parte tenía a una especie de introductor de embajadores, como era Klaus. El amigo austríaco no me defraudó y vimos la forma de estudiar el ADN de forma científica.

En una investigación de esta índole no se puede cerrar puertas, todo lo contrario, y sobre todo cuando no sabemos lo que tenemos en nuestras manos. En el caso de la vidente rusa, era una de tantas posibilidades, pero sus declaraciones no fueron dignas del menor interés.

Nina Briouzina, a la izquierda y Liya Maag. En el centro, Klaus Dona.

Fue un invierno duro y con una fuerte nevada llegamos hasta Salzburgo. Fue difícil encontrar alguien por las calles pues la hora era algo despectiva. Tuvimos la suerte de preguntar a una pareja quienes resultaron ser los propietarios de un magnífico hotel. Cosas de la vida.

A la mañana siguiente estábamos hablando con el doctor Gottried Tichy, quien estudió el cráneo de Mozart. Un personaje muy atento y cortés, pero muy prudente en sus declaraciones. Tuvimos algunos puntos de vista muy diferentes que se acusaron cuando nos pidió hacer unas fotografías al ser. Al cabo de dos horas nos entregó la momia. Le pregunté si no tenían fetos en la universidad. El hombre respondió con una breve sonrisa. Nos invitó a desayunar y al final nos acompañó hasta la puerta de la universidad.

En la entrevista, el Dr. Tichy nos solicitó que le dejáramos las cuatro radiografías, y tiempo después nos devolvió tres; algo debió de pasar en correos.

En el Estudio Radiológico, que se hizo en Barcelona se realizaron cuatro proyecciones: anteroposterior, posteroanterior, y los dos perfiles (derecho e izquierdo). Se aprecia el conjunto del esqueleto óseo, evidenciándose cráneo, clavícula, cuerpos vertebrales, caderas, parrillas costales y extremosidades superiores e inferiores.

Con las tres radiografías, venía acompañado el informe que reproduzco a continuación, una vez traducido del alemán.

Universidad de Salzburgo. Miembros del IIEE con el Dr. Gottfried Tichy.

NOTA: El Dr. Tichy muestras en sus manos el libro LA VERDAD OCULTA. Introducción al estudio del Intruso, Esporádico, Agresivo. Autor: Ramón Navia-Osorio Villar.

Contacto con Ramón Navia-Osorio Villar: atacama@iiee.es

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