La Matrix Vaticano

Se trata ésta de una de las notas (no sé si amerita el ampuloso término de “investigación”) que –como dice la expresión más que conocida- deja más preguntas que respuestas. Ante la imposibilidad momentánea de responder esas preguntas, entendiendo por “respuestas” evidencias y argumentos consistentes y no simples especulaciones (que cada lector es dueño de hacerse y darles la validez que quiera pero, lógicamente, pueden no ser aceptadas como tales por otros lectores), invertiré los términos de mis ecuaciones mentales y me diré que es de por sí un progreso lograr, cuando menos, formular mejores preguntas.

No es por curarme en salud, pero quiero dejar fuera de este trabajo a tanto devoto y devota bien intencionado, amable y bondadoso que campea sobre el globo, totalmente convencidos de la pureza de la espiritualidad subyacente detrás de la cruz, así como a tanto sacerdote, monja, fraile, que con sacrificios a veces extremos son solidarios desde el corazón con su prójimo. Al igual que en los ejércitos, donde a una tropa y suboficiales quizás con una preparación intelectual mínima o escasa les supera una oficialidad altamente entrenada y preparada, con postgrados y doctorados, con viajes por el mundo y aceitadas relaciones con el poder, cuando un soldado, un cabo ejecuta una orden es ignorante de las verdaderas intenciones desde “arriba”. Le basta que sea una orden, o las vacuas promesas de “defender la patria”, “la libertad”, etc. Así, en las iglesias, la “tropa”, sacerdotes de pueblo, hermanas de caridad, feligresía reuniendo con esfuerzo su ayuda a los más necesitados, son ignorantes de lo que los “mandos superiores” hacen y deshacen. Y si el argumento que se me opondrá es “por lo menos ayudan con algo a los pobres”, aceptar eso es tan cretino como el “roban, pero hacen” con que algunos mediocres tratan de justificar a ciertos políticos. Sí, como ése en que usted está pensando en este momento.

También quiero dejar fuera de este contexto a opinólogos y “descubridores” de misterios, conspiraciones y ultramontanas teorías, a las cuáles tienen derecho siempre y cuando no busquen imponérnoslas como verdades reveladas. Habrá algunos que sin duda verán este aporte como pobre y deslucido ya que ellos, por supuesto, saben de los vínculos reptiloides – masónicos – pleyadianos  – intraterrenos que los sacerdotes tienen a través de sus misas satánicas y orgías sexuales en las criptas de Roma. Por si no se dieron cuenta, esto último fue un sarcasmo. Lo que trato de señalar es que en este umbroso terreno de la especulación hay lecturas para todos los gustos. Algunos apuestan a revelaciones extremas quizás más próximas a sus propios paradigmas de creencias que a material comprobable y rastreable. Otros, prefieren la mirada convencional. Yo trataré de ubicarme en un punto equidistante.

La complejísima y extensa –geográfica y temporalmente- red de imbricaciones que giran alrededor del Vaticano excede con mucho los alcances de este artículo. Quizás ameritaría todo un ensayo, un libro de investigación, y se trata ése de un esfuerzo que acometería con gusto si encontrara recursos que me acompañaran. Evitaré, por consiguiente, la pedantería hueca de tanto articulista, de tanto youtuber, creyendo que la opinión personal responde todas las preguntas cuando en realidad satisface solamente el ego y hace eco en la emocionalidad de quienes creen que “piensan” igual.

Y en esta frase que acabo de escribir se encuentra una de las claves, de las muchas claves, que justifican el título de este trabajo. Porque la “Matrix Vaticano” expone el proyecto de manipular la mente de masas crecientes de la Humanidad –si por ellos fuera, la humanidad toda- a partir de la manipulación de las creencias, creando la falsa percepción que lo se “cree” es lo que se “piensa”. Y son cosas muy distintas.

Pero comencemos a poner un poco de orden en este caos.  Dije que no tendría muchas “respuestas” para dar. Tal vez pequé de humilde, porque algunos datos, poco conocidos, adquieren por sí mismos el valor de verdaderas respuestas. Así también, aunque eso es tremendamente subjetivo y propio de una especulación (derecho que también me permito), debo hablar aquí de lo que percibí durante mi propia visita al Vaticano. Y algunas correspondencias que, puestas en orden, echarán luz sobre ciertos sesgos de esta institución y su pretendida “autoridad máxima”.

Uno de los puntos de partida de mi “cosmovisión” del asunto, es considerar a la Iglesia Católica la heredera temporal del Imperio Romano. Es interesante que para cuando el emperador Constantino el Grande quita a la misma de la clandestinidad primero y la transforma en “religión del Estado” luego (aún cuando él mismo no se bautiza sino hasta su lecho de muerte) las razones parecen más cercanas a un proyecto a largo, larguísimo plazo, que a conversiones religiosas del momento (si uno deja de lado la “historia oficial”, engañosa como todas, que la conversión del Constantino se opera por la mera aparición del signo de la cruz –en realidad y de acuerdo a las fuentes de la época, la cruz Tau- en los cielos en vísperas de una batalla con la frase “in hoc signo Vinces” –“con este signo vencerás”- ) . El Imperio Romano, con organización militar, política y de imposición geográfica, decaía a pasos agigantados. Sus fronteras se estrechaban, su presencia y autoridad languidecía. Que desde el corazón mismo de éste, Roma, surgiera otro “imperio”, pero de almas, no sólo es sugestivo: fue oportuno y un alivio. Porque así el máximo pontífice romano podía ser, o digitar, al máximo pontífice de una organización que desde la casi nada crecería aún más que aquél imperio pues extendería su presencia durante dos milenios, en casi todo el orbe, sobre la consciencia (es decir, la conducta y decisiones) de miles de millones de personas. Un poder que los viejos emperadores nunca soñaron tener.

