Hallazgos en el Uritorco

Ni siquiera sé si llamarlo «hallazgo». «Descubrimiento», sin duda, me queda demasiado grande.  Pero lo cierto es que no hemos encontrado referencias que nadie, antes, haya señalado lo que vamos a señalar aquí. Somos dueños, si no de encontrarlo, por lo menos de reparar y acentuar el grado de extrañeza de estos interesantes ítemes. Juzguen ustedes.

Desde el sendero, el perfil del cóndor.

Era un grupo más al cual conducía, el pasado domingo 21 de febrero, hacia la cima del «cerro macho» de los mal llamados «comechingones», verdaderamente los «henia – kâmiare», en la cordobesa localidad de Capilla del Monte. Para mí, el ascenso número diecinueve, y juro que hacía sólo tres o cuatro ascensiones que estaba llamándome la atención esta particular configuración de las rocas, claramente visible desde el sendero que lleva a la cima, poco antes del famoso manantial.

Pero fue con este inquieto y entusiasta grupo (conformado por Stella Maris Padvalskis, Mariela Astrada, Ana María Ranzani, Desirée Santa Cruz, Ricardo Robinson, Richard Granja, Albano Lazzarini y Sebastián Villaverde) que pude dedicarle a la efigie toda la atención que se merecía. ¿Es necesario que la describa?. Una cabeza de cóndor, claramente discernibles no sólo su pico y cresta, sino sus ojos e, incluso, las fosas nasales en la base del pico.

Pero hay algo quizás aún más interesantes. Si se proyecta imaginariamente una línea desde el pico hacia el fondo del cercano precipicio, quizás de unos cien metros, se observa lo que aparenta ser la entrada a una cueva, junto a cuyo acceso brota un raudo manantial, y señalada –o protegida– por una gran roca vertical ovoide.

El rostro del cóndor.

Y aquí lo interesante de comentar. Señalé que nadie parece haber dado cuenta de la presencia de esta colosal cabeza, quizás de unos cuatro metros de altura. Pues tampoco, no hay registros de la cueva y, que se sepa, quien la haya explorado. Obvio es decir que ya está en nuestra agenda, y muy pronto trataremos de relevar en detalle la efigie y descender al profundo barranco. Pero queremos con este breve post dejar constancia del hallazgo, en función de próximas actualizaciones.

En lo personal, no creo que hayan sido los «henia – kâmiare» sus hacedores. Estudiando en el terreno dicha cultura, he observado que desde lo tecnológico su naturaleza los llevaba a vivir de la manera más natural posible. De hecho, sus viviendas eran, en el mejor de los casos, chozas semisubterráneas (por eso los sanavirones, sus eternos enemigos, llamaron a las vizcachas «k’mchingones», dado que ése era el grito de guerra de los henia – kâmiare –y significa «¡A muerte!»— y, una vez llamados esos roedores así, despectivamente y por analogía el término revirtió a la etnia que nos interesa por su costumbre de vivir bajo tierra o en cavernas). Aún más; su presencia es constatada desde aproximadamente el 3000 antes de nuestra era, y ya tres mil años antes, es decir, en el 6000 A.C. hay evidencia científica de la presencia de un pueblo aún desconocido pero capaz de grandes logros urbanísticos. La prueba es el Pucará de Pueblo Encanto (ver aquí), datado en ese entonces por los depósitos de limonita en los orificios excavados artificialmente en el granito. Por la grandiosidad y magnificencia, estimo que la cabeza de cóndor debe haber sido obra de la misma cultura.

Al fondo del barranco, la cueva mencionada.

Un caso distinto es el del mortero ritual –tampoco descripto por nadie– que observé en la mera cumbre del Uritorco.

Muy posiblemente éste sí sea de factura comechingón, toda vez que sabemos sobradamente que este pueblo reverenciaba el lugar y ascendían al mismo con propósitos rituales. Así como muchos morteros de la zona sin duda no han tenido las aplicaciones agrícolas o culinarias que los arqueólogos académicos tratan de adjudicarle con tan poca imaginación, éste en particular, con un visible drenaje, seguramente servía, por la vista impresionante de su ubicación, para el consumo de hierbas o brebajes enteóigenos con fines extáticos o chamánicos. Recordemos que estos pueblos tenían la costumbre de «fumar la piedra», taladrando orificios y conductos en la roca –como las «pipas» del citado pucará– para quemar hierbas que inhalaban con fines rituales. A fin de cuentas, la práctica devocional de «fumar la piedra» que es también parte de la Pachamama así como copular con ella –otra práctica extendida por todo el orbe– pone de manifiesto el atributo humano y sensible que daban al orden natural.

Permítaseme señalar también en los cercanos Los Terrones una formación, quizás natural pero con algo de… ¿portal? Cada uno, cada una, hágase cargo de sus suposiciones.

Y como guinda del postre, en varias de las fotografías del grupo (hacía tiempo que no ocurría) aparecieron extraños objetos, como el de la foto, en este caso a plena luz del día.


NOTA IMPORTANTE: Nuestra organización, AL FILO DE LA REALIDAD y el INSTITUTO PLANIFICADOR DE ENCUENTROS CERCANOS (IPEC), está sumando personas interesadas en participar en nuestras investigaciones de campo. Sólo hay un par de condiciones inexcusables: entusiasmo e interés en aprender y develar misterios. Conscientes de las limitaciones de cualquiera, en tiempos, disponibilidad económica y etcétera, invitamos a presentar su petición de sumarse a nosotros para acompañarnos en nuestras exploraciones e investigaciones. Volver a Capilla del Monte a la búsqueda de esta cueva y ese portal, esa efigie y otros misterios, es uno de los objetivos. Pero también iremos presentando otras metas a los interesados. Contáctenos a:

  • afreditor@gmail
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9 comentarios de “Hallazgos en el Uritorco

  1. Valentín dice:

    hola gustavo, me gusto nuevamente el articulo, suena interesante la proxima visita, espero que pronto haya mas pistas del tema.

    tengo una foto para compartir de mi viaje en enero a mexico. en real del monte, zona montañosa minera una luz con una linea vertical atravezandola y un circulo detras

    http://img517.imageshack.us/i/1004488.jpg/

    y ya que estoy subo un video que ya puse,si a alguien le interesa tambien.

    http://www.youtube.com/watch?v=iEPdT-Lc5QA

    un abrazo a todos los lectores.

