Rituales de Año Nuevo Esotérico

Huevo Cósmico

Ya en un post anterior me he extendido sobre el significado (y por ello la importancia) de lo simbólico de éste inminente y cualquier otro Año Nuevo Esotérico, tomado a partir del Equinoccio de Marzo (que en Argentina será el martes 20 a las 13.15 hs) por razones fundadas sobre las que no me repetiré aquí. Quedé, sí, en deuda con mis lectores regresar con las consideraciones prácticas que desde la Enseñanza Hermética se recomienda aplicar para esa fecha, es decir, los consabidos “rituales”.

Pero permítanme, en primer lugar, redefinir la palabra “ritual”. Y digo redefinir porque la misma se ha desnaturalizado y vulgarizado en los tiempos que corren –tal como, seguro que no ociosamente, lo han hecho muchas prácticas tenidas como esotéricas a través de los milenios y hoy devenidas en mundanas– . Así, “ritual” es entendido por el común de las personas de una de estas dos maneras: o como una mera práctica repetitiva, casi un TOC cultural, o una práctica “mágica” (en el sentido contemporáneo, es decir, supersticiosa e ingenua). Y el Ritual es mucho más que eso.

Es ejecutar con plena consciencia un acto simbólico, metafórico, que exprese en su riqueza la percepción de la correspondencia entre lo Microcósmico y Macrocósmico. Quien ritualiza no acepta, como comúnmente se cree, su sometimiento a inteligencias y fuerzas desconocidas sobre las que no tiene ningún ascendente y conocimiento, sino por el contrario, expresa y afirma en ese acto su presencia divina y cósmicas; ejecuta un acto demiúrgico, se asume como co Creador de su realidad.

Dicho lo cual, pasemos a los procederes recomendados para esta fecha. Sin duda, podrán ustedes encontrar, en la umbrosa e infusa neblina de la internet verdaderas enciclopedias de rituales; estará en ustedes despejar la paja del trigo y quizás someter a su intuición (la de ustedes) el parecer de las mismas. Algunos tendrán quizás la oportunidad de acvudir a maestros y hermanos ya iniciados, todo sumará y no restará. Aquí, simplemente y acotados por el espacio, compartiremos lo que nosotros mismos haremos.

El primer ritual es vivir ese día a consciencia. Ya lo he comentado en otra ocasión: este día, así como el día de nuestro cumpleaños (primer día de una nueva Revolución Solar) llevan en sí la semilla d elo que traerá y será el año que comienza a discurrir. Por ello, y por esa virtud que es el pensamiento creativo, es un día que deberemos vivir recordando con atención todo el días su significado, y viviéndolo como quisiéramos que resultara el año a transcurrir. Así, empeñándonos en trabajar con esfuerzo sid eseamos que el año lo traiga en abundancia. Por el contrario, relajados y descansando si queremos que el año sea casi sabático.

En algún lugar fuera de aquél donde transcurrimos habitualmente nuestra existencia, si el objetivo es que este año traiga viajes (se recomienda poner un mínimo de cincuenta kilómetros de distancia entre mi radicación habitual y donde estaré el día y la hora, o bien del Equinoccio, o bien del cumpleaños,, según el caso en que apliquemos). La costumbre de recibir regalos y presentes el día del cumpleaños (y considerarse de “mala fortuna” recibirlos antes) tiene que ver, precisamente con esta mirada, por lo que es una muy buena idea “regalarse uno mismo”, con alegría y todas las posibilidades, y no es buena idea tomarlo (para ambos, pero especialmente para el onomástico, como “apenas un día más”.

El segundo ritual a tener en cuenta –aunque cronológicamente, ya veremos, debería ser el primero– estar atentos de modo que al despertar ese día, durante un par de minutos antes de comenzar la rutina diaria, enfocarnos en las cosas y personas por las que debemos agradecer a la vida. Por mala que sea su situación, por solitario o solitaria que se encuentre, siempre habrá algo por lo que estar agradecido. Y agradecido con alegría, no desde la lástima, si es que se entiende lo que quiero significar. Pues bien, en ese par de minutos enfocarlo, mencionarlo en voz alta si eso nos ayuda y luego, sólo luego, visualizar otro par de minutos lo que queremos que el nuevo año nos traiga. Si esa visualización puede extenderse algunos minutos más, mejor aúnm. Aquí hay un paso simbólico que habitualmente se ignora: debe ser en ese momento, y no otro, pues al poco tiempo, cuando se levante, seguramente irá al sanitario a hacer sus abluciones y necesidades, preparará su desayuno y, en consecuencia, habrá un recambio energético, el último del año que se va. Eliminará toxinas de su organismo, ingerirá alimento que proveerá la primera “carga” de energía de ese nuevo año, tomará una ducha o lavará partes de su cuerpo, “limpiando” y abandonando así –aún sin saberlo– células viejas y deshechos corporales. Es un momento de gran importancia simbólica, y explica porqué tantas creencias consideraban de vital significado espiritual las primeras abluciones de la mañana.