Otra vez, la “historia oficial” nos presenta casi como un guiño irónico del Destino que sea en Roma donde , perseguido el cristianismo primero, se hiciera fuerte luego e irradiaría a todo el planeta. Los devotos fueron convencidos que eso era parte del “plan divino”, como una forma de enrostrarle a los paganos que desde su propio corazón podía resurgir aquello que trataron de exterminar. Linda metáfora, pero incorrecta. Es cierto que durante un tiempo los mismos romanos descalificaron primero y persiguieron después al cristianismo. Es igualmente cierto que si no fuera por los romanos, el cristianismo se hubiera extinguido. En efecto, para la época de Constantino, el Mitraísmo, llegado de Persia, era tanto o más popular entre las clases bajas, de manera que fue una decisión de un pagano, mortal, con poder político quien eligiò qué organización espiritual le serviría a sus propòsitos. Y me llama mucho la atención que la gente no vea la obviedad de la correspondencia en el momento en que Roma, como civilización, caía, en que la Iglesia Católica Apostólica Romana surgía con ímpetu para ocupar su lugar de dominación. Mucho más eficiente, debemos decirlo: camuflada bajo la apariencia de espiritualidad, con millones de seguidores en todos los tiempos buenamente convencidos de estar en un camino meramente espiritual, sin límites de idiomas, banderas, ideologías, camaleónica y adicta al poder.

Tal vez moleste a unos la veta conspiranoica de lo que diré a continuación, y sería hipócrita decir que lo sentiría porque, la verdad, no lo siento en absoluto: todo esto tiene para mí mayor sentido si lo ubicamos dentro del contexto del accionar Illuminati. Que sobre el término en sí, sobre su significado en el presente y el pasado, ya he teorizado bastante y no he de repetirme aquí. Sólo diré que una de las características más fascinantes de la cuestión es el hecho que estos grupos respondan a estrategias y planes que van mucho, mucho más allá de sus propios y lejanos descendientes, lo que es uno de mis argumentos para sostener que responden a Inteligencias que van mucho, mucho más allá que sus más lejanos descendientes. Nadie hace planes para un futuro de, no digamos cuatrocientos, siquiera doscientos años. Usted, yo, cualquiera que llegue a una cima del poder puede preocuparse por qué dejará a sus hijos, seguramente a sus nietos, digamos que por sus bisnietos y, en una explosión de devoción familiar, por sus tataranietos. Pero, ¿a quién le importa, quién ocupa años, recursos, energías, en digitar un futuro de los próximos doscientos, trescientos, cuatrocientos años, si ni nosotros ni nuestros vínculos estarán?. ¿Alguien dirá, sin ser hipócrita una vez más, que puede sentir compromiso, afecto, responsabilidad que un antecesor del siglo XVIII, por ejemplo, aunque supiera el nombre, nacionalidad, cómo llega aquí su parentesco?. ¿Alguien sentirá esos valores por un descendiente del siglo XXIII?. Pero allí están los Illuminati, haciendo planes, conspirando, ordenando, digitando a las masas desde hace siglos, quizás milenios, por otros siglos, quizás milenios por venir. Y si lo hacen, es porque la verdadera autoridad los trasciende y en los lapsos temporales de “esa” autoridad los siglos o milenios son parte de su coexistencia cotidiana. Por cierto: no olviden el asesinato de Juan Pablo I.

Es por esta razón que el “proyecto Iglesia Católica” resultò mucho más eficiente y fructífero que el proyecto “Imperio Romano”. Y han aprendido. De ahí en más, la consolidación del poder y control de las creencias es fundamental para cualesquiera otra clase de poderes. Si no, los remito a mi podcast “La Batalla esotérica por Jerusalén”, como parte de esta aproximación.

Pero demos algunas evidencias de lo que estoy afirmando:

1) El actual Papa Francisco es Gran Maestre de cinco órdenes esotéricas: Soberano Gran Maestre de la Suprema Orden de Cristo, Soberano Gran Maestre de la Orden de la Espuela de Oro, Soberano Gran Maestre de la Orden de Pío IX, Soberano Gran Maestre de la Orden de San Gregorio Magno, Soberano Gran Maestre de la Orden de San Silvestre, Caballero Gran Collar de la Orden del Cóndor de los Andes. Fue designado con estos Grados, en todas, el 13 de marzo de 2013, el mismo día que fue consagrado Papa. Esto demuestra que el cargo es hereditario, que todo Papa tiene el derecho, supongo la obligación, de serlo y hacerlo, lo que retrotrae la alianza del Vaticano con estas Órdenes esotéricas a los tiempos mismos de la creación de tales. Por cierto: algùn lector puede con derecho preguntarse aquí de dónde saqué esta información, si será procedente de algún dudoso informante anónimo. Pues no; ¡es público!. Lo realmente sorprendente es que esto, tan a la vista, no haya llamado la atención, aparentemente, de nadie.

Escribirá alguien en defensa del Papado que esas Órdenes son “honoríficas”, algo así como falsos oropeles cuasi aristocráticos que algunos mandatarios se intercambian como cortesía diplomática. Quien eso diga, sin duda, no sólo no conoce, jamás ha pertenecido a ninguna Orden Iniciática. Porque en las mismas nada se toma a la ligera; ni grados, ni símbolos, ni menciones son tomadas como meras “formalidades” sino como hábiles instrumentos, en unos, de crecimiento personal y amor a la creación; en otros, como camino de enriquecimiento y ambición personales.

De todo esto también deviene otra observación: que mi trabajo no sea tomado como argumento por aquellos que recelan de “toda” Orden Esotérica, generalmente fundamentalistas evangélicos. Las Órdenes son espacios de Conocimiento. El uso que de ese Conocimiento hagan sus miembros, es parte de la naturaleza humana.

