Sacralizar la vida

sacralizar la vidaEl antiguo labriego oraba a la Madre Tierra mientras araba. La seducía. El agricultor moderno la rotura (“roto”, “rotura”), mientras desde la cabina con aire acondicionado de su ultra sofisticado arado cubre sus oídos con auriculares y mp3. La viola. El ama de casa, el comerciante de tiempos épicos iniciaba su día agradeciendo a la Vida, con la misma naturalidad con que desayunaba u orinaba. Inconcecible concebir, valga el oxímoron, la vida de todos los días en aquellos días sin gestos espirituales. Hoy, simplemente, quitamos todo contenido sagrado a la acción, porque creemos que la acción sólo importa si importan los resultados. Y así, convertimos la común – unión con el Universo en el intercambio fenicio de mercachifles de la Vida, sólo interesados en que el balance de ingresos y egresos de favorable a nuestros bolsillos, sean éstos literales o existenciales. Entonces, todo importa sólo por lo que porta, es decir, por lo que (nos) trae: el baile deja de ser coexistencia armónica con la Naturaleza y se trata de aturdimiento de los sentidos; la música deja de expresar sentimientos y sólo sirve para distraer neuronas, la palabra es instrumento de excusas antes que de compromisos y la vida queda reducida a pasarlo lo mejor posible entre dos momentos; el nacer y el morir. Y en el camino se pierde el Camino; al quitarle sentido sagrado, es decir, Trascendente, a nuestras acciones, pierde sentido el Honor, la Dignidad, el Respeto, porque no honramos la vida, no tratamos con respeto a este templo vivo que es nuestro ser y no hacemos de nuestras acciones algo digno de perpetuarse. Somos, apenas, pirotecnia vivencial. Buscando una olla al final del arcoiris, habiendo perdido de vista que no hay Grial al final del Camino, porque el Camino es el Grial.

4 comentarios de “Sacralizar la vida

  1. SMacarena dice:

    Como siempre es un gusto leerte sobre todo con esta inspiración con la cual escribes sobre la consciencia de ser parte de nuestra madre tierra, que hemos ido perdiendo. Un abrazo Gustavo.

  2. Jose Acosta dice:

    Muy bueno Gustavo…hoy mismo discutia sobre el llamar «atrasados» a los que no viven en el «Desarrollo». «Esos pabres infelices que solo viven de lo que da la tierra y en casa de tablas y pisos de tierra»….y yo los oigo y pienso…pobres de ellos, infelices, amarrados a lo material sin siquiera saberlo.

  3. Eugenia Aguirre dice:

    Dar gracias a Dios y a la vida por volver a despertar cada día. cuidar y respetar nuestro cuerpo com o templo de Dios. Porque así lo enseñan las Escrituras y así se demuestra el valor de lo que no se compra con dinero: la honestidad y amor a la vida propia y de los demás. Sería un mundo diferente si toda la gente so volviera más espiritual. Enseñar a los niños con el ejemplo a ser íntegros. Y además se puede ser espiritual sin creer en dios cuando se tienen altos valores. ¡Qué gusto ver que hay gente que da valor a lo importante! Saludos desde México.:)

  4. Javier Gotz dice:

    Excelente artículo sobre la banalidad de la vida actual, sobre el pobre conocimiento de los trascendente del hombre promedio de hoy en día. Que lastima que se siga perdiendo esa conexión con nuestro Ser Superior.
    Te FELICITO porque escribes de una manera muy profunda y con mucha claridad, algo que es muy difícil de lograr, pero que en ti fluye de manera natural.
    Un abrazo Gustavo y síguenos deleitando con tus artículos.

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