Finalmente, el tercer ritual: deberá proveerse de una pequeña planta, en tierra, para este fin. Si la hora del equinoccio o cumpleaños le encuentra, por caso, en sut rabajo, llévese a él una muy pequeña es un pequeño recipiente con tierra. Pero es importante que la planta esté viva, y que a posteriori podamos darle condiciones de supervivencia. Cuando sea la hora, entonces derramaremos sobre la tierra, alrededor del tallo de la planta, una cucharada de miel. Sobre ella, esparciremos granos de arroz, trigo, cebada, maíz (cualesquiera de ellos) hasta cubrir la miel, y en otro lugar de la tierra, echaremos un poco de agua. Todo este proceso lo haremos pensando en nuestros proyectos e intenciones de crecimiento o afirmación material, intelectual, afectiva, repasando los rostros de las personas involucradas y los contextos. La intencionalidad debe ser en todo caso francamente positiva; si a usted le molesta alguien, no piense en alejarle o en perjudicarle, sino visualice, por el contrario, cómo sería su vida –la de usted– si esa persona no estuviera en ella. Cumplidos esos pasos, encienda, junto a la planta, una pequeña vela blanca, pensando ahora en su “ofrenda espiritual”, esto es: usted ya ha expresado claramente lo que quiere. Ahora bien, ¿qué es lo que está dispuesto a dar?. Es fácil hacer una lista de aquello que vamos a pedir; ahora quiero verles haciendo un listado de lo que van a entregar. La naturaleza –y cantidad y calidad– de sus ofrendas a la vida dirá si se merecen que el universo sea pródigo o mezquino. Y no digan simplemente que darán “amor”, expresión agradable pero ambigua.¿Cómo lo darán?.

Hecho ello, se inclinarán sobre la planta y, suave y persistentemente, soplarán sobre ella, cuidando que ese soplo dure el mayor tiempo posible que permitan sus pulmones. Es un solo, nada más. Como en la vida, en que ciertas oportunidades se dan una sola vez.

Luego, simplemente tratarán de cuidar esa planta durante todo el año.

Llegará así el final del día. E inmediatamente antes de irse a dormir, deberán buscar un lugar donde puedan ver un poco de cielo –así estén en plena ciudad-, lo observarán atentamente y, abriendo los brazos en cruz y cerrando los ojos, sostendrán el recuero de esa porción de cielo hasta que se desvanezca.

Y habrán cumplido con una práctica sencilla, milenaria, sin falsos oropeles ni espectacularidades ilusorias, que está en el corazón de las verdades antiguas y sencillas.

6 comentarios de “Rituales de Año Nuevo Esotérico

  1. raton dice:

    Hola GusGus, hay unas cositas que no me quedaron del todo claro.

    1 – Lo que ofrendamos a cambio de lo que solicitamos en el ritual… tiene que ser algo material o la ofrenda es de carácter simbólico?
    No se si me explico bien; tenemos que dar a cambio algo material-físico o por el contrario lo que nosotros ofrendamos es lo que prometemos que vamos a hacer con nosotros mismos durante el resto del año, o para con otras personas o hacia algo en particular ?

    2 – En mi casa no tengo lugar para una planta y así que voy a comprar una maceta y alguna una planta linda en el vivero.
    ¿No importa, específicamente, qué color la maceta debe ser ni tampoco qué tipo de planta se debe elegir ? …no se si sea una pavada esto que te pregunto, pero como me gustan los colores oscuros, (y ya que hay que tener en cuenta que esto es algo personal), tenia pensado comprar una maceta color negro que es un color que me gusta. Pero no se… por ahí queda como una elección de color «muy negativo» para la ocasión.
    Si no es el color correcto, compro una maceta blanca o algún color claro. No hay problema.

    3 – Cuando voy preparando la planta en la maceta y ya luego me dispongo a hacer los pedidos… ¿hay que estar colocado en alguna dirección en particular al momento de hacer esto ? ¿ colocado mirando hacia el norte, sur, este o oeste, o por donde salió el sol ? ¿ o es irrelevante hacia donde estemos mirando ?

    4 – La vela blanca la tendria que comprar en una santería, mejor… ¿no?

    5 – » sostendrán el recuero de esa porción de cielo hasta que se desvanezca » . Esto ultimo tampoco me quedó claro, sinceramente, no entendí lo que quisiste decir.

    Creo que eso es todo.

    Saludo ‘

    • Gustavo Fernández dice:

      Hola, cómo estás? Lo simbólico es tan real como lo material, se entiende claramente tu pregunta y por supuesto, lo que cuenta no es el «qué», sino el compromiso. Y así fuera negra la maceta, no habría problemas. En este ritual la dirección es irrelevante, tanto como donde compres la vela 🙂 Y lo último es tan sencillo!. Miraste el cielo unos momentos, verdad? Cerrá los ojos y recordalo. Un abrazo

  2. Diego dice:

    Hola gustavo , la planta puede ser un cactus ? (De esos chiquitos que venden en una masetita) de ser asi donde tengo que hechar el agua ? (Dejo un lugarcito de la maseta para hecharle el agua tratando de que no interfiera con la miel? O lo tendria que transplantar a la tierra para hacer el ritual ; y por ultimo si se puede hacer a la mañana despues de hacer el primero ? Porque trabajo todo el dia y tendria que hacer todo a la mañana, perdon por ser bastante 0 a la izquierda en el tema, y también por un mail que te mande si es que fue molesto que no entendiera lo que me dijiste y te lo repegunte xD , En fin saludos y gracias por compartir los rituales

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