2) como Gran Collar de la Orden del Cóndor de los Andes, cuyo Gran Maestre es el Presidente de Bolivia, comparte su hermandad con Nicolás Maduro, Josep Tito, Lula da Silva y Jacques Chirac. Atención: Susana Malcorra, ex Canciller de Argentina, es Grado Gran Cruz. Y lo fue también Stroessner, el dictador de Paraguay. Evo Morales, presidente de Bolivia es, como dije, el Gran Maestre, y la Constitución de Bolivia obliga al Presidente a serlo, lo que significa

Nicolás Maduro

que el destino de, en este caso, esta nación está atado por ley al de una orden esotérica. Como ya sabemos –si algún “hermano de Orden” me lo niega, sería evidente que más que “hermano de Orden” (cualquiera) es apenas un “cenador” (de los que se reúnen para cenar), la fraternidad dentro de una Orden obliga a sus miembros más que sus lazos de nacionalidad, de sangre o cualquiera otro, como demostré, por ejemplo para el caso de Argentina, en este artículo. De forma tal que, tras bambalinas, Bergoglio, el Papa, recibe órdenes y se somete a la autoridad de Evo Morales, es hermano de Orden de Nicolás Maduro y tiene

Susana Malcorra

autoridad sobre Malcorra y Stroessner. Creer que los distintos funcionarios mencionados son o han sido independientes y que su rango de autoridad es otro es no conocer en absoluto la estructura operativa de las Logias y su influencia en el frívolo mundo cotidiano. Comentario incidental: que una Presidencia de un país cualquiera venga con Grado de Gran Maestre adosado es bastante ilustrativo de la interrelación de las sociedades esotéricas con el poder mundano.

3) Alguna vez escribì que una de las razones por las que Bergoglio tiene tanto rechazo al

Alfredo Stroessner

presidente Macri de Argentina puede tener raíces espiritualistas. Bergoglio es Bergoglio y Macri un católico “lavado”, apenas “pour la gallerie”, pues su verdadera inquietud espiritual está más bien cerca del orientalismo y “El Arte de Vivir”. Descubriendo las correspondencias arriba citadas imagino también este escenario. Bergoglio tratando que Malcorra influya sobre Macri, Macri distanciando a Malcorra del gobierno por descubrir esta hilación, este subterfugio papal en sus decisiones y Bergoglio redoblando su tirria por el presidente argentino al perder un “contacto” dentro de la “mesa chica” de las decisiones nacionales. Además, no es tan conservador cuando le conviene: Liu Ming es el nombre de un médico chino, radicado en la provincia argentina de Santiago del

Liu Ming y el Papa

Estero, quien es su “consultor personal” en temas de salud. Ming le evitó a Bergoglio una operación de corazón a pura acupuntura y medicamentos chinos, y Francisco sigue acudiendo de tanto en tanto a sus terapias –con viajes del médico a la sede pontificia-

4) todos los conocidos de Bergoglio dicen que era una persona cuando Arzobispo de Buenos Aires y la diametralmente opuesta cuando llegó al Papado. Dejando de lado la habilidad política rayana en la hipocresía de losa Jesuitas (ronda en los pasillos del

Carlos Menem

Vaticano la frase: “Nunca se sabe lo que piensa un jesuita”) y en ese sentido recuerdo la información que una fuente confiable me diera hace años sobre que la Compañía de Jesús estaba detrás del financiamiento y expansión de Falun Dafa y Falun Gong en China, cualquiera que haga un monitoreo de sus discursos y acciones en la Curia local, comparado con lo que hace en el solio de Roma, verá no sólo las enormes diferencias sino, incluso, la contradicción absoluta. Bien, estoy planteando una especulación. ¿Y si la “explicación oficial”, para sus devotos admiradores, es que el cambio se produjo por la incorporación del Espíritu Santo en el trono de San Pedro en realidad nos remitiera a un fenómeno de “posesión”?. Estamos hablando, por insólito que parezca, de un ámbito dominado por la espiritualidad y el esoterismo, ¿por qué negar la posibilidad? (¿ustedes pensaron que hablaba del Vaticano?. No; hablaba de éste, donde escribo). Alguien diría, entonces, ¿cuál es el problema, tratándose de admitir que el Espíritu Santo hizo ese cambio?. El problema es qué pasa si, recordando aquello que “la historia la escriben los vencedores”, el “espíritu santo” no fuera tan “santo”. Si Jehová, dios, el dios de los cristianos, de judíos, de musulmanes (ya que haré enojar a algunos, por una cuestión de economía de energía los haré enojar a todos al mismo tiempo) y ese “dios” no es tal, en el sentido de Creador Universal, sino una entidad jerárquicamente menor, subordinada quizás, de poder enorme pero finito, temporal?. ¿Si es el Yahwo cananeo, dios de volcanes y terremotos, demandante de sacrificios humanos, llevado al podio del Número Uno por una manipulación de la Historia y de los pueblos?. ¿Qué pasaría –especulo- si en lugar de un “dios bueno” contra un “diablo malo” tuviéramos aquí la teoría de “confrontación de los dos demonios”?.

Alguien, ofendido, dirá que “por sus actos los conoceréis”, que esta, la Católica, es una religión de paz, de amor, de apoyo y solidaridad con los pobres, y que este Papa es verdaderamente “revolucionario”, que su mensaje es proactivo en dirección a la integración, la hermandad, la superación de las antinomias…. Y entonces diré que eso demuestra que los esclavos romanos eran más afortunados que nosotros, porque ellos por lo menos sabían que eran esclavos.

