Homicidio agravado por ignorancia pedante

latín¡Oh, tiempos!. En mis mocedades, cuando nos topábamos con un término o expresión que no comprendíamos, allí estaba ese mamotreto pesado, amarillento, ajado, llamado «Diccionario». O preguntábamos a alguien que suponíamos podía ilustrarnos. Y uno, contento con haber aprendido algo más. Hoy, debo resignarme a algunos lectores que me piden no escriba tan «difícil», sarcásticamente vilipendiado por «elitista». En la Historia ha habido muchas lenguas muertas, pero de seguir así el Castellano será la primera lengua asesinada.

5 comentarios de “Homicidio agravado por ignorancia pedante

  1. jorge dice:

    Qué triste, Gustavo, lo que contás. Yo he pasado una infancia/adolescencia exprimiendo mis enciclopedias y diccionarios. Eran mi «internet» en esos días. Pero, bueno, tuve suerte de nacer en un hogar absolutamente lleno de libros. Es como lo que te comenté respecto del destino o la voluntad. Pero igual, me parece lamentable que quienes desconocen el léxico, se pongan en tutores de quien sí lo conoce en lugar de ilustrarse.
    Un abrazo!

  2. Adrián Varela dice:

    Yo he sido uno de los últimos egresados como Perito Mercantil y en nuestra escuela hacíamos competencia para buscar en el diccionario alguna palabra que la maestra nos pedía.
    ¡¡¡Con tanta riqueza que tiene nuestro castellano!!!

  3. Juan Soriano dice:

    Mi parecer es que el profesor no debe bajar al nivel de los alumnos, son los alumnos los que deben elevar o tratar de elevar su nivel al del profesor.

  4. LeRebel dice:

    Quizás no lo creas, Gustavo, pero una de las cosas por las que te sigo aquí y, sobretodo, en tus grabaciones es la forma culta y correcta en que manejas el idioma, que es justamente la vía para lograr que el pensamiento profundice lo más posible, como lo hace el tuyo.

    Con el tiempo aprendes que es un placer leer y escuchar a aquellas personas que hacen crecer el edificio conceptual de todas las cosas que explican, ladrillo a ladrillo, palabra a palabra, delante de tí, a medida que se expresan.

    Yo creo que hay que aprender a concebir el lenguaje como un sistema de arquitectura. La única salvedad que admito es, por supuesto, el lenguaje técnico que es, precisamente, para los técnicos.

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