Es inevitable que exista cierta resistencia o, cuando menos, desinterés de parte del común de las gentes –especialmente en países occidentales- en interiorizarse sobre ciertas rutinas del Ayurveda debido a una colección de prejuicios (en el sentido de “juicios previos”) instalados. Hoy hablaré de uno de ellos: la generalizada presunción que el Ayurveda es Vegetarianismo.
Lo cortés no quita lo valiente: yo soy vegetariano, sí, pero por una serie de razones que no tienen que ver con lo ayurvédico (a quien le interese: http://pensemosqueesgratis.com.ar/porque-me-hice-vegetariano-si-es-que-a-alguien-le-interesa/). En lo que tiene que ver con esta Filosofía de Vida, ya hemos visto que como parte de las “rutinas diarias” (llamadas “Dynacharia”) en cuanto a alimentación, la primera es aquella de: “el mercado de frutas y verduras es la mejor farmacia”. Pero eso no significa comer sólo frutas y verduras. Porque aquí aparece la segunda regla: “aliméntate de lo que hay, se produzca, nazca o crezca en tu lugar de residencia”. En consecuencia, no afecta en nada la mirada de cualquier “bhisak” (“médico ayurvédico”, en un sentido técnico. “Sanador”, etimológicamente) que el paciente se alimente de carnes. Y en algunos casos, incluso y cuando el “dosha” del mismo lo requiera, lo recomendará.
Recordemos que “Dosha” (que se traduce como “naturaleza”, pero en puridad significa “aquello que se desequilibra fácilmente”) es una de las tres “vibraciones físicas” del cuerpo humano. Entonces, algunas combinaciones de doshas –más aún, en relación a su lugar de residencia permanente- quizás necesiten (o ante ciertas patologías el especialista recomiende) comer carne. Qué tipo de carne y en qué proporción, obviamente, será resultado del estudio de los “doshas” y “gunas” (“cualidades”. Están los “gunas de los doshas” y los “gunas de la mente”) del sujeto. Cada uno decidirá entonces conforme a su criterio: el Ayurveda sólo dará la recomendación.