El mensaje del Papa es bipolar, por no decir directamente sibilino y perverso. Pide perdón público por las vejaciones sufridas por las víctimas de pederastía clerical, pero mientras sostiene en sus puestos a obispos ocultadores de la verdad reduce las penas eclesiásticas impuestas a los violadores. Dice ser comprensivo con quienes tengan elecciones sexuales diferente, pero eso es sólo una interpretación fuera de contexto de sus dichos, porque lo será en tanto busquen a dios dentro del la Iglesia, es decir, asuman su elección como una condición enfermiza y se sacrifiquen. Resiente de la “urbanización de las villas” (áreas habitacionales carenciadas de las grandes ciudades) porque en definitiva es partícipe de una “pobreza controlada”, ya que pobreza va acompañada de falta de educación y eso hace a los fieles más permeables a la voluntad clerical y la dádiva parroquial. Ayuda a los pobres –más con la palabra que con las acciones- vendiendo un “personaje” carismático y austero, ya que, en verdad, sus acciones son sólo superficiales. Alza la voz contra la “tiranía del mercado y el capitalismo”, pero calla de recibir a las “damas de blanco” en Cuba, a las víctimas del chavismo en Venezuela.

5) Pero Bergoglio es, por formación y trayectoria, un individuo sumamente inteligente., La Iglesia tiene dos mil años de experiencia en diplomacia y manipulación. Y sin embargo, la está destruyendo desde adentro. El peor viaje pastoral no fue a algún país ignoto en África o una zona conflictiva en Oriente. Fue a …. ¡Chile!. Y mientras hace guiños cómplices a cierta izquierda conflictuada y menor en Argentina, dice a las cámaras de Tv en el país trasandino que la mirada popular sobre los obispos pervertidos es “invento de los zurdos” que, de un lado u otro de la cordillera, se dieron cuenta que la “simpatía” del Papa no parecía ser tal y estaría respondiendo a otros intereses. ¿Cómo puede ser tan burdo, tan tosco y con tan poco tacto, salvo que eso sea precisamente lo que quiere provocar?.

Ahora bien, supongamos este presupuesto, y que Francisco quiere debilitar a la estructura institucional de la Iglesia Católica. La primera pregunta es: ¿a quién beneficiaría eso?. A otro u otros grupos de poder intestinos que quisieran asumir el control y tomar ese poder, grupos que hasta ahora deben permanecer en las sombras. Alguna de las Ordenes Iniciáticas mencionadas serían firmes candidatas a ello.

6) Señalo otro “tip” interesante. Como Soberano Gran Maestre de la Orden de Pío IX, -esto es un dato de color para mis compatriotas argentinos- era “superior” del ex presidente argentino, Carlos Menem.

7) Hablando de esta Orden, fundada en 1560 por el Papa Pío IV, su emblema es la llamada “estrella tartéssica”, una estrella de ocho puntas que inscribe un octógono regular, porque la Tradición afirma que el Octógono era el emblema de la perdida Tartessos, colonia atlante en tierra ibérica. Por mero carácter transitivo, aceptando esta leyenda, sus integrantes validan la realidad histórica de la Atlántida. Y las implicancias de esa aceptación son conmocionantes.

Vitral octogonal, iglesia del Tepeyac, Ciudad de México

Un dato al paso. Los innumerables “octógonos” distintivos de tantas iglesias (en rosetones, vitrales, ventanales, etc.) serían así un claro guiño a la presencia de esta Orden ya sea entre sus clérigos, ya sea con autoridad sobre la misma.

8) Consecuente con su “política de división”, las posturas ideológicas mundanas de Bergoglio no solamente está en las antípodas de las que exhibiò en tiempos previos a su papado, son consistentes con el “sesgo de aceptación” de generaciones no preparadas con información y reflexión sobre la “res publica”, política, economía y afines, respondiendo más a consignas emocionales propias de la adolescencia tardía (niéguenme que “queda bien” aparentar “ser de izquierdas” para cierto estrato que se considera “·progre” e intelectual) que de estrategias y tácticas sensatas para hacer de este mundo un planeta mejor. Si no, menciónenme un solo país donde el comunismo y el socialismo hayan creado una sociedad más justa, fortalecida, con sus necesidades satisfechas, con libertad de expresión y de acción. Y no me hablen del “socialismo” de Escandinavia cuando su organización es una realeza parlamentaria y su economía una economía de mercado.  Pero no. Bergoglio sigue adhiriendo a esas utopías setentistas, con “el pueblo en la calle” subsidiado por el resto de la población compulsivamente, porque –son sus palabras- “hay que escuchar a la sabiduría popular y no tanto a los académicos”,  reforzando uno de los consabidos “memes” (de los que tanto he escrito, con la fútil esperanza que algunos de ustedes crucen el recuerdo de esos trabajos con lo dicho aquí) que “se es honrado por ser pobre”. Como si el pobre no estuviera motivado, también, por urgencias egoístas, por una mirada ombliguista de la realidad. Pero ahí campea Bergoglio, levantando –tenemos en nuestros país unos cuantos ejemplos de estos delincuentes- banderas de “lo popular” mientras las arcas se engrosan: sólo con liquidar y dividir entre los necesitados las inmensas riquezas vaticanas en efectivo, en inmuebles, en acciones, en sociedades por todo el mundo, remediaría parte del problema del que habla, pero no arregla.

9) Hablando de implicaciones esotéricas y ancestrales. ¿Alguien se preguntó, alguna vez, porqué en el centro de la Plaza de San Pedro, en lugar de una gigantesca cruz como sería dable

La plaza San Pedro y su obelisco de Heliópolis

esperar –como campean en geografías y todas las latitudes, gigantescas cruces elevándose a los cielos para proclamar la devoción católica de los naturales- allí el gran emblema es un obelisco egipcio?. Y no solamente “egipcio” por el modelo: proviene de Egipto.