  2. martxelok dice:

    Hola Gustavo:

    Muy buen post!
    Pero mejor que eso, muy buena exploración.
    Espero se pueda seguir indagando en los misterios del uritorco.
    Tengo una foto muy parecida a la foto de los ovnis, la saqué cuando adquirí un lote en la zona.
    Si te interesa puedo enviartela para tu interpretación.
    SaludoS
    Marcelo

  3. mariela dice:

    Muy interesante la foto y el articulo que escribio Sr.Fernandez,me gustaria saber más sobre todos los misterios que encierra el cerro uritorco,y sus alrededores,ya que he asistido dos veces y ese lugar me trasmite una energia especial,por lo cual quisiera conocer mas,por favor me tiene al tanto de las próximas excursiones hacia ese bello lugar.
    No puedo dejar de elogiar sus explicaciones concretas,faciles de asimilar y muy interesantes a tal punto que es imposible interrumpirlo por la pasión con que las detalla y con que la atención que nos aglutina y centraliza,valga el sinonimo.
    Lo saludo muy cordialmente.
    MARIELA

  4. alejandra dice:

    hola! cai en el blog, averiguando el origen de lo que me paso en Los Terrones. El ultimo finde largo, nos fuimos unos dias de descanso a Cordoba con mi marido. Nos recomendaron hacer la excrusion a Los Terrones, ya que era un buen lugar para sacar fotos. Previo al camino, fuimos haciendo paradas para hacer fotos x varios pueblos. Cuando llegamos a los terrones, el cuidador del parque nos comenta que habia 2 recorridos pero q no habia guia x el feriado, si nos animabamos a hacerlos solos. Obviamente ya que teniamos todo el dia, elegimos el camino largo. Salimos con una parejita y empezamos a trepar de un lado para el otro, contentos entre las piedras y sacando fotos de aca para alla. En el camino nos cruzamos con unas senioras y nos pusimos a hablar de las fotos, justo habia unos jotes y mi marido le habia sacado fotos. Cuento todo esto, para que veas que no iba con ningun tipo de objetivo extrasensorial ni nada x el estilo, ibamos unicamente a SACAR FOTOS. Bueno, llego un momento en que nos metimos en una cueva, y ahi fue donde me paso algo loco (por asi decirlo). Bueno, la realidad me meti en la cueva para chusmear que habia onda ahora encuentro una punta de flecha o algo asi, pero la realidad es que ni bien entre, senti que «me rodeo una fuerza», lo podria describir como que quede envuelta entre dos imanes. La sensacion fue tan pero tan fuerte, que solas se me caian las lagrimas. Vuelvo a insistir que no iba con preconceptos armados ni en busqueda de nada en particular. Cuando las 2 mujeres que nos acompaniaban, vieron que me quede «petrificada», se dijeron, quedate tranquila, sos una afortunada que los podes sentir… sinceramente no tenia intension alguna de sentir nada. En ese momento me dijeron cerra los ojos, senti y ojala puedas visualizar algo, me tomaron de la mano y cerramos un circulo. Obviamente que mi marido y la parejita que vinieron con nosotras nos miraron raro. Debo confesar que todo el tiempo que estuve ahi, la fuerza no disminuyo. Es mas buscando una explicacion logica, esperaba el desmayo, el apunamiento, una sensacion de vertigo, algo que me diga que era fisico, pero no … nada… cuando salimos de la cueva, esas 2 senioras me explicaron que ese lugar se llamaba «La Caida del Angel», que era un lugar de iniciacion de los indios Comechingones y que se hacian mucha meditaciones. Continuamos en camino, yo en silencio y tratando de digerir lo que me habia pasado. De a poco me hacian comentarios, pero yo trate de no darle mucha trascendencia, ya que no todos entendian que me habia pasado… Segun mi marido pude haber sentido la oscilacion del cuarzo, que segun el yo estaria vibrando en una frecuencia que me permitiria percibir la vibracion del cuarzo. No se si fue eso o que pero debo confesar que lo que me paso fue de verdad, y que no iba con influenciada con nada de nada,..

    • Gustavo Fernández dice:

      Hola Ale, cómo estás:
      La única cueva donde debes haber entrado es, por cierto, La Caída del Ángel también conocida como «La Cueva del Útero» (por la forma de la abertura desde donde cae el agua). Las leyendas dicen que en el pozo de agua que se forma allí iban las mujeres henia-kâmiare (la forma correcta de la etnia indígena, «comechingón» es una manera despectiva en que otro grupo, el de los sanavirones, se referían a ellos) a parir cuando los chamanes del clan vaticinaban el nacimiento de otro chamán o futuro cacique. Así que no es nada extraño que, precisamente, hayas percibido tanto eso, como la energía de los grupos (solemos hacerlo) que de paso por el lugar hacemos meditaciones o rituales de iniciación.
      Saludos cordiales

  5. Emilio Javier dice:

    Hola Gustavo muy buena informacion muy gustaria contactarme con usted yo soy de cordoba cap nos interaza seguir con la investigacion

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