Más precisamente, de Heliópolis. Habría sido trasladado por Calígula –sí, “ése” Calígula- a Roma durante su potestad, y en 1585, bajo la dirección del arquitecto Doménico Fontana (también de aficiones alquímicas) trasladado a su actual emplazamiento. No sólo el Vaticano; Napoleón, los estadounidenses, en fin, en todos los estamentos políticos con presencia esotérica la necesidad de “anclar obeliscos” resultó compulsiva. Pero detengamos nuestra atención en éste en particular.

Traslado del obelisco, dibujo de época

Provenía de Heliópolis, como dije. Ciudadela egipcia cuyo nombre original (el citado es una helenización) era “Iunu”, que significa “pilar”. Porque cuando Imhotep –sí, “ése” Imhotep- la funda, allá por el año 2.500 A.C., decidiò que fuera el punto por donde llegaran los “dioses” a la Tierra, “amarrando” allí sus ”barcas”. Imhotep, que además del gran arquitecto, médico y mago que fue, era el Jefe de los “Observadores”, una “secta” (diríamos, una “orden iniciática”) de quienes tenían como trabajo estar atentos a esas llegadas. Los “Observadores” devinieron con los milenios en una sociedad esotérica, los “Caballeros de Heliópolis”. Por cierto, en mis escritos ya he hablado de ellos, como que pertenecían Francisco Piria, fundador de la ciudad uruguaya de Piriápolis, Odilio Estévez, el creador de “Pueblo Encanto” en Capilla del Monte, Argentina, y Carvalho Monteiro, el millonario fundador de la esotérica “Quinta da Regadeira” en Sintra, Portugal.

10) Es aquí donde debo hacer un comentario extremadamente subjetivo, personal, vivencial y por ello, no transferible como experiencia. Pero debo ser coherente conmigo mismo y hacerlo: es la pésima energía que percibí en el Vaticano cuando lo visité. No tenía que ver con la magnificencia de sus construcciones, ni con la maravilla de obras de arte –aunque se está cerca del “síndrome de Sthendal”- ni con la fascinación de las riquezas arqueológicas e históricas que guarda el Museo del mismo. Tampoco con la multitud, uno las cruza y padece en múltiples geografías. Había “algo” en el aire, cuando menos resonante con lo que percibí en Guadalupe (México), Fátima (Portugal) y el ashram de Sai Baba en Putaparthi y el de Amma en Amritapuri (India), lo que, cuando menos, me libera de la acusación de prejuicio ideológico con el catolicismo porque, como ven, me pasó en lugares de idiosincrasias sumamente diferentes. Por supuesto, cualquier católico que haya sobrevivido a la lectura de estas líneas hasta aquì dirá que seguramente eso se debe a que “mi propia energía es negativa” porque son lugares “de santidad”, cuando no, a que me encuentro endemoniado. Digamos entonces que no calificaré esa percepción de “buena” ni “mala”, sino simplemente, de “incompatible”. No puedo ignorar que existen miles de personas emocionadas hasta el éxtasis cuando llegan allí (las he visto y oído) y se sienten realmente en un lugar “privilegiado”. Tan como privilegiado me puedo haber sentido yo mismo en la Cámara del Rey en la Pirámide de Khufu o en la cima de la Pirámide del Sol en Teotihuacán. Cuestión de gustos. O de vibraciones.

11) Pero estando allí, y precisamente cuando en la Basílica de San Pedro percibía esas “sensaciones” es que me pregunté si la tan conocida y popular frase de Francisco, “Recen por mí”, no tendrá otro significado. Medios y público la toman como un emergente de humildad pastoral, de simpatía de alguien que así sugiere que es débil o falible y necesita el apoyo de sus fieles. Pero, ¿si la razón de ser fuera otra?. ¿Miles, decenas, centenares de miles de personas enfocando su energía hacia alguien abierto a recibirlas?. ¿No es acaso una viable forma de vampirismo energético?.

Soy un escritor de temas paranormales. Me hago esas preguntas. Si a algunos de ustedes les parece una tontería, están leyendo el artículo equivocado.

12) Quiero llevar la atención del lector a un hecho anacrónico. Francisco tiene una verdadera obsesión con el Diablo. El Papa lo considera su peor enemigo y el causante original de todas las tragedias. Luego del último, trágico terremoto de México dijo: “Yo pienso que el diablo castiga con mucha bronca porque no le perdona a México que la Guadalupe haya mostrado ahí a su hijo”. Ante los cuestionamientos internos por sus acciones, escribió: “El peligro mayor que viene del demonio es la división de las familias. En las comunidades, entre los pueblos. Es un arma terrible para destruir a la Iglesia universal. La división de una comunidad cristiana es un pecado gravísimo, es obra del diablo”. La agencia noticiosa alemana DPA sostiene que Francisco ha afirmado que los abusos de niños por parte de curas es “obra del Diablo, el principal responsable” (eso minimiza la responsabilidad, cuando menos espiritual, de los autores materiales) e incluso, frente al matrimonio igualitario, afirmó: “no se trata de una simple lucha política, no seamos ingenuos; es la pretensión destructiva al plan de Dios”. Incluso, cuando el proyecto estaba en tratamiento legislativo en Argentina, escribiò: “no se trata de una mera iniciativa legislativa sino de una acción del “padre de la mentira” que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”.

La pregunta que me hago aquí es: el estar convencido de la existencia del Diablo, ¿qué nos dice de Francisco?. Las posibilidades son las siguientes:

  • Realmente cree, por ser un personaje retrógrado, conservador y oscurantista.
  • Realmente cree, porque el Diablo existe.
  • Realmente cree, porque sabe que lo que llama “diablo” representa a entidades o Fuerzas que en realidad son la antítesis de lo que nos trata de hacer creer, porque su institución es, justamente, la antitesis de lo que nos trata de hacer creer.
  • No cree, pero piensa que su firmeza e insistencia generará miedo en ciertas masas de población, intelectualmente (y quizás espiritualmente también) vulnerables.

No quiero decir hasta aquí que Francisco esté convirtiendo su iglesia en un Titanic, pero sí que es evidente –cuando menos para mí- que su gestión, por las alianzas políticas, el discurso contradictorio, las disidencias internas, no es el producto ni de una mente trastornada ni de un incapaz. Diremos de él cualquier cosa, menos que no es inteligente, bien vinculado, con recursos logísticos, intelectuales, humanos. Sostener que se trata de un “cura de barrio, peronista e hincha de San Lorenzo” es un comentario atractivo para un titular de periódico y consolador para las miradas superficiales, pero un peligroso reduccionismo. Es un jesuita, no olviden. Por cierto, de la Compañía de Jesús deberíamos hablar; ellos, los “intelectuales” de la Iglesia, el Poder Paralelo de la misma, apasionados estudiosos de las estrellas, pioneros en la evaluación del “contacto extraterrestre” dentro del Vaticano. Es un jesuita el que dice, apenas asumido como Papa y cuando una periodista le pregunta cuál sería el primer milagro que le pediría a Dios, responde: “¡Que gane San Lorenzo!”… Si no se ve aquí un personaje casi de manual para manipular más que a las masas, a los medios de opinión pública…

Éste es el punto en el que más de un lector pedirá conclusiones. Que diga, en definitiva, qué es lo que yo pienso. Por lo pronto, estoy reuniendo, continúo investigando otros hilos para afirmar con algún fundamento, pero es concluyente –otra vez, para mí- que la tarea que ha acometido Francisco, es una que, si de Informática estuviéramos hablando, llamaríamos de “generación de puertas traseras” para que anónimos ingresen al Sistema ya sea para hackearlo o crackearlo, que obviamente no es lo mismo. Robar información, sustituir datos…. Estoy convencido que esas puertas traseras tienen como objeto debilitar la estructura para que grupos de poder, hasta ahora discretos, si no secretos, comiencen a tomar el control de posiciones relevantes y esta iglesia mute en otra dirección. No la dirección “revolucionaria” que este Papa quiere hacer creer a las masas (un Papa no podrá ser nunca “revolucionario” porque precisamente su poder y fuerza se  asienta en el Dogma imperturbable a través de los siglos. La institución que cambia, que “evoluciona” desde el punto de vistaesotérico pierde su poder. Esa es la diferencia entre una organización social y una iglesia) sino en un cambio tan impredecible como a los contemporáneos de Constantino les habrá parecido la mutación del Imperio Romano a Iglesia Católica.

Permítanme cerrar este artículo (no porque el tema se agote aquí sino, como referí al comienzo del mismo, porque debería continuar en un espacio que hoy agotamos) con la explicación de una técnica de control Illuminati. Estos gráficos tratan de simplificar la idea:

En el primero, tenemos una idea de lo que llamaríamos un individuo “no evolucionado” (sin pedanterías, empleo los términos sólo en función de este paradigma). En él sus Creencias se asientan sobre su Espíritu. Sus ideas sobre sus Creencias, su Conducta sobre sus Ideas y en consecuencia, el Entorno reacciona conforme a su Conducta. El “evolucionado”, en cambio, decide y trabaja para que sean sus Ideas las que se asienten sobre su Espíritu, de manera que sus Creencias estén en armonía con sus Ideas. Luego, la secuencia Conducta y entorno es la misma pero entonces, claro, habrá cambios sustanciales.

Al primero, bastará con manipularle “emocionalmente”. Consignas de barricada, frases románticas y “políticamente correctas” (¿Quién, por ejemplo, se opondría a la idea de “justicia para todos”, de “igualdad de oportunidades”, de “paz y convivencia”?). Luego, impregnado ese estrato de los símbolos asociados a esas consignas (símbolos partidarios o religiosos son igualmente funcionales) no importa sinceramente si quienes levantan esas banderas sean millonarios de indemostrables ingresos o turbias negociaciones; el “sesgo de confirmación”, poderosa herramiennta de Ingeniería Social, hará que los Condicionados vean lo que quieran ver y acepten sólo la parte de la realidad conforme a su sesgo. Se molestarán visceralmente con quienes piensen distinto, buscarán la confrontación, así sea en acalorados debates internáuticos que subirán de temperatura e inevitablemente finalizarán con agravios, insultos y bloqueos del oponente, vivirán con la sensación de estar “del lado correcto de las cosas” y, claro, quien piense distinto o es un pobre manipulado (¡?) o un egoísta funcional a los explotadores de siempre.

Por ejemplo, en este escenario es, para esas mentes condicionadas, obvio que Estados Unidos es siempre el Gran Malo de la película, el colonialista – imperialista – enemigo de los pueblos (especialmente latinoamericanos). Los gobiernos estadounidenses no han sido un dechado de humanidad, por cierto, pero…. ¿alguno lo es?. ¿Porqué no se pone en esos escenarios igual énfasis en China, Rusia?. ¿Porqué los conspiranoicos y voceros de esos ámbitos político – sociales siempre hablan del “peligro judío” cuando cualesquiera de ellos, damas y caballeros, no podrían sobrevivir dos años con los usos y costumbres cotidianos que ven como tan naturales y obvios en Yemem, Siria, Arabia Saudita, Irán o Afganistán?.

Los Condicionados difícilmente tienen una formación más o menos fuerte en economía o política, pero opinan como si supieran. Y aún cuando argumenten información, el “sesgo de confirmación” filtra lo que toman con relevancia de lo que no.

El punto es que el trabajo de “modificar las capas” de estos diagramas implica esfuerzo, intenso y sostenido, porque la Matrix opera en todo ámbito y circunstancia, y el terreno que se cede puede ser cooptado rápidamente otra vez. Tal vez ése sea el trabajo de las “otras” Órdenes Iniciáticas, las que verdaderamente buscan ser Guardianes de la Luz frente a estos Barones de las Tinieblas.

13 comentarios de “La Matrix Vaticano

  1. uriko la rat dice:

    No cabe duda que el mundo cotidiano que la mayoria de la gente ve, no es nada mas que… digamos, la punta del iceberg.

    Yo me pregunto, Gustavo, si no te gustaria hacer una entrevista en uno de los canales de noticias lideres en publico de Argentina (sabras a que medios)…
    …Que te llamen en calidad de investigador y te entrevisten para que des tu opinion profesional, como tanto hacen con otros especialistas, y vos tengas la oportunidad, ahí, de hacer llegar ésta informacion que es totalmente ignorada por la mayoria de la gente.

    Es que la verdad se escucha cada pavada y cada bobo en la televisión…

    Tengo 25 años, y te descubrí y te sigo desde hace unos años por acá, por internet.
    Intuyo que preferis estos ambitos… en vez de presentarte en un programa de noticias líder a hablar de estos temas tan directamente y para tanta gente.

    Yo me pregunto; ¿Preferis que la gente «llegue» a este otro panorama de la Verdad, antes que, directamente, esto sea revelado con facilidad ante un publico masivo (que capaz no lo entienda y le parezca sin valor)?. ¿Se entiende mas o menos la pregunta?.

    Otra cosa: Todavia no entiendo la frase «nunca se sabe lo que piensa un jesuita». ¿Sera que me conviene estudiar e investigar por mi propia cuenta qué es un Jesuita para poder entender, o sera que en unas brevisimas palabras vos me puedas ahorrar la molestia?

    Y tambien quisiera citar esto (algo que ya has advertido en otras ocasiones): ¿a quién le importa, quién ocupa años, recursos, energías, en digitar un futuro de los próximos doscientos, trescientos, cuatrocientos años, si ni nosotros ni nuestros vínculos estarán?.

    Es ese planteo… esa perspectiva, creo, uno de los pilares para poder comenzar a comprender por que ésta gente actua de la manera en que actua.
    Por eso lo quise volver a señalar y que no se pierda en el articulo.

    Y por ultimo, con tu permiso, me gustaria dejar una frase que creo que aplica muy bien a todo esto del Vaticano y a aquellos que dicen ser los buenos. Es una frase de la pelicula V de Venganza: » Revistiendo así mi desnuda villanía con retazos viejos robados de la Santa Biblia, parezco un santo cuando más hago el diablo «.

    Saludos ‘

    • Gustavo Fernández dice:

      Te agradezco no sóolo el tiempo dedicado a la lectura, sino muy especialmente a reflexionart y compartirlo. Veamos: en cuanto a la frase «nunca se sabe lo que….» no es complicado; simplemente señala la presunción que los jesuitas son hábiles disimuladores de sus verdaderas intenciones. En cuanto a tu sugerencia/pregunta sobre el presentarme en los «grandes medios» no es en realidad que prefiera este ámbito (de hecho he distintas oportunidades he sido entrevistado o consultado por radios o estaciones de tv de alcance nacional) sino simplemente que no lo busco. Cuando vivía en Buenos Aires observaba entre mis colegas un afán de «hacer café» en la esquina de las emisoras de tv para acercarse y presentarse con algún periodista, showman, conductora, productor, o asistir como público a los «talk shows» para hacerse un espacio a los gritos, llamar la atencòn y ser invitado la próxima. Cuando decidí radicarme en una ciudad pequeña, esos mismos colegas me señalaban que me perdería oportunidades como ésas; y, la verdad, a la vuelta d elos años descubrí que sensata había sido mi elección: una vida tranquila (cuando estoy aquí, en casa, claro), viviendo entre vecinos con quienes nos conocemos y, de vez en cuando, bueno, eso: salir a investigar, dictar actividades o aparecer en algún medio. No pienso gastar mi tiempo en estar golpeando a las puertas d elos grandes medios sólo para quince minutos de fama. Si ésta llegara -no seré hipócrita- la aprovecharía en tanto y en cuanto no tenga que prostituirme (en ese sentido, sí he rechazado media docena de entrevistas donde querían que dijera determinadas cosas porque «venden más»). La razón de la vida es ser feliz, o tratar de serlo: por lo que a mí respecta, así creo estar bien encaminado. Un abrazo.

  2. Patricia Marta KIEFFER dice:

    Este artículo no lo leí una sino tres veces; y te soy sincera, más que todo para confirmar las coincidencias exactas con lo que pienso hace años (sesgo de confirmación, quizás?) y especialmente con la venida de este papa. Pensé «por fin alguien» (quién si no tú) se mete con el «intocable de las masas feligresas. Y a fondo. Me encantó la nota, me dejaron pensando tus preguntas (de las cuales ya tenía muchas respuestas…) y me sorprendió lo de los títulos «ad honorem» (o cursados, bah.) del papado. Por favor… ¡seguí investigando! Espero (sin prisa, jeje) tus próximas notas-reflexiones-conclusiones. Chapeaux.

  3. Patricia Marta KIEFFER dice:

    Y esto se me ocurrió luego de dar salida al comentario anterior. Me refiero a la tan mentada Matrix, sistema, etc… de la que todos hablamos, poco sabemos o bien, sabemos pero «marche preso»… ella sigue lo más campante con sus planes. Mi pregunta-duda-deseo… es ¿podemos realmente hacer algo? ¿Cómo puede ser que habiendo tantos que revelan (como vos) lo que pasa, lo que se teje detrás de la trama, quiénes son, qué y cómo lo hacen… ellos sigan? Sí, ya sé, tienen el poder. Pero ¿existe, es posible concebir una forma de unirnos, de reunir conocimientos para provocar eso que llaman «salto cuántico» o la famosa «masa crítica» para contrarrestar esto? Digo…

    • Gustavo Fernández dice:

      Aquí yo soy un poco más escéptico. Creo que no podemos salir de la Matrix. Porque la Matrix condiciona el albedrío, de manera que aquello que «nosotros» creemos «pensar libremente» -como ene ste acto- ya está condicionado por la Matrix. Y el hecho de vivir dentro de ella -sin ir más lejos, ahora, usando internet- nos hace parte de ella. ¿Quyé podemos hacer?. Llegará esa «masa crítica», estoy seguro, pero en un futuroque no veremos. Por lo tanto, si no podemos salir de la Matrix, comencemos por admitirlo y ejerzamos nuestro limitado albedrío poniendo límites la condicionamiento en sus distintos frentes. Dejar cooptar nuestra emocionalidad es uno de ellos. El consumismo, otro. Abrazo

  4. martin dice:

    Interesante, anque superposición de temas, hasta casi repitiendo el cliché sobre «conspiraciones, oscurantismo, iluminatis,..demasiado repetido. No encuentro en el texto análisis sino mas bien descripciones con muchos adjetivos.

  5. Oscar Arraras (Osky) dice:

    Perdón Gustavo, esta borrado mi comentario, referido al tema que me surgió anoche, de madrugada, , y mo lo mencionè , «en crudo sin corregir» y por ello no dejè copia en mi compu, hay posibilidad de recuperar? ?? gracias y tengan buenos dias,

  6. Ricardo Casalaspro dice:

    Todo tiene apogeo y perigeo,la unica verdad es la realidad,seremos juzgados por nuestros dichos y especialmente por los actos,todos llevamos agua para nuestro molino!!!

  7. La Esfinge dice:

    La red está repleta de sitios que «buscan la Verdad» (irónicamente, esto se da en la edad postmoderna, de la «postverdad», en la que se supone que la «Verdad» –ésa, con mayúscula — es sólo una entelequia inútil), de debates que son un inacabable «dime que te diré»: un escaparate enorme de argumentos, sofismas y falacias en pro o en contra de cualquier tema. Pues los «sesgos de confirmación» los padecemos todos: espiritualistas y materialistas, creyentes y no creyentes, exotéricos y esotéricos; derechistas, centristas e izquierdistas; católicos y protestantes, «occidentalistas» y orientalistas, «conspiranoicos» y «no-conspiranoicos», feministas y antifeministas, pro judíos y antisemitas, chavistas y anti-chavistas, conservadores y liberales…
    Este planeta es el «mixtus orbis», donde verdad y mentira siempre están entremezcladas, lo mismo que objetividad y subjetividad.
    Encima, existen enormes intereses obscuros que solapada o abiertamente obstruyen (sino es que atacan) esta «búsqueda de la Verdad».
    De modo que desde hace rato entendí que pretender «encontrar la Verdad» (incluso la verdad respecto a un solo tema importante, sea éste espiritual o mundano) de forma prístina y completa en este mundo es absurdo.
    Lo cual no significa que «buscar la Verdad» sea absurdo: es nuestro derecho y nuestro deber ir descubriendo cuantas «verdades» nos sea posible, y coordinarlas entre sí lo mejor que nos sea posible.
    Por esto mismo es que, así como son errores (u «horrores») el dogmatismo y el fanatismo subsecuente a aquél, también es un error ser «fanático de no ser fanático», esto es, alguien incapaz de afirmar nada como verdadero.
    Igualmente y por la misma razón, es un error ser puritano o «principista» a la hora de valorar a personas e instituciones: nadie en este mundo (me refiero aquí tanto a sujetos individuales como colectivos) está «libre de pecado», en un sentido o en otro. Sin embargo, el hecho de que un personaje o una institución sea «pecador(a)» no lo (la) convierte necesariamente en un(a) «demonio a exorcizar» y ya. Habría más bien que evaluar lo más objetivamente que nos sea posible si la magnitud y la calidad de su «pecado» son lo suficientemente grandes o fuertes como para ser descartadas de plano. Y, si no lo son, pues hacer los arreglos correspondientes y seguir adelante. Esto lo digo por el señalamiento que el autor hace al principio acerca del «cretinismo» de algunos partidarios de ciertos políticos al defender a éstos con el argumento de «roba, pero hace».
    Ningún político tiene «derecho a robar», por mucho y bueno que sea lo que haga: eso está claro. Quien quiera que sea debe responder por cualquier acto de corrupción que cometa (y la mejor manera es devolviendo lo que se robó, no sólo la cárcel).
    Pero si me ponen a elegir entre políticos «pecadores» con una visión acertada y políticos «santos» con una visión miope… Ummm, la cosa ya no está tan fácil.
    Igualmente, la Iglesia Católica está claro que de «santa» sólo tiene el nombre. Pero, ?hasta dónde será verdad que es «sólo y nada más» una institución caduca plagada de eclesiásticos corruptos con una enseñanza espuria, un cascarón inservible que en el pasado solamente sirvió para joder y que en el presente ya no sirve para nada?
    Hoy es muy «chic» ser anticatólico y antirreligioso, ya sea que se hable desde la palestra esotérica o desde la socio-política. Desde altas personalidades hasta el «ciudadano de a pie» se sienten con todo el derecho de denostar a las religiones (especialmente la cristiana, católica o protestante) como a execrencias del pasado. En parte (buena parte) se lo tienen merecido; pero en parte esa actitud de rechazo a las religiones es exagerada. Hay algo de pose de adolescente renegado en ella y mucho de cliché.
    Y desde hace tiempo entendí que, cuando un punto de vista (por cierto que fuera) se vuelve un cliché repetido por «Raymundo y medio mundo», hay que ponerse alerta, pues muy probablemente estaremos ante una «media verdad», que es la peor forma de mentira.

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